Xiaomi quiere librarse de la etiqueta que asocia a su nombre con smartphones de bajo precio. Un etiqueta autoimpuesta y ganada a pulso durante los últimos años con sus teléfonos a precio de saldo y otros modelos que, a pesar de enmarcarse en una gama superior, continuaban ofreciendo al potencial cliente un precio relativamente bajo al ser comparados con sus homólogos por especificaciones de otros fabricantes.

Lei Jun, CEO de Xiaomi, declara ahora que el objetivo es desterrar esta asociación natural con su marca. ¿Cómo? Dejando de fabricar terminales muy baratos. Lo afirmaba tras el evento de presentación del Xiaomi Mi 9, su último buque insignia, donde apuntaba a una producción de teléfonos de más alta gama:

https://hipertextual.com/analisis/xiaomi-mi-9

Queremos deshacernos de esta reputación de que nuestros teléfonos cuestan menos de 2,000 RMB [moneda local, equivalente a unos 260 euros o 5,700 pesos mexicanos]. Queremos invertir más y hacer mejores productos. [...] En el futuro, nuestros teléfonos podrían ser más caros, no mucho, pero un poco más caros.

La encrucijada de los márgenes de beneficios

La decisión de aumentar los precios podría, sin embargo, entrar en contraposición con una de las máximas que Xiaomi parecía estar defendiendo hasta ahora a capa y espada: no obtener en la venta de sus teléfonos más de un 5 % de beneficios para la empresa. Un margen muy ajustado con el que juegan para poder ofrecer teléfonos con precios tan competitivos, algo a lo cual se suma el uso de componentes asequibles, entre otros factores.

Imagen: David Ortiz.

Pero ¿qué pasaría si aumentasen el precio de sus smartphones? Aunque Jun asegura que "no serán mucho más caros", este mayor precio tendría dos posibles resultados: o renunciar a su promesa de obtener únicamente ese tanto por ciento de margen y seguir ofreciendo dispositivos similares a los de ahora a cambio de más dinero, o bien apostar por componentes más caros, más premium y que, en definitiva, el proceso de fabricación del terminal aumentase su coste y justificase la nueva cantidad sin salir del mencionado 5 %.

Jugando con los grandes del sector

Sea cual sea el futuro al que aspira Xiaomi con estos terminales, una cosa parece clara: quieren medirse con las empresas grandes del sector, con los pesos pesados de la industria. Y para que esto sea posible su categoría de gama alta tiene que ir al ritmo de los demás, no solo en especificaciones, sino implícitamente también en precio.

Bajo este movimiento podría encontrarse también el deseo de competir de manera más firme en su territorio natal con Huawei, quien acapara la mayor cuota de mercado en China. Al cierre del año, esta coronaba la clasificación con un 28 % del total, según Counterpoint. Xiaomi, por su parte, se quedaba en el quinto puesto con un 9 %.

Imagen: Luis del Barco.

En este contexto se enmarcaría también la mencionada posibilidad de optar por mejores materiales y componentes en el caso de los buques insignia. Las tintas medias no funcionan en un mercado cada vez más saturado y donde las distinciones entre los actores se van al mínimo detalle.

La consolidación de la marca

A gran escala, el cambio de actitud expuesto sería también un indicativo del camino hacia la consolidación que Xiaomi estaría buscando ahora que su marca ya se encuentra extendida de manera internacional y su nombre ha dejado de ser un extraño para el común de los usuarios. Lejos quedan los tiempos en los que era una marca recién surgida del continente asiático con unos modelos de especificaciones recicladas que solo eran conocidos en los foros.

Xiaomi es ahora una marca que cuenta con una buena posición de cara al público, habiendo anunciado ya, además, que la división Redmi en su gama pasaría a funcionar como una marca independiente, de la misma manera que Poco. Con ello, la firma primaria podría quedar reservada para unos teléfonos de mayor calidad –y más caros, por ende– y estas otras submarcas enfocarse a dispositivos que continúen con la imbatible relación entre calidad y precio características de la empresa. El Redmi Note 7 o el Pocophone F1, cada uno a su manera, son excelentes ejemplos de ello.

Probamos el Xiaomi Redmi Note 7: relación entre calidad y precio que sonroja a la competencia

Tiempo de cambios en definitiva, que es posible que veamos en 2019. La pregunta, no obstante, oscila de manera inevitable: ¿seguirá el consumidor optando por Xiaomi si la marca deja de ser, como hasta ahora, un referente en precios bajos?

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