Todo nacía bajo la intención de buscar una manera de ayudar a los usuarios a ahorrar energía en un momento en el que aún no estaba de moda. No salió bien; la historia de tantos otras compañías.

Fundada por Emilio Bravo, Effipeople abría la veda al mundo de la gestión de los datos con sentido para tomar decisiones, pero llegó de forma prematura a un sector dominado por grandes compañías eléctricas. ¿La historia? La de siempre: usuarios con unos problemas y compañías con decisiones opuestas. Además de otro factor esencial vinculado al control de las compañías; las eléctricas son, de hecho, de las pocas industrias que pierden con el ahorro de sus usuarios. ¿Por qué hacer que gasten menos? Se añade también el factor de los clientes cautivos; una situación que ya se asemejaba a la de las telcos y que, con el paso de los años, ha terminado diluyéndose por inercia.

Sea como fuere, el modelo de negocio de esta pequeña empresa dependía de que las grandes compañías eléctricas fuesen clientes. Ellas no estaban muy dispuestas. "Era un modelo muy dinámico en el que o trabajábamos con las grandes o nada; terminamos arruinándonos con este proyecto, pero nos dimos cuenta de que teníamos algo muy grande entre las manos y una visión estratégica del sector", explica Emilio a Hipertextual. Este era el germen de lo que hoy todos conocen como Lucera.

"No vendemos electricidad"

A ellos les gusta decir que no venden energía porque, de hecho, el importe de comercialización para sus usuarios es a precio de coste, más 3,9 euros. Ese pequeño precio es lo que financia la actividad de Lucera y que, a fin de cuentas, permite desvincular el gasto –o ausencia de él– con los ingresos de la compañía; Lucera siempre va a ingresar lo mismo en sus cuentas independientemente del precio de la energía o del consumo. Su oferta, además, tiene un origen 100% renovable "aunque luego se mezcle en los enchufes con la otra", algo de lo que tampoco quieren jactarse en exceso. Ellos lo resumen como "un simple trámite administrativo que se hace en la CNMC" y como una forma de cooperar con el medio ambiente. Asímismo, Emilio añade que en España, "el 40% de la energía consumida tiene origen renovable" por lo que tampoco hay que comerse la cabeza en este aspecto. La clave, explican, "está en cambiar las cosas respecto a la relación con los clientes".

"Cuando empezamos esto en 2015 todos nos decían que estábamos zumbados", comenta Emilio, "nosotros solo queríamos que que los clientes ahorrasen y que hubiese confianza". Si esto ocurre se abre la posibilidad de que "hagan caso de las recomendaciones que se hacen".

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La gente no entiende el sector

La irrupción de los smartphones como elementos del día al día supuso un cambio, además del social que todos conocemos, en la relación con las telcos. Por primera vez en la historia, la fidelidad con las compañías de teléfono desaparecía y la oferta se convertía en el mejor amigo de los clientes. En las eléctricas esto no pasa. "La gente se vuelve loca con las cosas de este sector, y tampoco ayuda que el precio sea 0,00006 euros, no cabe en la cabeza de la gente", argumenta, además muchos creen que reducir la potencia, por ejemplo, implica perder beneficios; cuando no es algo que vaya de la mano". De esta manera, Lucera implantó el concepto de la gamificación eléctrica: ¿por qué no ahorrar comparándose con los vecinos?

A esto se le añade otro problema: el de los tipos de discriminación. Tener una tarifa única a lo largo del día, dos que corresponden a la hora valle y a la hora punta o, la tercera, con una super-valle para aquellos usuarios que dispongan de un coche eléctrico. "Hay que diferenciar que la energía cuesta mas o menos igual da igual el momento, donde está la diferencia es en la parte de la regulación con los peajes", añade el fundador, "la electricidad está cambiando de precio a lo largo del día, pero es imperceptible". Algo que busca ser reformado desde hace tiempo, bajo la idea de fomentar los coches eléctricos, ha sido usada por las grandes compañías para confundir a los propios clientes.

"Ahora mismo, muchas compañías están metiendo a sus clientes en contratos con tarifas valle diciendo que con ello van a ahorrar, pero lo que están haciendo es quedarse con el ahorro de la gente. Les hacen tarifas estupendas, pero que no lo son tanto, aprovechándose de los precios. Ellos ganan con la energía y con ese tipo de trampas".

Con eso, y vendiendo cacharros. Si las telcos han pasado a vender paquetes de canales de televisión, en el caso de las eléctricas ahora se venden termostatos y equipamientos. Es en el uso eficiente de "estos cacharros" donde lucera quiere buscar su hueco.

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Un mercado muy nuevo gracias, en parte, a los coches eléctricos.

La irrupción del coche eléctrico en la vida de los usuarios ha marcado, prácticamente, un antes y un después. "El mercado ha cambiado más en el ultimo año que en toda la vida; estamos hablando de coche eléctrico, de consumo, de termostatos, contadores, la gente está empezando a hablar de curvas de consumo… Esto hace tres años no era viable", añade Emilio. Igualmente, quedaba abierto el tema de las regulaciones, que desde Lucera definen como "todo un caos".

Está el famoso impuesto del 7% a las eléctricas; su retirada supuso la bajada de 0,50 euros en la factura, que sumado a seis meses contínuos de bajada dibujaban un panorama perfecto. El regreso de dicha tasa fue definido por todos como la gran subida de la luz. "La luz sube todos los días, así que no es tan alarmante como parece, solo fueron 0,50 euros. Cuando anuncias este tipo de medidas vende mucho, pero esto se trata de no llevar a la población a equívoco porque la gente no es consciente", argumenta, "y de esto tienen gran parte de culpa las eléctricas, porque lo que quieren es ganar dinero".

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Estaba el famoso impuesto al Sol. Es decir, todo aquel excedente de energía generada por el autoconsumo y que se volcase a la red se vería altamente gravado por las eléctricas. Para Emilio, "el tema del impuesto al Sol era más un impuesto al miedo que otra cosa. No era tan malo como lo pintaban, simplemente era una cuestión burocrática muy compleja y ya está". Con el cambio de la regulación, a principios de 2019, "la situación ha cambiado".

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