Nuestro amigo y vecino el trepamuros ha regresado a la gran pantalla con una película de animación y altos vuelos, la cual hará las delicias de todos aquellos espectadores que sigan sus aventuras y disfruten con un buen relato animado de técnica virtuosa.No cabe duda de que el superhéroe cuyo atuendo viste Peter Parker es uno de los más queridos por los consumidores de cómics y por los cinéfilos sin prejuicios absurdos con las historias comerciales. No se ha prodigado demasiado en una filmografía, o no tantísimo como otros, con nueve largometrajes estrenados y seis de ellos en los que es protagonista hasta la fecha. El último, **Spider-Man: Un nuevo universo, que ha sido dirigido a seis manos por los estadounidenses Peter Ramsey, Bob Persichetti y Rodney Rothman*, de los que sólo el primero contaba con experiencia al frente de una película de animación, pues se había ocupado de El origen de los guardianes (2012) según la serie de libros The Guardians of Childhood*, de William Joyce, una muestra de buen hacer vigorosa y llena de encanto infantil.
Rothman únicamente se había encargado de los guiones de Grudge Match (Peter Segal, 2013) y 22 Jump Street (Phil Lord y Christopher Miller, 2014), pero Persichetti, aparte de escribir el de El Principito (Mark Osborne, 2015) con Irena Brignull (Los Boxtrolls), había trabajado en el departamento de animación de obras como *Shrek 2 (Andrew Adamson, Kelly Asbury y Conrad Vernon, 2004) o El Gato con Botas (Chris Miller, 2011) y del artístico de Wallace and Gromit: The Curse of the Were-Rabbit* (Nick Park y Steve Box, 2005) y Flushed Away (David Bowers y Sam Fell, 2006). Así, podría decirse que **Sony Pictures no ha puesto su confianza para contar esta interesante historia superheróica en cineastas indignos de ello y, en fin, supongamos que la visión de Rothman para el filme les ha convencido*.
Sea como fuere y después de haberlo pasado en grande con Spider-Man: Un nuevo universo*, no tendría sentido resistirse a admitir que se ha tratado de una apuesta ganadora; hasta el punto de que a esta película que se la puede considerar ya entre las mejores sobre las peripecias del hombre araña, *junto con Spider-Man 2 y Spider-Man 3 (Sam Raimi, 2004, 2007) y, desde luego, la de mayor calidad en el ámbito de la animación. Spider-Man (Raimi, 2002) contiene una tremenda falta de respeto a la inteligencia del espectador en un flashback recordatorio, The Amazing Spider-Man (Marc Webb, 2012) no encuentra el tono oportuno, sus diálogos son insípidos y se pierde en la inverosimilitud, The Amazing Spider-Man 2 (Webb, 2014), sencillamente, se deja ver y Spider-Man: Homecoming* (Jon Watts, 2017) resulta satisfactoria.
Pero siempre menos que el inspirado espectáculo animado que nos brindan Ramsey, Persichetti y Rothman durante las cerca de dos horas que dura su filme. No hay más remedio que reconocer que han sabido compaginar tanto la idiosincrasia consabida del trepamuros neoyorkino, una técnica de animación depurada y sorprendentemente detallista, con el ancla visual en las superficies del mundo auténtico, y un estilo propio, heterogéneo y diferenciado de otras producciones y sin temor a hundir sus raíces a veces en los cómics, la frescura caricaturesca e incluso lo psicodélico, aunque no se suba al carro exclusivo de la genialidad.
Los espectadores ávidos de un entretenimiento estimulante de ciencia ficción y fantasía superheróica encontrarán en Spider-Man: Un nuevo universo, no sólo lo que buscan, sino también una inesperada e imaginativa fiesta fílmica de la riqueza estética y lo referencial, que se yergue sobre una esencia genuina y a la vez toma sin remilgos ni remordimientos esto y lo otro de aquí y de allá. Y su compleja composición influye hasta en la banda sonora de Daniel Pemberton (*Steve Jobs*), cuya partitura se revela múltiple en sus elementos melódicos y de lo más curiosa en conjunto, y consolida el envidiable ritmo de estas correrías arácnidas.
Las posibilidades que se intuyen en la premisa del guion escrito por Phil Lord (The Lego Movie) y el director Rodney Rothman son copiosas y quizá prometan un jugoso futuro para una hipotética saga, y ellos no pierden una oportunidad de oro como esta para mofarse de los conceptos establecidos y las frases respetadas del universo de Spider-Man, lo que encantará a los cinéfilos a los que les trae al pairo la idolatría y las vacas sagradas. Pero no hay que abstenerse de decir que dedican poco tiempo a profundizar en los personajes más allá de las pinceladas imprescindibles y de rigor y que esta circunstancia le resta enteros y, claro, entorpece que alguno pueda fascinarnos lo mismo que todo el aparato audiovisual.
Conclusión
Cuando aún no contamos con ninguna obra superior como The Dark Knight (Christopher Nolan, 2008) para ningún otro superhéroe, Spider-Man: Un nuevo universo logra caer al menos en el lado de las más interesantes que uno se pueda echar a la cara.
Pros
- La técnica de animación depurada y sorprendentemente detallista y de estilo propio.
- El envidiable ritmo.
- La mofa de los conceptos establecidos en el mundo de Spider
- Man.
- La curiosa banda sonora de Daniel Pemberton.
Contras
- Que el guion no profundiza demasiado en los personajes y con ello pierde lo suyo.
- Que todo el esfuerzo fílmico no llega a la genialidad.