Frank Castle ha vuelto. Netflix estrenó recientemente la segunda entrega de este antihéroe de Marvel. Acá hablamos de la nueva temporada sin spoilers.

A pesar de las sorprendentes cancelaciones de las series Netflix-Marvel, The Punisher y Jessica Jones aún están activas... por el momento. La buena noticia es que este vigilante mortífero ha estrenado su segunda temporada en la que capitaliza gran parte de la trama de la primera; aquella sobre lo que lo orilló a vengar la muerte de su familia. La reciente entrega, además, presenta una nueva etapa del complicado personaje interpretado por un rudísimo y creíble Jon Bernthal.

Recordemos que en la primera temporada de The Punisher vimos cómo aquel personaje que apareció en Daredevil se desarrolló de forma interesante. Es decir, un personaje roto que pone, como siempre, la discusión moral en la mesa sin que nadie se atreva a dar un juicio sin matices. Y aunque le acusamos entonces de sobreexplotar la violencia en pantalla, los fans del personaje arguyeron que no había otra forma de presentar a Frank Castle y que el principal ingrediente de este título es la violencia explícita y en grandes cantidades.

‘The Punisher’, de Netflix: el exceso y el desvarío de la violencia

De cualquier forma el recurso de las armas, las peleas o los enfrentamientos no son el problema en sí, sino que estos sean verosímiles en la trama, que estén ahí como un apoyo narrativo y no como una excusa chapucera llena de balazos y sangre por doquier; y The Punisher segunda temporada logra apuntalar las batallas de su personaje y proponer mayor trasfondo a las escenas de acción. Aunque sí que peca de desarrollar muy poco a algunos personajes y nuevas tramas.

Viejas heridas, nuevos rostros

La nueva temporada comienza de forma suave —es decir, si tomamos en cuenta que estamos ante Frank Castle—. Y es que, debemos recordar, con la oportunidad que se le dio al final de la primera entrega, Frank puede construir un nueva vida; sí con el dolor de haber perdido a su familia, pero al menos con la cuenta saldada con los responsables. Después de todo una pérdida así no se repara, sino que se aprende a vivir con ella.

Ante esta oportunidad Frank decide estar en constante movimiento, acaso para no echar raíz y para probar el día a día con nuevas caras y nuevos paisajes. Sin embargo, encuentra en su camino a Amy Bendix (Giorgia Whigham), una jovencita que se metió hasta lo más profundo con quien no debía y que corre un riesgo mortal. Frank que no puede dejar su sensor de matones en casa, pronto se ve inmiscuido en los problemas de Amy y eso le hará regresar a su antiguo papel de justiciero.

La propuesta hasta ahí es interesante. El creador de la serie, Steve Lightfoot, ha explicado que esta nueva temporada tiene la estructura de un western. Es decir, el héroe errante que encuentra problemas en el camino, el forajido incógnito que tiene que desempolvar sus talentos mortíferos. El viajero que esconde bajo su cotidianidad un pasado brutal con el que ayudará, o mejor dicho: obligará, a que se componga la balanza de la justicia. El autoexiliado que tiene que regresar al lugar del que huye con ganas —en este caso Nueva York— pese a que esto lo enfrentará con su pasado y sus enemigos.

Y es aquí donde los personajes que vimos en la primera entrega: Dinah Madani (Amber Rose Revah) y Billy Russo (Ben Barnes) forman parte de la nueva trama, pero también de las heridas del pasado de Frank. Sin duda el reto más importante de esta nueva temporada es que se tuvieron que desarrollar dos arcos, el de Billy Russo —que da pie al esperado villano Jigsaw—, y el de Amy en donde conocemos a los mafiosos Anderson (Corbin Bernsen) y Eliza Schultz (Annette O'Toole), al interesante John Pilgrim (Josh Stewart) —basado en el villano The Mennonite— y una serie de pandillas y situaciones que hacen difícil una trama condensada. Sin embargo, y tal vez lo más importante, nos muestra un Frank más profundo, más sensible y más brutal, una combinación que sólo a él le queda bien.

A pesar de los altibajos de la trama se logra adentrar en los personajes, más que nada en los más importantes y en los que conocemos de más tiempo. Y sobre todo logra desarrollar a un Frank que, lo sabemos, tarde o temprano aceptará su papel como justiciero. La segunda entrega deja la puerta abierta para una nueva entrega —aunque es probable que esta no se desarrolle—, sin embargo sí que nos deja la mejor representación de The Punisher en la pantalla, un personajazo que explota al máximo Bernthal y que nos muestra, una vez más, que los antihéroes son más atrayentes y embriagadores —e inolvidables— que los superhéroes buenos hasta la médula.

La segunda temporada de The Punisher ya está disponible para todos los suscriptores de Netflix.

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