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El desayuno es la comida más importante del día. Por esto, hay que tener cuidado con qué tomamos a primera hora de la mañana. Nuestra elección puede no ser tan buena como creemos si nos paramos a analizar el azúcar que contienen. Y esto pasa en los cereales que se publicitan como que ayudan a mantener la línea.

En cualquier comida, hay que tener siempre un ojo puesto sobre el azúcar ya que este ingrediente y la falta de actividad física, pueden causar diabetes. “Se estima que en 2015 la diabetes fue la causa directa de 1,6 millones de muertes”, según señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Y cómo está la diabetes en España? Pues las cifras de mortalidad en 2016 señalan que un total de 9.160 personas murieron por diabetes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En Hipertextual hemos analizado el contenido de azúcar de dos marcas que se anuncian (tanto por televisión como en las propias cajas) como cereales para mantener la línea y los hemos enfrentado con las versiones originales de esos mismos cereales, es decir, sin trocitos de chocolate ni frutos rojos, para comprobar si son tan sanos como uno puede pensar gracias al marketing.

¿Cuánto azúcar tienen?

Por cada 100 gramos de cereales Corn Flakes, marca Kellogg's, 84 gramos son de hidratos y de ellos 8 gramos son de azúcar, mientras que en los Special K Milk Chocolate son 76 gramos y 22 de ellos son de azúcar. En la variante con frutos rojos en vez de chocolate, la cantidad de hidratos asciende hasta los 79 gramos, de los cuales 17 de ellos son azúcares.

Los Fitness originales de Nestlé contienen, cada 100 gramos de cereales, 74,9 gramos de hidratos de carbono, de ellos son azúcares 10,8 gramos, mientras que los Fitness chocolate con leche, de la misma marca, 70,7 gramos de hidratos, de los cuales 20 son de azúcares. En este caso no tienen versión con frutos rojos.

Por tanto, los cereales que contienen menos azúcar son los originales de Nestlé y los Corn Flakes de Kellogg’s, mientras que la cantidad en el resto está entre los 17 y los 22 gramos. Hay que recordar que, aunque la porción recomendada son 30 gramos (un puñado), lo normal es que una persona coma el doble o más de estas porciones.

¿Por qué se anuncian entonces como cereales para mantener la línea? ¿Habría que desterrar los cereales del armario? "Es una estrategia de marketing", responde la nutricionista Judit López cuando se le pregunta por qué tienen tanto azúcar estos cereales. "Para darle un sabor dulce que agrade a la gente ponen mucho azúcar pero lo tapan con un gran marketing, como por ejemplo dibujando en el paquete siluetas de mujeres en forma, resaltando solo los nutrientes saludables que contiene, diciendo que contiene cereales integrales (aunque sean en proporción menor que los refinados), etc", añade.

No hace falta desterrar los cereales del armario, pero si se quieren tomar los mejores son los cereales integrales, como señala López. “Si tomamos cereales tenemos que fijarnos que sean integrales de verdad, que no contengan azúcares añadidos ni grasas refinadas”, comenta a Hipertextual la nutricionista. Un buen ejemplo, explica, son los copos de avena naturales.

El azúcar se encuentra de forma natural en multitud de alimentos, como la fruta (fructosa) o en los propios cereales. Para el cuerpo es necesario para su buen funcionamiento ya que igual que comemos proteínas o vitaminas, necesitamos una proporción de hidratos de carbono y azúcares. Sin embargo, el problema de los alimentos ultraprocesados está en los azúcares añadidos, es decir, aquellos que se agregan durante la fabricación y que suponen un exceso de glucosa en sangre que puede llevar, con el tiempo y la inactividad fisica, hacia la obesidad, la diabetes y otros problemas nutricionales.

¿Cómo hacer un buen desayuno?

“Siempre nos han inducido a desayunar algo dulce y ultraprocesado”, comenta López. “Pero no tendría por qué diferenciarse del resto de comidas saludables”. Así que, si uno se plantea dejar los cereales para mantener la línea sin tanto azúcar o prefiere variar, hay otras opciones.

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Una primera podría ser “un lácteo, pan integral con aceite de oliva virgen extra con tomate y una fruta”, explica López. Otra opción es el porridge, es decir, “leche con avena, plátano, frutos secos y canela o cacao puro en polvo”. “También valdría algo diferente, como ensalada de garbanzos, tomate, pimiento y pepino”, añade la nutricionista. “En verdad el desayuno es una comida más, y lo importante es que contenga alimentos de calidad”, concluye.

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