Microsoft decidió no vender su tecnología de reconocimiento facial a una agencia policial de California, ya que esto resultaría en mayores detenciones de mujeres y minorías. De acuerdo con Reuters, la tecnológica se negó a la petición de la agencia, que buscaba instalarla en cámaras corporales de policías y tambíen en coches.

En una conferencia de inteligencia artificial llevada a cabo en la Universidad de Stanford, el presidente de Microsoft, Brad Smith, dijo que la policía usaría el reconocimiento facial cada que detuviera a alguien para compararlo con una base de datos de sospechosos.

El problema, según Smith, es que esta tecnología dejaría la puerta abierta a detenciones arbitrarias de mujeres y minorías. La inteligencia artificial ha sido entrenada principalmente con imágenes de hombres blancos, lo que provocaría que más inocentes fueran interrogados.

El presidente de Microsoft reveló que la agencia policial no fue la única rechazada, ya que también se negaron a instalar su tecnología de reconocimiento facial en la capital de un país del que no quiso revelar el nombre. Smith dijo que de haberlo hecho, estas cámaras habrían atentado con el derecho de reunión de las personas.

Respecto a esto último, la tecnológica se valió de Freedom House, una organización sin fines de lucro que cataloga a los países que atentan contra las libertades civiles y los derechos políticos. Microsoft dijo que este país no era catalogado como "libre", razón por la cual rechazó la venta de su tecnología.

Microsoft quiere saber cómo se usará su tecnología

Reconocimiento facial en China

Como parte de un compromiso con la transparencia, la empresa solicita a sus clientes que informen cómo planean utilizar la tecnología de reconocimiento facial. Smith comentó que el rápido avance de la tecnología permite a los gobiernos llevar a cabo una vigilancia general. A futuro algunas decisiones podrían ser imposibles de revertir si no hay un compromiso con los derechos humanos.

Hace algunos meses Microsoft estuvo en el ojo del huracán luego que algunos empleados protestaran respecto al nuevo contrato firmado con el Ejército de Estados Unidos. Ingenieros y personal de la empresa rechazaron el uso de HoloLens en misiones de guerra, debido a que la tecnología buscaría aumentar la letalidad.

Los empleados mencionaron que no fueron contratados para desarrollar armas y exigieron la libertad de decidir cómo se usa su trabajo. Ante esto, Satya Nadella dijo que Microsoft no tenía intenciones de cancelar el contrato de 480 millones firmado con el Departamento de Defensa de ese país.