Uno de los muchos efectos positivos del movimiento #MeToo reside en el hecho de que las personas abusadas a lo largo del tiempo se sientan lo suficientemente seguras y reforzadas como para poder abrirse y revelar los problemas de abusos sufridos sin miedo al rechazo, la burla o la incredulidad. Gracias a ello, han sido varios los famosos de renombre señalados por comportamientos reprobables en el pasado.
#MeToo, el hashtag para denunciar el acoso sexual después de Harvey Weinstein
Pero ya antes de que se iniciara dicho movimiento, Arnold Schwarzenegger había sido acusado de humillar y manosear a decenas de mujeres; más concretamente, fue en plena candidatura a gobernador de California, en 2003, cuando las acusaciones salieron a la luz y, evidentemente, tardaron poco en ser desmentidas y transformadas por su partido en un ataque ilícito de los candidatos rivales. Ahora, en una entrevista para Men's Health, el actor de Terminator ha afirmado que "echando la vista atrás, me pasé de la raya en múltiples ocasiones y fue el primero en pedir perdón".
Disculpas que, para eso está la hemeroteca, no fueron públicas en ninguno de los casos. Schwarzenegger continúa:
"Me siento mal por ello y me disculpo. Cuando pasé a ser gobernador quise que nadie, incluido yo, cayera en este tipo de errores. Por ello tomamos cursos sobre asalto y abuso sexual, para tener un claro entendimiento, desde puntos de vista ordinarios y legales, de qué es aceptado y qué no".
Las declaraciones, con un evidente tono de arrepentimiento, contradicen que el el actor y político no haya reconocido jamás haber incurrido en los abusos de los que fue acusado públicamente hace ya quince años pese a que, eso sí, no fue nunca condenado legalmente por ello. Asimismo, Schwarzenegger espeta que "siempre ha respetado a las mujeres", especialmente a su madre, "la mujer a la que más ha querido".
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Alardear de respeto a las mujeres en la misma entrevista en la que declara haberse sobrepasado con ellas en el pasado es, como poco, extraño. Ahora, tantos años después, es difícil que lo ocurrido termine de esclarecerse jamás y, por lo tanto, el que dejara de ser gobernador en 2011 seguirá como hasta ahora. Por suerte, personalidades como Harvey Weinstein, contra el que comenzó todo, Kevin Spacey o Bill Cosby no han corrido la misma suerte.