Tras un par de meses de intensa disputa entre Huawei y el gobierno de los Estados Unidos, Huawei afirma ahora que su sistema operativo propietario, Hongmeng OS, no está listo para su puesta de largo en dispositivos móviles.
Es su vicepresidenta Catherine Chen quien, en declaraciones a la prensa en Bruselas esta misma semana ha reconocido que este sistema operativo no es para smartphones y que la compañía continúa pretende continuar usando el Android de Google en sus terminales, como recoge el diario Xinhua.
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Hongmeng, Ark o Harmony: no en móviles
Como recoge The Verge, también en TechNode encontramos recientes declaraciones similares que apuntan a que Huawei no ha "decidido todavía si Hongmeng OS puede ser desarrollado como un sistema operativo en el futuro", según declaraciones de Liang Hua.
Se trataría por tanto de un sistema operativo diseñado con los dispositivos IoT en mente, con una baja latencia. No está claro el uso final que se daría a este sistema y a los dispositivos que lleguen con él, puesto que Chen afirma que este es para "uso industrial".
De ser este el caso, chocaría frontalmente con la tesis inicial de que con Hongmeng, Huawei podría acceder al mercado huérfano que quedaría si pierde el acceso al sistema de Google como lo conocemos y sobre el que distribuyó unos doscientos millones de dispositivos el pasado año. El embargo del Departamento de Comercio sobre Huawei se hará efectivo dentro de exactamente un mes, cuando se agote la moratoria de 90 días concedida.
En un primer momento, Huawei afirmó en múltiples ocasiones y a través de toda una variedad de cargos que tenía lista su alternativa al sistema operativo de Google desde enero de 2018. Desde entonces, la marca ha ido confirmando que se trataba de un sistema operativo más amplio, con capacidad de operar en más tipos de dispositivos –dando servicio a televisiones o accesorios IoT–, pero también más rápido que Android e incluso que iOS.
Por tanto, todas las papeletas de Huawei para mantener el mercado de la telefonía móvil a su alcance pasarían por dos opciones si el veto llega finalmente a hacerse efectivo. La primera, que las presiones conjuntas de Google como socio acaben por abrirle un hueco en la Entity list o lista negra del Departamento de Comercio.
La segunda es crear un derivado del Android que conocemos sin los servicios de Google, lo cual rompería la funcionalidad de muchos de los servicios de esta. Así es como funcionan sus terminales en China, o como Amazon se ha ido adaptando para llevar al mercado sus dispositivos Fire, trabajando sobre el proyecto de software libre AOSP, paralelo al oficial.