2017 y 2018 han sido dos años especialmente fructíferos a la hora de posicionar en el debate público el papel de las mujeres y la diversidad en el cine. Escándalos como el de Harvey Weinstein y la repercusión de movimientos como MeeTo o Time's Up han puesto en foco un asunto que llevaba escondido bajo la alfombra en Hollywood desde hacía décadas: las mujeres cobran menos que los hombres por papeles igual de importantes, y además están expuestas a comportamientos machistas dentro de la industria.
A la par, la igualdad racial también se ha reivindicado con el Oscar que consiguió en 2016 Moonlight por sorpresa adelantando a La La Land, y las buenas críticas recibidas por Get Out, la eclosión de su director Jordan Peele, o la aclamada y más que rentable Black Panther, la película de presentación de un personaje más taquillera de Marvel.
¿Pero ha servido de algo ver al héroe de Wakanda o a la aclamada Wonder Woman de Gal Gadot para que Hollywood, en su conjunto, haya dado más peso a la igualdad de género y razas? Los últimos datos del centro de estudios Annenberg Inclusion Initiative, perteneciente a la Universidad del Sur de Carolina, dicen que no.
¿Qué tan fácil es reemplazar a una mujer por una lámpara inmóvil en películas de Hollywood y series de TV?
Este centro lleva en los últimos años rastreando la salud de la diversidad en los grandes medios de comunicación y entretenimiento bajo la tutela de la Doctora Stacy L. Smith, una de las autoras más pródigas en este ámbito y que ha ayudado a desarrollar la iniciativa de las conocidas como Inclusion Riders, que piden que los contratos de las grandes estrellas incluyan cláusulas que aseguren que se va a procurar cierto nivel de diversidad en las producciones. Estas cláusulas, aún menores en la industria, se hicieron famosas después de que las citara en su discurso tras ganar el Oscar el año pasado la actriz Frances McDormand.
La diversidad escasea en las películas más taquilleras
Smith y sus colegas han analizado en su último estudio el casting y los profesionales principales que participaron en las 100 películas más taquilleras desde 2007 a 2017. En total son 1.100 películas con un total de 48.757 personajes que al menos tienen una frase de guion.
Con esta ingente base de datos, los investigadores han desglosado la presencia de mujeres y hombres entre los elencos, con un resultado abrumador. Pese a la impresión de que el cine está haciendo cada vez más hincapié en mostrar mujeres en papeles principales, personajes LGTB, y mostrar la diversidad racial, su presencia apenas ha variado en la última década.
En el siguiente gráfico se puede ver el porcentaje de películas sobre las 100 más taquilleras de cada año en las que las mujeres tienen mayor presencia que los hombres. Su punto álgido se dio en 2008 y 2009, cuando casi 4 de cada 10 películas mostraban a más mujeres que hombres con líneas de guion. En 2017 sin embargo, el porcentaje es inferior con apenas un 31,8%, manteniéndose prácticamente estable desde 2015. Para hacerse una idea, el ratio de proporción entre sexos en las películas analizadas fue de 2,3 hombres por cada personaje femenino.
Centrándonos en las 100 películas más rentables de 2017 (con un total de 4.454 personajes con voz), el panorama no mejora cuando hablamos de raza. En total, el 70,7% de los personajes principales eran blancos, el 12,1% de raza negra, el 4,8% asiáticos, y el 6,2% latinos. A ellos se suma un porcentaje del 6,3% que se ha clasificado como 'otros', incluyendo aquí a mestizos, indios nativos norteamericanos o de etnia hawaiana o polinesia. Sin embargo, el dato que más llama la atención es que las mujeres de raza negra que tuvieron un papel principal en las películas más exitosas solo fueron 4 (sí, 4, no nos hemos equivocado al escribir).
Tampoco mejoran los datos en lo que respecta a la diversidad sexual. Aunque son muchos los actores que se han mostrado proclives a declarar su condición sexual, o incluso Kit Harington (Jon Nieve en Juego de Tronos) se ha posicionado reclamando recientemente a Marvel que sería bueno que incluyera algún personaje homosexual en sus cintas, lo que pesa realmente es su representación en pantalla. Y allí las cosas no han cambiado. El porcentaje de personajes principales LGTB se reduce a solo el 0,7%, una cifra que está estancada desde 2014.
Kit Harington cuestiona la falta de protagonistas homosexuales en Marvel
En labores de dirección, guion y producción, la tónica es la misma
Smith señala que parte del problema viene de que entre los que son los grandes encargados de las producciones, tampoco hay diversidad. Según su informe, en 2017 entre 1.584 directores, escritores y productores el 81,7% de estos cargos pertenecían a hombres por el 18,3% de mujeres. De hecho, a lo largo de los 11 años que repasa el estudio, solo se recogen 43 mujeres con el cargo de directoras o co-directoras.
El estudio ha encontrado correlaciones que aseguran que cuando es una mujer o una persona de una raza con menor presencia, quien dirige la película, esta tiende a ser más igualitaria. En general, las cintas dirigidas por mujeres elevan los porcentajes de la presencia femenina hasta el 43%, al tiempo que por ejemplo los directores de raza negra (solo 5 de cada 100 casos que recoge el estudio) hacen lo propio con los actores negros, subiendo su presencia hasta el 42%.
De estos datos Smith y su equipo extraen la necesidad de incluir estos riders de inclusión que McDormand reclamó en los Oscar. Una solución que sería por medio del acuerdo entre todas las partes, pero dejando margen para que incluir cuotas de igualdad no generara resultados chocantes en las películas. A fin de cuentas, no tendría sentido ver a un esclavo blanco o asiático en una película que trata sobre la esclavitud negra en los Estados Unidos solo por cumplir con estas cláusulas, al igual que tampoco tenía sentido que Marvel diera a Idris Elba el personaje de Heimdall, un dios nórdico, en la saga de Thor.