Este artículo contiene spoilers sobre Misión Imposible: Rogue Nation y Misión Imposible: Fallout

Misión Imposible: Fallout es la película del verano. La sexta entrega de la franquicia protagonizada y producida por Tom Cruise llegó el pasado viernes a los cines y, por el momento, ya es la película de la saga con mayor recaudación en su fin de semana de estreno (y por mucha diferencia). El filme, dirigido de nuevo por Christopher McQuarrie, es una montaña rusa en la que los clásicos giros de guión y sorpresas se mezclan con algunas de las setpieces y escenas de acción más impresionantes de la saga y del cine reciente.

Una de sus particularidades reside en que, por primera vez en los 22 años de historia de la marca, se repite director. Tras Brian De Palma, John Woo, J.J Abrams y Brad Bird, McQuarrie es el único realizador que ha dirigido dos películas. Y se nota: no solo por el refinamiento de unos elementos que ya funcionaban de maravilla en Rogue Nation pero que aquí van a (mucho) más si no porque Misión Imposible: Fallout es una entrega especialmente conectada con el resto de la franquicia, alejándose del formato independiente del resto de entregas.

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De esta forma, vemos como Solomon Lane, villano de la película anterior, es una figura de vital importancia en esta entrega o cómo Julia, personaje interpretado por Michelle Monaghan, vuelve a ser una parte importante en la historia de Ethan Hunt. Pero más allá, y gracias a las declaraciones de McQuarrie a The Hollywood Reporter, llama la atención el cómo se fraguó la que para muchos es la mejor película de la saga y, sobre todo, qué idea lo originó todo.

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McQuarrie cuenta que Fallout surgió durante el rodaje de Rogue Nation. Más concretamente, y vienen spoilers para los que no hayan visto ninguna de las dos, el director y Cruise coincidían en lo atractivo de que Ethan Hunt tuviera que ayudar a escapar de la cárcel a Solomon Lane, antagonista principal de la quinta entrega, para su beneficio; este germen fue suficiente para empezar a dar forma a una película que podría haber sido mucho más oscura y haber llevado al personaje de Ethan Hunt a un sorprendente a inesperado lugar.

Los que hayan visto Misión Imposible: Fallout recordarán la frenética escena del baño en el que Cruise y Henry Cavill deben reducir a un traficante de armas con el nombre en clave de John Lark para adoptar su identidad con tal de mantener una reunión secreta con un contacto de Lark. A lo largo de la película, en el clásico juego de traiciones y secretos, se llega a acusar al propio Ethan Hunt de haber sido Lark en secreto todo este tiempo y, por lo tanto, mantener una doble vida. Evidentemente, es algo que termina desmontándose y el personaje de Cruise sigue siendo un héroe prototípico. Así las cosas, hubo un tiempo en el que McQuarrie y el propio Cruise tuvieron una idea diferente al respecto.

El director afirma en la entrevista que la idea sobre la que empezó a construirse la película fue la de que Cruise, tras ese enfrentamiento, asumiría intencionadamente el rol de Lark y, por ende, de villano para convencer a todo aquel con el que tuviera que mantener contacto con tal de lograr su objetivo final. Esto, declara, "forzaría a Ethan a hacer cosas horribles y muy oscuras con tal de conseguir sus objetivos, siendo el rescate de Lane el primero", enlazando con la semilla de Fallout.

Preguntado sobre si esto conllevaría un Ethan Hunt realizando actos impropios de un héroe como matar inocentes, McQuarrie busca mantener algunas de las ideas descartadas en el tintero ("nunca sabes dónde o cuándo podrás utilizarlas") pero sí declara que escribió una escena "que mostraba un Ethan realmente oscuro". Cruise, lejos de extrañarse o buscar redirigir el guión, "llevó la escena por un camino todavía más horrible". "Si vamos a hacerlo, hagámoslo de verdad", llegó a afirmar el actor y productor, con un gran poder creativo en la franquicia.

Así las cosas, esto sirvió como una muestra de lo ilimitadas y variables que son las barreras y fronteras en esta franquicia para el director. Misión Imposible: Fallout se construyó durante semanas centrándose en un "Ethan que recorrería un camino muy oscuro, que Tom abrazaba, y que yo mismo perseguí durante mucho tiempo". Por suerte o por desgracia, McQuarrie terminó encontrando un bloqueo siguiendo esa ruta, cayendo en la cuenta de que el cambio radical en Hunt afectaba negativamente a los otros personajes y que, siguiendo esa ruta, "la película se alargaba demasiado antes de poder hacer las cosas que debes hacer en una Misión Imposible".

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Con todo, parece que difícilmente veremos a un Hunt en el papel de un antihéroe o, directamente, un villano (o, al menos, héroe en el papel de un villano) pero quién sabe. Es el propio McQuarrie el que confirma que son muchas las ideas que se guardan en un cajón las que terminan funcionando de maravilla en futuros proyectos: como ejemplos, la persecución en helicóptero en esta misma película (momento álgido del film y de la historia del cine de acción) o un diálogo entre Lane y Hunt, descartado en Rogue Nation, que funciona a la perfección en Fallout. De agradecer es, sea cuál sea el resultado, que un realizador como McQuarrie se muestra tan transparente sobre proyectos de tal calibre y calado.

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