La industria de los portátiles con Windows en su interior lleva tiempo acusando ciertas carencias que han ido socavando la experiencia con los terminales. Baterías que nunca cumplen con las horas de autonomía propuestas por el fabricante, rendimientos que se ubican muy por debajo de lo que realmente debería y una experiencia que, en general, dista mucho del escenario ideal. Ahora Intel quiere acabar con ello con Project Athena.
Este nuevo proyecto firmado por la tecnológica de Santa Clara tiene el objetivo de que los fabricantes ofrezcan máquinas competentes de verdad a todos los aspectos bajo el cumplimiento de unos estándares que la propia compañía californiana se encargará de comprobar. Con ello, aseguran, se alcanzará un nuevo nivel en la experiencia de uso de las máquinas que a día de hoy utilizan millones de personas alrededor del mundo.
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Project Athena, apuntalando la fiabilidad
Aunque Intel ya había dado algunos detalles acerca de Project Athena durante los pasados meses, ha sido en el marco del Computex 2019 que se celebra estos días en Taipei cuando ha concretado cuáles son las especificaciones que tendrán que cumplir todos los modelos de ordenador que los fabricantes quieran adherir a esta certificación, algo que podría ser utilizado como una poderosa herramienta de marketing. Características, eso sí, que no situarán a estos portátiles en las gamas de entrada del mercado actual.
Según las diapositivas que ha mostrado la empresa, los requisitos mínimos con los que tendrán que contar las máquinas del Project Athena abarcan la mayoría de los principales aspectos que atañen a la experiencia de usuario con el ordenador, estableciendo el uso de un procesador Intel i5 o i7, 8 GB de DRAM de doble canal y 256 GB de almacenamiento SSD. Además, tendrán que disponer de una autonomía solvente, con más de 16 horas de reproducción de vídeo en local, más de 9 horas de navegación web y ofrecer una carga que proporcione al menos cuatro horas de uso en un tiempo inferior a 30 minutos.
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Otros aspectos igual de relevantes son, por ejemplo, en el apartado de conectividad contar con Wi-Fi 6 Gig+ y Thunderbolt 3. También han de asegurarse los fabricantes de que el dispositivo pueda permanecer en un estado de reposo que permita al dispositivo encenderse de manera instantánea cuando se requiere, así como incluir desbloqueo por huella dactilar o reconocimiento facial como elementos de autenticación biométricos.
Otros detalles hacen referencia a la pantalla, que deberá ser 1080p de entre 12 y 15.x pulgadas, táctil y disponer de marcos reducidos tanto en sus laterales como en su parte superior. El teclado deberá ser retroiluminado y deberá existir soporte para punteros.
Todo ello será certificado tanto por los fabricantes como por Intel, quien ha asegurado que se distanciará de las pruebas de rendimiento tradicionales para realizar unas que se ajusten en mayor medida a los usos de las personas en el día a día. Con ello, esperan, podrán asegurar que un portátil se comporta de forma óptima en relación a los aspectos descritos anteriormente. La empresa ya trabaja con firmas del sector como Asus, Lenovo, Microsoft o Google, entre otras, para que los primeros dispositivos de Project Athena comiencen a llegar al mercado a partir de otoño de este mismo año.