Pocas semanas atrás, después de unos cuantos meses funcionando en Estados Unidos y Canada, Tesla empezó a desplegar Navegar en Autopilot en algunos países europeos, incluyendo España.
La función es relevante porque finalmente conecta el Autopilot con la navegación en el mapa del vehículo, sugiriendo y haciendo salidas y entradas a autopistas automáticas, con respectivo cambio de velocidad, cambiando de carril de forma automática para mantener una velocidad promedio óptima e inclusive desactivándose cuando se abandona una autopista para entrar a ciudad o llegar al destino.
Antes de ser activada, el conductor ponía un destino en la navegación del vehículo, pero el Autopilot era pasivo, es decir: mantenía el carril, mantenía la distancia con respecto al coche en el frente, los límites de velocidad de la vía o hacía cambio de carril de forma manual usando los intermitentes.
Navegar en Autopilot supone un punto medio entre sistemas de asistencia en la conducción y la conducción autónoma total que Tesla asegura que tendrá lista para despliegue en su flota de vehículos a finales de 2019.
Viajando con Navegar en Autopilot
Después de haber recibido la actualización de software en un Tesla Model 3, la función de Navegar en Autopilot se activó. El vehículo advierte que se trata de una fase beta, es decir, en pruebas y que hay que mantener las manos sobre el volante en todo momento, además de mantener atención sobre lo que sucede a nuestro alrededor.
Antes de salir y usarlo, se puede configurar la agresividad con la que el vehículo hace adelantamientos y cambios de carril: suave, promedio y "Mad Max". Este último fue diseñado, según explicó Elon Musk, para el tráfico de Los Angeles que suele ser sumamente complicado y agresivo. Aún así, es el modo que activamos y usamos para la prueba.
Una vez elegida la ruta en el mapa, se puede se puede activar y desactivar el Navegar en Autopilot desde ahí en cualquier momento. Una vez que esté activado el Autopilot "normal", cuando las condiciones son adecuadas —es decir, estamos circulando por una autopista—, la función se activa automáticamente con un indicador visual y sonoro.
En general experiencia de viajar con Navegar en Autopilot, al menos en su primera versión para España, es muy buena en algunos aspectos pero en algunos otros puede llegar a ser frustrante y debido a ciertas limitaciones debido a regulaciones europeas, puede ser en ciertos casos peligroso.
Empecemos por lo positivo: El sistema de conducción asistida, en general, simplemente no tiene rival. Está bastante bien resuelta, y mejora con el tiempo —gracias a los datos e información que Tesla obtiene con los recorridos de toda su flota—.
Los cambios de carril se confirman con el intermitente, se hacen en la mayoría de las ocasiones que yo haría manualmente, toma las salidas de forma adecuada y si se trata de un cambio a otra autopista, se mantiene activo. Es sorprendente e inclusive puede llegar a dar un poco de miedo ver como el coche, de forma totalmente automática, activa el intermitente, hace la maniobra de salida, desacelera y vuelve a acelerar, nuevamente activar el intermitente e incorporarse, sin ningún tipo de interación humana.
El indicador de que el Navegar en Autopilot se desactivará, una vez salido de una autopista se hace con bastante tiempo y una notificación muy clara. No hay pérdidas.
Pero no todo es bueno: al menos en su primera versión la función tiene algunos problemas, algunos de ellos importantes:
- Es capaz de detectar con bastante anticipación un coche en el carril que va mucho más lento que el límite de velocidad y hace la maniobra de adelantamiento, pero tarda mucho en volver al carril, quedando por momentos demasiado tiempo en el carril de adelantamiento.
- El modo "mad max", supuestamente más agresivo, es extremadamente cuidadoso, las maniobras de cambio de carril son innecesariamente conservadoras, aún cuando no hay coches cerca.
- Por algún motivo, antes de hacer un cambio de carril, en ciertas situaciones el Model 3 reduce la velocidad, sin explicación o necesidad alguna.
- Más de una vez abortó el cambio de carril a mitad de la maniobra, volviendo al carril de forma bastante agresiva y, nuevamente, innecesaria.
También hay un problema con el Navegar en Autopilot que realmente no es culpa de Tesla sino de la regulación que limita los sistemas de asistencia en conducción. Por ejemplo: el volante no puede girar más de ciertos grados, en caso que suceda el coche emite una alerta tanto visual como sonora y directamente desactiva la función. Esto puede llegar a suceder en la mitad de una curva.
La regulación prohibe que los sistemas de asistencia en la conducción puedan ejecutar maniobras supuestamente complicadas, entre ellas el tomar curvas pronunciadas o el hecho que las manos de conductor no pueden dejar de estar sobre el volante más de 15 segundos.
La limitación del Autopilot y por consecuencia el Navegar en Autopilot más que ayudar, complica y por lo tanto puede introducir un elemento de inseguridad, exactamente lo contrario a lo que la regulación pretende.
Hace de la conducción en trayectos largos una experiencia mucho más relajada y cómoda
Aún cuando hay problemas, la función tiene un potencial inmenso y no es acerca de la tecnología, sino de la consecuencia de este: una conducción muchísimo más relajada y por lo tanto cómoda. Permite mantener muchísima más atención sobre el entorno mientras el propio Tesla se encarga de mantenerse en el carril y mantener siempre la velocidad límite adecuada para el trayecto.
Un viaje de más de dos horas que se torna pesado en un coche normal se convierte en una experiencia bastante confortable y agradecida. De hecho es un sistema exclusivamente diseñado para autopistas y no debería ser usado dentro de ciudad.
A medio camino hacia la conducción autónoma total
Navegar en Autopilot es parte del paquete de conducción autónoma total que se puede activar por un costo extra en los Tesla Model 3, Model S y Model X. Es uno de varios pasos que está dando la empresa para darle más valor al vehículo antes de llegar a la conducción autónoma total.
Tanto Navegar en Autopilot, como el Autopilot en general y la futura conducción autónoma total mejorarán significativamente una vez que la compañía sepa aprovechar mejor la inmensa cantidad de datos que ha obtenido de los coches en circulación. Estos están siendo usados para entrenar la inteligencia artificial impulsada por una red neuronal que es parte del ordenador Full Self-Driving que será activado en el futuro o instalado de forma retroactiva más adelante en coches que ya estén en circulación.