Apple ha anunciado que dejará de dar las unidades en número de cada tipo de dispositivo para pasar a hacerlo por valores agregados de unidad de negocio. Esto quiere decir que, desde diciembre, dejaremos de saber con exactitud cuántos iPhones vende la compañía y solo sabremos cuanto ingresa de forma total en esa línea de negocio, aunque gracias a los costes de sus cuentas, nos permitirá calcular el margen, de nuevo agregado, y sacar alguna que otra conclusión sobre cómo van las ventas.

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Y es que aunque Apple seguirá vendiendo dispositivos y segura durante mucho tiempo siendo la empresa del iPhone, lo cierto es que el hecho de que no vaya a dar más números esconde más de lo que a simple vista parece, pero en resumen se trata de empezar a acostumbrar a sus stakeholders al hecho de que va a orientar su modelo negocio hacia otro ámbito mucho más jugosos para los tiempos que se avecinan.

Desde el punto de vista financiero también es una buena idea

El hecho de ocultar los números del iPhone (o cualquier otro dispositivo) permite a la compañía minorar las críticas y el castigo del Wall Street en caso de que los números no sean como se esperan. Es más fácil mantener contentos a los inversores si no se dan números de unidades, porque es más complicado para cualquier fuente externa a una compañía adivinar una desaceleración en las ventas.

En condiciones normales, una minoración de los ingresos es la consecuencia de una caída en las ventas, pero con Apple es algo más complicado adivinar esto. Y lo es por una sencilla razón: el aumento continuado de los precios de los dispositivos, mucho más allá que la inflación generalizada -el famoso ASP-, permite a la compañía ingresar mas vendiendo menos. Dada la estrategia de precios de los últimos años, todavía tiene mucho combustible en este sentido.

Además, se está haciendo especialmente eficiente en mantener los costes a raya. La reutilización de componentes en dispositivos nuevos, con las inversiones en R&D ya amortizadas, unido a que de un tiempo a esta parte mantiene dispositivos más antiguos a la venta, cuyas economías de escala ya han sobrepasado de sobra las inversiones de lanzamiento originales, hacen que los márgenes de Apple se agranden cada vez más aunque el precio del dispositivo en sí caiga.

El anuncio de que empezaban a usar aluminio reciclado en toda la línea de Mac no fue casualidad, y si bien inicialmente requiere costes más altos, permite, cuando se desarrollan dichas economías, ajustar muchísimo los costes de fabricación, y por ende, generar más ingresos por unidad vendida a igualdad de precio, simplificando un poco las cosas.

De los costes al cambio en el modelo de negocio

Pero todo esto es solo la punta del iceberg. Lo cierto es que, como decíamos antes, el sustrato que queda de Apple es que se está moviendo hacia una compañía orientada a los servicios. En cierto modo, hace tiempo que lo viene haciendo, pero la nueva estructura de resultados es la típica de este tipo de empresas.

Lo que la compañía espera que caigan los ingresos por hardware dada la comoditización del mercado y la desaceleración del consumo de este tipo de productos, por se ya estacionarios y no revolucionarios (las mejoras de los nuevos iPhone son incrementales, no grandes saltos cuantitativos como los del pasado), se compensa con una fuerte inversión en servicio asociados.

Esto supone que no sea tan necesario contar el número de dispositivos vendidos per se, al menos no tanto como contar el total agregado que genera una línea de negocio: ya no se vende un iPhone, se vende un iPhone, una suscripción a Apple Music, a iCloud, unas cuantas apps de la Store y un par de suscripciones a aplicaciones de Salud porque resulta que el comprador tiene también un Apple Watch. Además paga Netflix a través del Apple TV y está suscrito a unas cuantas revistas de las que Apple se lleva una buena comisión.

Y Apple Pay, y los servicios empresariales, y... esa es la fórmula que nos anticipa porqué dentro de poco dejará de importan cuánto vende Apple en números de dispositivos, puesto que el valor importante será el de cuanto vende Apple dentro de cada dispositivo. Sin duda tomará unos ejercicios a la compañía dar este cambio, pero ya lleva tiempo moviéndose en esta línea, y el pasado nos da la razón.

Al fin y al cabo los tiempos han cambiado, es mucho más lucrativo en términos de negocio tener ingresos recurrentes de un usuario, atado a un ecosistema del que apenas tiene salida dada la nula competencia, que venderle un móvil y no vuelva a pisar una tienda de Apple hasta dos o tres años después.

Vender móviles es fácil (ahí están los fabricantes chinos, Samsung... o incluso Blackberry), convencer a un usuario de quedarse para siempre en tu plataforma y ganar muchísimo dinero en el proceso, no tanto.