Venom (2018), la última producción de Sony dentro del mundo Marvel, protagonizada por Tom Hardy, se estrenó este mes de octubre consiguiendo récords de taquilla. Y eso que las críticas no recibieron con todo el agrado la versión del simbionte, seguramente por culpa de la gran expectación que generaron todos los trailers y la elección del actor principal.
Pero al igual que la película de Venom nos ha dejado varias escenas rocambolescas, el propio origen del personaje en los cómics tiene mucho de extraño. Oficialmente Venom apareció por primera vez en las viñetas en 1988 de la mano del guionista David Michelinie y el renombrado dibujante Todd McFarlane, cuando el alienígena negro se unió al periodista Eddie Brock tras pasar unos años haciendo la puñeta a Spiderman.
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Sin embargo, antes de todo esto la idea primigenia de un nuevo Spiderman negro partió de la cabeza de un joven lector de cómics que nunca fue reconocido, para después pasar a los planes de una empresa juguetera que quería vender nuevos muñecos de Spiderman con una imagen renovada. Esta es la historia de Venom antes de ser el ser el ser con dientes y lengua que ha llegado al cine.
Cómo una promoción de juguetes dio a Spidey su traje negro
Como es conocido, la relación de Spiderman y el simbionte parte en los cómics mucho antes de que aparezca el nombre de Venom como tal. Su primera aparición comienza en lo que se conoce como 'La saga del traje negro' dentro de las historias del hombre-araña.
Marvel a mediados de los 80 ya se había dado cuenta de que Peter Parker y su álter ego eran de largo su personaje más rentable, y buscaron formas de explotarlo un poco más. Por aquel entonces, Spidey llevaba ya casi 20 años luciendo su icónico traje azul y rojo, y aún quedaba mucho para que se diera rienda suelta a toda la colección de disfraces que poco a poco vamos viendo en las películas y que se destripa especialmente en el reciente videojuego Spider-Man lanzado en exclusiva para PS4. En él podemos poner al trepamuros su traje del futuro en el Universo de 2099, con su versión Noir, o con el traje que le diseña Tony Stark y que ya hemos visto en las películas de Avengers.
Fue entonces cuando la casa de juguetes Mattel -conocida principalmente por Barbie o Hot Wheels- se interesó por firmar una alianza para distribuir el merchandising de los héroes de la editorial. La idea quedó plasmada, pero hacía falta que Marvel introdujera nuevos diseños para así poder vender nuevos juguetes. La historia no es distinta a la aparición de Hulk con el traje de gladiador en Thor: Ragnarok. Un personaje famoso, con un traje nuevo, vende mucho. Con este contexto, Marvel planeó el que fue el primer gran crossover de los muchos que ha tenido después su universo: las conocidas Secret Wars (1984-1985).
En este evento, todos los héroes y villanos de Marvel se enfrentaban en un altercado cósmico que los llevaba por varios planetas y un mundo llamado Battleworld, en el que literalmente todos hacían la guerra contra todos. El fin de este crossover devolvió a los personajes de Marvel a sus líneas originales con numerosos cambios: She-Hulk se había unido a Los 4 Fantásticos, La Cosa había desparecido, y Spiderman había vuelto a Nueva York, pero con un extraño traje negro.
¿Pero cómo logró Peter Paker este nuevo atuendo? En una de las publicaciones de Secret Wars Spiderman se introduce en una máquina preparada para reparar trajes después de que el suyo quedara destrozado del que sale vestido de negro, pero para después descubrir que su nuevo traje, que lo hacía más poderoso, era en realidad un ser alienígena llamado simbionte que en realidad quería tomar el control de su cuerpo. La sonrisa de Venom comenzaba a aparecer al final de todo.
El traje negro del que nació Venom, la idea original de un fan
Sin embargo, la idea primigenia de dar a Spiderman un traje negro no partió en un inicio de Marvel, ni de Mattel en su afán por vender nuevos juguetes. Durante años se rumoreó que ese tono oscuro había llegado a las oficinas de la editorial a través de la proposición de un fan. Un rumor que acabó convirtiéndose en cierto casi 25 años después.
Randy Schueller era uno de los millones de lectores de Spiderman que había a mediados de los 80. En esa época, Marvel interaccionaba con los fans sugiriendo concursos, ideas y el envío de cartas a falta, claro está, de redes sociales. En uno de estos concursos públicos donde se invitaba a los lectores a sugerir nuevas ideas para el hombre-araña, Scheller se atrevió a mandar una carta con un boceto donde se veía a Spidey con un traje nuevo: era negro y llevaba el símbolo de la araña en rojo en el pecho.
Lo que en un principio parecían rumores, se confirmó en 2007, cuando Schueller, ya adulto, se cansó de escuchar la leyenda urbana mal contada y envió una carta a Comic Book Resources. En ella contaba que mandó la propuesta en 1982, y que recibió una respuesta de Jim Shooter, entonces editor jefe de Marvel, diciéndole que la idea le encantaba. La carta de respuesta que adjuntó es la mayor prueba de que toda la historia era finalmente cierta. Sus palabras al dar a conocer todo fueron las siguientes:
“Pensé que sería genial si Spidey necesitara mejorar sus poderes y su apariencia, así que se me ocurrió la idea de que Reed Richards había hecho un nuevo disfraz para Spidey usando las mismas moléculas inestables de las que están hechos sus trajes. Vi el traje nuevo como una versión oculta del traje original: negro azabache para que pudiera mezclarse con las sombras”.
Aunque Schueller no contemplaba el traje negro como el simbionte que acabó siendo, es muy posible que fuera la chispa que diera rienda a todo el personaje que acabaría siendo Venom. Marvel le compró la idea por 220 dólares de la época, y aunque en un principio le invitó a participar en el desarrollo de la historia, finalmente esto acabó cayendo en saco roto. Schueller, al dar a conocer la historia, no reprochó a Marvel que no le pagara más dinero por los derechos, pero sí “que no hubiera algún tipo de referencia a su nombre por la idea original”.
Y finalmente, Venom
De vuelta a los cómics y a los años 80, tras las Secret Wars, durante meses varias filtraciones habían extendido la idea de que el hombre-araña no dejaría su traje negro solo en el crossover, sino que lo extendería a su publicación propia. El rumor había hecho que Marvel recibiera centenares de cartas de fans lamentando la idea, según se cuenta en el libro Marvel: The Untold Story. Por desgracia para estos lectores, Marvel cumplió los pronósticos devolviendo a su personaje favorito a la Gran Manzana en su número 252, con un subtítulo revelador en el que se podía leer: “Los rumores eran ciertos”.
Pero la trama del traje oscuro, que se reveló como un ser extraterrestre capaz de interactuar con Parker y empujarle al lado maligno, acabó siendo un éxito. Tras conseguir desprenderse de él, Spiderman deja al simbionte en un campanario, al que por azares que solo se pueden dar en los cómics acaba llegando Eddie Brock.
Brock era un periodista reputado por haber destapado la identidad de un asesino en serie, hasta que Spiderman, en una de sus aventuras, acaba revelando que en realidad las informaciones que manejaban eran falsas. Brock, deprimido y con un odio eterno al hombre-araña, acaba encontrándose con el simbionte, que juntos se convertirían, ahora sí, en Venom, el mayor y más temido villano que ha tenido el trepamuros.
La historia de Venom en los cómics pasaría posteriormente de malvado a aliado, con su serie propia, y siendo uno de los personajes más rentables e icónicos de la editorial durante los años 90. Una idea que surgió de la mente de un chico que solo recibió 220 dólares por ello, y de una casa de juguetes que quería vender más figuritas.