La buena noticia es que la segunda temporada de Iron Fist de Marvel-Netflix es mucho mejor que la primera; la mala es que se le da vueltas a una historia que daba para menos y pone en riesgo la verosimilitud del superhéroe protagonista. Pese a lo anterior, lo nueva entrega se disfruta —en su gran mayoría—. Acá la repasamos, sin spoilers.
‘Iron Fist’, la serie de Marvel y Netflix sin ningún superpoder
Cuando fue estrenada la primera temporada de Iron Fist nos lamentamos de una entrega débil y desangelada. Y es que a la luz de las demás series de Marvel en Netflix, el drama de Danny Rand simplemente no despegaba. Luego, aunque encontramos una muy regular serie en The Defenders, Danny parecía encajar mucho mejor y ser un personaje más atractivo. Ya no digamos cuando apareció en un episodio de la segunda temporada de Luke Cage, en donde su presencia fue un aire fresco y hasta ameno en esa terrible entrega del superhéroe de Harlem. Contrario a lo que pensamos, la segunda temporada de Iron Fist es bastante rescatable y disfrutable en varios puntos, sin embargo, y a pesar de solo tener 10 episodios —y no 13 como es costumbre en las series de Marvel— antes del final se le da vueltas a la trama sin mucho sentido.
Uno de los mejores movimientos para desarrollar el personaje de Danny Rand / Iron Fist es que, por un lado, intenta poner orden en la ciudad —motivado por lo que le dijo Matt Murdock al final de The Defenders— sino que también lo intenta a nivel personal junto a Colleen. Su relación y sus propios conflictos, él como guerrero legendario en una ciudad como Nueva York, la otra como antigua discípula de La Mano, le otorgan al drama elementos ricos e interesantes; y más con otros que conocemos a lo largo de esta segunda entrega.
Una familia desmoronada
Recordemos que en la entrega anterior Danny tuvo que convencer a propios y extraños que se trataba del heredero Rand. Él junto a Ward y Joy atravesaron por muchas cosas por ello, sin embargo, al parecer esta última no pudo con todo lo sucedido en la primera temporada y no sólo desapareció entonces sino que regresó con sed de venganza en esta entrega. Esto es creíble hasta cierto punto pero insisten en ello tantas veces que se vuelve cansino. A pesar de todo, los hermanos Meachum agregan varios elementos al drama de Danny. Ward, particularmente, se vuelve uno de los personajes más desarrollados y interesantes, aunque lo que pone en la mesa nada tiene que ver con los tópicos de superhéroes sino más bien con el lado mundano de la vida moderna, sin embargo funciona bastante bien.
Por el otro lado está el hermano de crianza de Danny: Davos. Sabemos bien que él es nativo de K'un-Lun —y gracias a Danny el último— que perdió ante nuestro superhéroe principal la oportunidad de pelear con un dragón y heredar el poder legendario del Iron Fist. Esta apropiación cultural, validada por una pelea entre los hermanos —y al parecer un favoritismo de parte del padre— nunca fue superada por Davos. Su enojo es bastante legítimo, después de todo Danny no sólo se quedó —o ganó— el corazón del dragón, sino que se fue en búsqueda de sus raíces y su "verdadera" identidad cuando más se le necesitaba.
Así, los lazos de sangre y los familiares están rotos y envenenados. En esto se basa la principal historia de esta segunda temporada de Iron Fist. La gran mayoría de los episodios son entretenidos y disfrutables, Ward y Misty Night agregan el humor y una buena dosis de realidad. Davos también, aunque involuntariamente.
Acá hace falta señalar que una villana muy interesante del universo de Marvel fue introducida en esta entrega: Mary Walker. Su desarrollo e implicación en la historia lo reservamos para quienes no han visto la entrega —y más que nada porque prometimos cero spoilers—. Sin embargo, sí diremos que se trata de un personaje que puede dar para unir —de nuevo— a The Defenders, si es que esto está en los planes de Netflix.
Un poder legendario (o ya no tanto)
¿Recuerdan que el poder del Iron Fist fue ganado por Danny luego de un entrenamiento de toda la vida? Pues esto tan importante —y bastante mencionado por Danny— parece que se olvida en la segunda temporada, pues ser portador de este se reduce a una especie de transferencia de datos y esto es casi imperdonable, pues no sólo le resta valor al dichoso poder sino a quien lo tiene. Eso sí, para el final encontraremos un giro que tiene mucho que ver con una historia del cómic y probablemente sirva para la tercera temporada, si es que la hay.
Así pues, Iron Fist, pese a todo, logra una buena temporada con elementos interesantes, adiciones prometedoras y un héroe mucho más complejo. Aunque tiene sus altibajos, no hay duda de que esta segunda entrega es superior a la primera. Está llena de acción, de peleas y con una excelente villana ya sembrada si continúa el show. Cabe mencionar que también se abre la posibilidad de que Daughters of the Dragon, historia protagonizada por Colleen y Misty, se desarrolle en el futuro, ya sea dentro de Iron Fist o, mejor aún, como un spin-off.
Iron Fist segunda temporada ya se encuentra disponible para todos los suscriptores de Netflix.