Es cada vez más habitual entre los fabricantes de origen asiático, que diferencian entre dos marcas sus productos destinados a un público más exigente de los más puramente competitivos en precio. En el caso de Huawei tenemos la marca bandera de mismo nombre y Honor, que habitualmente bebe de las innovaciones de este aunque con un desfase temporal patente y de otros precios. La línea P Smart se sitúa en un punto intermedio, una fusión entre ambas que acerca parte de las novedades más asentadas en la primera a los precios más económicos de la segunda.
El Huawei P Smart 2019 renueva, por 249 euros, lo recogido con el P Smart original. Lo hace de la mano de un diseño adaptado al 2019 y a través de las tendencias consolidadas en 2018, aunque con algo de carácter propio. Este teléfono conserva parte de la esencia ya vista el año pasado, aunque también abre se abre paso.
Huawei P Smart 2019, características
Las especificaciones técnicas del teléfono, al completo, son las siguientes:
- Pantalla: 6,2 pulgadas IPS, en resolución FullHD (1.080 x 2.340)
- Dimensiones: 155 x 73 mm, 8 mm de grosor y 160 gramos
- Procesador: Kirin 710 en 12 nm, ocho núcleos (A73, A53) y GPU Mali G51 de cuatro núcleos
- RAM: 3 GB
- Almacenamiento: 64 GB, con microSD
- Cámara frontal: 8 MP con apertura f/2.0
- Cámaras traseras:
- Principal: 13 MP con apertura f/1,8
- Profundidad: 2 MP
- Batería: 3.400 mAh, con carga rápida de 10 W
- Conectividad: LTE, Wi-Fi ac doble banda, GPS (Glonass, BeiDou), Bluetooth 4.2, NFC, Radio FM, USB B (microUSB), y dual SIM (sustituyendo la microSD)
- Sistema: EMUI 9 sobre Android 9 Pie
- Precio: 249 euros
Manteniendo lo que funciona
En la versión de 2019 nos encontramos un teléfono de 6.2 pulgadas en formato alargado de 19,5:9. Es por esto que aunque estemos frente a una gran pantalla, al uso no lo es tanto. Se hace delgado a la mano y con sus reducidos bordes quizás lo más difícil de alcanzar sea su parte superior. Aunque se trata de un panel LCD, su pantalla nos ha sorprendido gratamente por su calidad, para la gama en la que nos encontramos.
En esta versión tenemos una trasera que cambia completamente respecto a la del año pasado, que deja atrás una estructura de aluminio para subirse a lo que llaman 'cristal templado'. Sea cual sea, la sensación que transmite a la mano es más bien plástica, lo cual no es malo. Se trata de un viaje al pasado, a cuando los móviles resistían. Y este, de momento, lo hace. Eso sí, con su trasera tan pulida, hay una pega: un imán a las huellas y un gran atractor de arañazos. En tan solo un par de semanas el nuestro acabó bastante macado. Al menos en su color negro. Huawei presentó además un modelo en degradado llamado 'Twilight', por primera vez en sus gamas más económicas.
El gigante chino de las telecomunicaciones mantiene en este terminal dos de los conectores que ya es difícil ver en los teléfonos actuales. Hablo tanto del jack de 3,5 mm para auriculares como de la clavija tipo microUSB para su carga, alejado del USB C. No es, desde luego, la mejor de las configuraciones, y nos mantendrá durante un tiempo con más cargadores diferentes por casa. Le acompaña una carga rápida –pero no mucho– de 10 W que permite cargar completamente el teléfono en unas dos horas.
Las teclas de este teléfono son, para mi gusto, muy poco marcadas. Es habitual que al tacto sea difícil reconocer en qué posición se encuentra sin mirarlo, y unas teclas de volumen con escaso recorrido no facilitan las cosas. Su sensor de huellas dactilares en la parte trasera, sin embargo, sí resulta cómodo y funcional.
