**El éxito de la vigésimo primera película del Universo Cinematográfico de Marvel, Capitana ídem (Anna Boden y Ryan Fleck, 2019)*, es tal que ha recaudado en todo el mundo más de ochocientos millones de dólares en menos de dos semanas, y se prevé que sobrepase muy pronto los mil. Ha superado hasta la fecha a once de los estrenos de The Infinity Saga, a saber, El increíble Hulk (Louis Leterrier, 2008), los dos primeros filmes de de Iron-Man (Jon Favreau, 2008, 2010), Thor (Kenneth Branagh, Alan Taylor, 2011, 2013), Capitán América (Joe Johnston, Hermanos Russo, 2011, 2014), Guardianes de la Galaxia (James Gunn, 2014), Doctor Strange (Scott Derrickson, 2016) y el par de Ant-Man* (Payton Reed, 2015, 2018).
Así las cosas, no es extraño que una obra tan popular se nutra de otras semejantes, ni que lo haga dependiendo de su propia idiosincrasia. Esa es la razón de que *Capitana Marvel* esconda dos o tres curiosas alusiones al cine del cineasta canadiense James Cameron (Titanic). En una de ellas, Carol Danvers (Brie Larson) cae del cielo como la supuesta kree Vers sobre un videoclub terrícola, un antiguo Blockbuster, y tras ponerse de pie, dispara con su pistola alienígena sobre una figura promocional de cartón del thriller cómico **True Lies (1994)**, abriéndole un agujero llameante, derribándola y expresando satisfacción por ello. Y el motivo de esta anécdota hay que averiguarlo según los ingredientes feministas de Capitana Marvel.
Porque el filme de Cameron lo detestan muchos cinéfilos, no sólo debido a que lo consideren pedestre en la trayectoria del director, sino también uno de los más sexistas de los últimos años noventa. Por eso, la protagonista se complace ante la destrucción de su figura promocional. Seguidamente, agarra una edición coleccionista de **The Right Stuff (Philip Kaufman, 1983), pero eso ya supone una referencia diferente**, pues esta película cuenta la historia de los primeros astronautas de Estados Unidos —John Glenn (Ed Harris), Gordon Cooper (Dennis Quaid), Gus Grissom (Fred Ward), Walter Schirra (Lance Henriksen), Deke Slayton (Scott Paulin), etcétera—, es decir, de seres humanos que se han unido a la aventura de realizar viajes espaciales como la propia Carol.
La segunda alusión a la conocida filmografía del poco prolífico James Cameron no resulta tan obvia, pero ahí está: Vers ojea un mapa junto a un bar de motoristas y uno de ellos (Robert Kazinsky) la interrumpe para decirle una zalamería impertinente, lo cual la empuja a robarle la motocicleta con su casco, después de hacerse con la ropa de un maniquí para pasar más desapercibida sin su traje de la Fuerza Estelar, entre la que se incluye una chaqueta de cuero. Y este detalle apunta hacia la escena famosa de **Terminator 2: Judgment Day (1991)** en la que el robot futurista de Arnold Schwarzenegger le exige a otro motorista (Robert Winley) en el bar correspondiente que le dé “su ropa, sus botas y su motocicleta”.
Por supuesto, esta segunda alusión es más amable con Cameron, pero también entraña una motivación feminista por el escarmiento al tipo que se dirige a Carol Danvers con una necedad de conquistador de pacotilla. Y uno no puede evitar acordarse de Jonesy, el pequeño felino superviviente que acompaña a la tripulación de la nave espacial Nostromo en Alien (1979), cuando el adorable Goose de Capitana Marvel, “interpretado” por cuatro gatos —Reggie, Gonzo, Archie y Rizzo— y de la misma raza y constitución similar a la de Jonesy, hace de las suyas en el espacio durante el tramo final de la película. La protagonizada por la teniente Ellen Ripley (Sigourney Weaver) la dirigió Ridley Scott (Hannibal), pero su primera secuela, **Aliens: El regreso (1986)**, sí fue firmada por Cameron, y en ella también aparece Jonesy.