Madrid volvieron a Madrid hace algo más de una semana. Desde noviembre del año pasado, el Ayuntamiento de la capital había estado trabajando en una repartición del volumen de patinetes que, por empresa, tenían la capacidad de operar en Madrid. La orden de la alcaldía fue que, en menos de 72 horas, todos los patinetes debían desaparecer de las calles de la ciudad bajo el pretexto de hacer frente a la nueva Ordenanza de Movilidad. Dicho y hecho. De un día para otro, la totalidad de los patinetes de Lime, Bird y compañía dejaron un hueco en las vías de Madrid. Solo quedaron algunos que, con pocas unidades, estaban en fase piloto para testar su modelo.

Los patinetes vuelven a Madrid: esta es su nueva distribución por todos los barrios de la capital

Finalmente, a mediados de febrero, el Ayuntamiento anunció que ya había terminado la fase de presentación de proyectos y, por fin, había logrado una distribución de todos ellos por toda la capital. Esto obligaba a muchas compañías a tener que ampliar su zona de operaciones y, por tanto, modificar procesos y coberturas en sus aplicaciones. La almendra central, zona codiciada por todos los operadores, no sería la única con patinetes. En este sentido, organizaciones como Adigital, valora la presencia de regulaciones que tengan en cuenta las nuevas modalidades de transporte.

De hecho, Anna Merino, portavoz de Smart Mobility, explicaba en un encuentro de presentación que España se encuentra "ante un nuevo paradigma, en el que la regulación proactiva en apoyo a los nuevos modelos de movilidad es clave para el desarrollo sostenible de las ciudades. Estos nuevos modelos ofrecen a los usuarios más opciones de movilidad y alternativas al vehículo privado. Además contribuyen a la sostenibilidad de las ciudades sustituyendo vehículos tradicionales por otros libres de emisiones. Imponer barreras al desarrollo de estos servicios de movilidad compartida aleja a las ciudades, de forma contradictoria, de los ideales de calidad de vida que todas comparten y por los que deberían luchar para construir ese futuro”. En esta nueva regulación, añadían, es evidente "que las instituciones públicas locales necesitan de los operadores privados para transformar la movilidad en las ciudades”

Si el anuncio de noviembre abría muchas dudas, la nueva organización recientemente publicada, no era para menos. Efectivamente, todos los barrios de la capital cuentan con un número de patinetes que se ajustan en referencia al número de habitantes, tipo de vía y concentración de los mismos. El norte de Madrid, por tanto, con uno de los barrios más grandes es el que tiene más unidades. El sur, pese a contar con Vallecas –el barrio más grande de la capital– ha sido uno de los grandes olvidados, quizá, por cuestiones de seguridad. Se añade, además, la duda sobre los problemas de uso: el Ayuntamiento de Madrid concedió 18 licencias –algunas a compañías nunca antes vistas y otras denegadas sorprendentes, como la de MyGo o Bird–, lo que suponía la descarga de 18 aplicaciones para poder hacer uso de todos los servicios. Muchas compañías, de hecho, se preguntan cuáles han sido los criterios de reparto cuando en algunas zonas solo hay un patinete en operaciones.

MYGO, la compañía de patinetes que se financió trabajando para LIME

En cualquier caso, la sorpresa en esta historia, es la aparición de muchos players que nunca habían contado con participación en España. La necesidad de solicitar una licencia para poder operar ha obligado a muchos a solicitar permisos, aun sin saber si iban a poder operar en un corto espacio de tiempo.

El portal de datos abiertos del Ayuntamiento de Madrid aportaba toda la información sobre la distribución de estos vehículos en la capital. Se descubría, de esta manera, el número de patinetes de cada una de las empresas (uno de sus mayores secretos) y su distribución. De esta manera, sabíamos que Lime y Acciona, pese a haber pedido en todos los barrios de la capital, el centro no será su mayor zona de actividad. El norte para Acciona y el norte y este para Lime serán las zonas más importantes para ellos. Wind, por su parte, sí ha tenido más suerte a la hora de pedir patinetes en el centro de Madrid.

Para VOI, una de las que también operaba antes de la Ordenanza, el noroeste será su región esencial. Koko, que comenzó con su actividad en Zaragoza, ha tenido suerte en la periferia de la capital. Tanto así como Scoot o UFO, también muy activo en la periferia.

Los nuevos en la ciudad

Sin duda, algunos han llamado la atención en cuanto a su irrupción en Madrid. Eskay, con sus modestos 65 patinetes, ha centrado su actividad en el centro de Madrid.

Ari. Mobike, que ya contaba con bicicletas en la capital. Uber a través de su versión de patinetes ya anunciada en Estados Unidos, pero aún sin actividad en España. Taxify, nueva en la ciudad y otras tantas compañías han irrumpido de lleno en la ciudad.

El caso de Flash es llamativo, por una cuestión importante: el número de patinetes concedidos. Un total de 1.315, los mismos que SJV Consulting, lo que le convierte en la compañía con más patinetes en circulación en Madrid. En este caso, por el sur de la capital.

La polémica entre todos

Si bien es cierto que ha resultado extraña la irrupción de un gran número de compañías de patinetes en Madrid, hay una que se ha llevado todos los premios. SJV Consulting que, como su propio nombre indica, es una consultora. Ninguna de sus actividades están relacionadas con la gestión de patinetes. Esto indica algo que varias entidades ya habían supuesto: un mercado secundario, y de elevado precio, de licencias para permitir operar a terceros.

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