Si hay un gran icono de este pasado año es sin duda el 'notch', y Huawei lo incorpora en este P Smart 2019. Deja de momento a un lado la pantalla perforada que vemos tanto en el Nova 4 como en el Honor V20. Tan pequeño como puede para dar espacio al sensor y nada más, este puede hacer las veces de desbloqueo facial cuando el ambiente está iluminado. Prefiero utilizar el sensor de huellas, mucho más robusto y rápido.
Hardware suficiente, experiencia justa
Como es habitual, este P Smart cuenta con un procesador propio de Huawei. En este caso se trata de un Kirin 710 fabricado en 12 nanómetros. Mejor no confundirlo con el Snapdragon 710 de Qualcomm, mucho más capaz. Cuenta con ocho núcleos, cuatro A73 para alto rendimiento y otros cuatro A53 para bajo consumo que corresponden a los diseños de gama alta de hace unos años.
Esto proporciona al teléfono un rendimiento bastante consistente, que se ve ligeramente empañado por una capa de personalización y que lastra ligeramente su uso conforme vamos instalando más y más aplicaciones. La parte gráfica de este chipset tampoco es demasiado potente, y en eso se nota en ciertos usos como juegos más exigentes. En cierta medida queda contrarrestado por un panel táctil sorprendentemente bueno que nos deja utilizar el teléfono con una soltura que ya querrían otros teléfonos con precios de salida muy superiores.
La sensación de este P Smart es la de estar algo por detrás en sensaciones respecto al Mi A2 que es, de facto, la referencia para quienes quieren exprimir hasta la última moneda que apilan para adquirir nuevo teléfono. En parte viene dado por una mayor optimización de Android 9 Pie a los recursos del terminal, sin una capa de personalización que aporta demasiado poco a los teléfonos de Huawei.
Eso sí, tener la última versión de Android en un teléfono de esta gama no es para nada lo habitual. En esta versión encontramos añadidos como la nueva multitarea y el control mediante gestos al que es relativamente fácil acostumbrarse –pero que hay que activar– y, diría, más natural que el de pulsar los botones de acción tradicionales. Eso sí, no llega sola.
Quizás 3 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento interno son, sin versiones, suficientes para hoy y quizás durante un tiempo. Alcanzar los 4 GB hubiera sido una buena noticia para quienes pretendan alargar el uso de este teléfono en el tiempo. En cuanto a su capacidad, cuenta con posibilidad de microSD –o doble SIM, según se elija–.
En cuanto a su autonomía, su batería de 3.600 mAh cumple más que sobradamente. Aunque tengas días largos y alejados del enchufe, lo más probable es que este P Smart aguante completamente la batalla. Eso sí, a cambio tenemos uno de los controles de notificaciones y ejecución en segundo plano más agresivos de toda la industria. Huawei, de momento, no sabe hacer magia: si necesitas que una aplicación en concreto se ejecute bajo todos los supuestos, tendrás que forzarlo manualmente.
Su doble cámara repite configuración, una principal de 13 MP y f/1,8 apoyada por un detector de profundidad para el modo retrato, con 2 MP de resolución. Lo cierto es que a pesar de contar con un procesador relativamente modesto, los resultados sorprenden. Gracias a su función de disparo mejorado, incluso en tomas con iluminación tirando a pobre, las imágenes son relativamente decentes si nos tomamos el tiempo suficiente. Huawei afirma que gracias a las técnias de IA machine learning, se ajustan mejor los parámetros en el momento del disparo.
Como vemos, la imagen del Huawei P Smart recoge una cantidad de detalle similar en condiciones de luminosidad limitadas, además de ajustar mejor la temperatura de color.
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Conclusión
Como vemos, se trata de un teléfono que, sin destacar muy especialmente en nada sí que cumple en la mayoría de aspectos de una forma bastante holgada. Tanto su cámara como su autonomía o software dan lo que uno espera, e incluso algo más. Y este es precisamente el tridente de quejas por excelencia. Lastra ligeramente el hecho de que no, esta vez no, tenemos un rendimiento rompedor a precio de absoluto derribo. ¿Pero acaso hace falta?