El pasado mes de marzo, representantes de Monsanto se sentaron por segunda vez en el banquillo de los acusados, después de que Edwin Hardeman, de 70 años, denunciara a la multinacional por considerarla responsable del linfoma no Hodgkin que padece. Previamente, en 2018, fue un jardinero estadounidense de 49 años, llamado Dwayne Johnson, el que llevó a la empresa a los juzgados por un motivo similar.

Ambas denuncias han avivado el ya antiguo debate sobre los posibles peligros del glifosato. Como consecuencia, diversas autoridades competentes han vuelto a poner el tema sobre la mesa, analizando si realmente los usuarios de este producto deberían preocuparse. Entre ellos se encuentra la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), que a pesar de haberse pronunciado ya al respecto en el pasado ha vuelto a lanzar un comunicado en el que se reafirma en su postura en torno a la seguridad de esta sustancia, comercializada como Round Up, siempre que se sigan las pautas indicadas en su etiqueta.

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Cuantas más herramientas, mejor

"Si vamos a alimentar a 10 mil millones de personas para el 2050, vamos a necesitar todas las herramientas a nuestra disposición, lo que incluye el uso del glifosato". Con esta frase, el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Sonny Perdue, aporta su opinión en el anuncio emitido por la Agencia de Protección Ambiental durante la semana pasada. Además, añade que el Departamento de Agricultura estadounidense, al que representa, “aplaude la decisión de registro propuesta por la EPA, ya que se basa en la ciencia y es consistente con los hallazgos de otras autoridades reguladoras de que el glifosato no representa un riesgo carcinogénico para los humanos".

Este comunicado remite a un informe en el que la agencia estadounidense concluye que, a las dosis pautadas, no hay indicios de que exista riesgo para la salud humana, ni tampoco de que los niños sean más sensibles a sus efectos, si bien es cierto que deben mantenerse alejados de él. Además, señala que no hay evidencia de que cause cáncer, basándose en la clasificación de otros paneles de expertos internacionales, como la Agencia Canadiense de Reglamentación del Control de Plagas, la Autoridad Australiana de Medicamentos Veterinarios y Pesticidas, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, la Agencia Europea de Sustancias Químicas, el Instituto Federal Alemán de Seguridad y Salud Ocupacional, la Autoridad de Protección de Nueva Zelanda y la Comisión de Seguridad Alimentaria de Japón.

Monsanto y el glifosato: cuando la ley y la ciencia no se ponen de acuerdo

En cuanto al caso concreto de España, según la NTP 465 del Ministerio de Trabajos y Asuntos Sociales, el glifosato se clasifica en el grupo 2A de agentes carcinogénicos, en el que también se engloban las carnes rojas, el mate caliente o trabajar en turno de noche.

Como ya señalaron numerosos expertos en su día, aunque hay estudios que apuntan a un efecto perjudicial de este producto, normalmente son trabajos que indican correlación entre su uso y la aparición de cáncer, pero eso no tiene por qué significar causalidad. Es decir, que un trabajador que ha utilizado Round Up, y un montón de productos más, desarrolle un linfoma no significa que el glifosato, y no el resto de sustancias, haya sido el responsable. Y todo eso sin tener en cuenta otros hábitos que hayan podido conducir al desarrollo de la enfermedad.

Problemas ecológicos

El informe de la EPA sí que apunta a posibles riesgos ecológicos, especialmente para las plantas y algunos mamíferos y aves salvajes. Como solución, se propone que el etiquetado especifique una correcta gestión del rociado, que evite el contacto con plantas que no sean objetivo del herbicida, así como de otros seres vivos.

Finalmente, se establece también un plan para proteger a los polinizadores, como la mariposa monarca, de la exposición a estos pesticidas.

En definitiva, siguiendo las instrucciones necesarias, la mayor autoridad en medio ambiente de Estados Unidos, apoyada en las conclusiones de paneles de expertos de todo el mundo, concluye que no hay motivos para apuntar al glifosato como responsable de la aparición de enfermedades.