21 de julio de 1969: por primera vez en la historia, el ser humano lograba poner un pie en la Luna, dando aquel famoso “pequeño paso para el hombre, pero grande para la humanidad”. Los primeros en pasear por nuestro satélite fueron los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin. Ambos eran hombres, pero no hubiesen podido llegar hasta allí si no hubiese sido por la labor de mujeres como Katherin Johnson y todas aquellas matemáticas e ingenieras que la NASA contrató para hacer los cálculos necesarios para que la misión culminara con éxito.

En total han sido doce los hombres que han viajado hasta la Luna, con un último paseo que tuvo lugar en 1972. Desde entonces, nadie ha vuelto ni siquiera a intentarlo. Aquellos primeros astronautas, junto a las misiones no tripuladas que se han enviado después, recabaron información suficiente para poder dar forma a una nueva misión más segura y acorde con los conocimientos actuales. No sabemos quiénes serán los próximos visitantes que pasearán entre los cráteres selenitas, pero las recientes declaraciones de uno de los directivos de la NASA en el programa de radio Science Friday han aportado una información que ha sido recibida con gran júbilo en las redes sociales: podría ser una mujer.

Los peligros de viajar a la Luna

Un gran paso para la igualdad

Jim Bridenstine acudió el pasado viernes como invitado al programa de radio de ciencia y tecnología estadounidense Science Frdiay, para hablar de los próximos planes de la NASA, especialmente los concernientes a futuros viajes a la Luna.

Durante su intervención, el presentador le pidió que contestara a la pregunta que una usuaria de Twitter había enviado a través de la red social: “¿se incluirá a una mujer en el próximo viaje a la Luna?”. “Absolutamente”, fue la tajante respuesta de Bridenstine. A lo que añadió que es probable que la próxima persona que pise la Luna sea una mujer, del mismo modo que también lo es que lo sea el primer ser humano que viaje hasta Marte.

Recordó también que el próximo 20 de marzo tendrá lugar un “paseo programado” en la Estación Espacial Internacional, en el que intervendrán los astronautas Nick Hague, Anne McClain y Christina Koch, lo que supone una representación femenina de dos tercios.

Mujeres en la carrera espacial

El 16 de junio de 1963, con solo 26 años de edad, la rusa Valentina Tereshkova se convertía en la primera mujer en viajar al espacio, al orbitar la tierra 48 veces a bordo de la nave Vostok 6. Comenzaba así una carrera espacial algo más accidentada que la de los hombres, que tenían mucho más fácil acceder a las titulaciones científicas que les permitirían participar en este tipo de misiones.

Solo seis años después, la NASA hacía historia, enviando por primera vez al ser humano a la Luna. Lo hacían dos hombres, respaldados por el trabajo de aquellas mujeres a las que bautizaron como “calculadoras”, por realizar las operaciones necesarias para poner en rumbo a la nave que los llevó hasta allí. Sin embargo, ellas podían tender a los hombres los puentes que necesitaban para viajar al espacio, pero no los cruzaban junto a ellos. De hecho, no fue hasta 1978 cuando la agencia espacial americana contó con sus primeras seis mujeres astronautas, que en un inicio fueron entrenadas para ello, aunque solo una logró finalmente su objetivo. Fue Sally Ride, quien en 1983 subió a bordo del transbordador Challenger, convirtiéndose en la primera estadounidense en viajar al espacio y también la tercera mujer del mundo, después de Tereshkova y la cosmonauta rusa Svetlana Savitskaya, cuya misión había tenido lugar solo un año antes, en 1982.

Gracias a Valentina Tereshkova, contigo empezó todo

A día de hoy, el 34% de los astronautas activos de la NASA son mujeres. Tanto ellas como las que las precedieron han demostrado que la carrera espacial es un reto del ser humano, en el que las agencias espaciales deben entrenar a personas aptas para fabricar y crear puentes hacia todos esos mundos que quedan aún sin explorar. Y para eso, el género no importa en absoluto.