Unos entran y otros se van. El sector del transporte en las ciudades, ya polémico en sus versiones más tradicionales, también está ocasionando estragos en los nuevos modelos de trasporte.

Este fin de semana se conocía el hecho de que OFO decidía abandonar el mercado español, y con ellos todas sus bicis en Madrid, Granada, Valencia y Marbella. Tanto es así que han intentado ponerse en contacto con los riders de Glovo para venderles las bicis, según explica Business Insider; una misión sin éxito ya que son modelos demasiado pesadas, caras y poco útiles. Repatriar las bicis a China supondría un coste demasiado elevado, la duda está en qué hacer con todos esos vehículos de dos ruedas ahora mismo más cercanos a convertirse en 'trastos' que en otra cosa. De momento duermen en un almacén de Madrid.

Según OFO, el objetivo es centrarse en mercados mucho más maduros que cuenten con una infraestructura para soportar el volumen de negocio deseado por los inversores de la multinacional china, valorada ya en 3.000 millones de euros. Asía, Londres o París en Europa y Estados Unidos seguirán formando parte del portfolio de la compañía. De momento, en Madrid, la vencedora sigue siendo el rival chino de OFO: Mobike. La realidad es que pocos son los elegidos a convertirse en los reyes del transporte en las grandes capitales. Una reciente ordenanza del Ayuntamiento de Madrid obligaba a las diferentes compañías a obtener una licitación para operar en la capital con el objetivo de evitar la densidad de estos modelos en las aceras de la capital.

OFO se va, pero llega UFO

La regulación de Carmena afecta únicamente a las bicicletas. No tanto así a las motos, que seguirán teniendo permiso para aparcar en las aceras de la capital, o para ese nuevo modelo de transporte: el patinete.

¿Merece la pena un patinete eléctrico? Lo probamos en ciudad

Una moda directamente importada desde la cuna del emprendimiento que está empezando a cuajar en el resto de mercados. Uber, en un intento de controlar todas las verticales del transporte en las ciudades, ya ha invertido en una compañía de patinetes. Lime, soportada por la multinacional de coches, o Bird son solo algunas de las que están empezando a tomar relevancia en el mercado. La idea de que pronto empiecen a conquistar los mercados europeos, y con ellos España, no es tan descabellada. Cuentan con un factor importante: unos potentes brazos financieros para un negocio popular en las grandes urbes.

En este sentido, una serie de compañías están empezando a intentar cuota de mercado antes de que sea demasiado tarde. O lo que es lo mismo, que Uber o similares decidan aterrizar con sus patinetes. La duda está en cómo lograr esa cuota de mercado antes de que eso ocurra.

Una de esas compañías sería UFO. Curiosamente con un nombre parecido al de la cesada compañía de bicis. Fundada en Sevilla por Victor Valencia y Mario Martín después de ver el éxito del modelo de negocio en Estados Unidos, la idea de los dos fundadores sería empezar en Barcelona y expandirse poco a poco por Madrid o Valencia. En la misma, línea se encontraría Bbuho, su par valenciano también de patinetes.

madrid
Ángela Ojeda (Flickr)

Mucho camino por delante para vencer a los gigantes

Mario Martín confirma que "la ventaja de estar antes que la competencia en España es que se puede crear una comunidad de fieles". Asimismo, explica que "cuentan con varios ases bajo la manga" para afrontar un posible desembarco de Uber es España. Sin entrar en detalles sobre su estrategia, asumen que tarde o temprano los ayuntamientos regularán la cuestión de los patinetes con medidas similares a las de las bicis. Entienden que en caso de una licitación pública, su primer puesto les otorga ventaja competitiva y en este sentido ya están hablando con los ayuntamientos.

Fondeados en base a los tres pilares del inversor, friends falls and family, no quieren hacer pública su inversión inicial. Según datos del Registro Mercantil, solo existe evidencia de los 3.000 euros necesarios para crear la sociedad. Explican que están trabajando en una ronda de financiación de 2 millones de euros con inversores nacionales e internacionales, pero tampoco aportan más detalles de la misma. La realidad es que este tipo de compañías necesitan grandes inversiones iniciales.

Sin embargo, explican que quieren empezar a finales de este mismo mes en Barcelona con unos 200 patinetes -la compañía no ha iniciado operaciones hasta la fecha-. Sin especificar la marca de los modelos, explican que usan los de la más conocida del mercado. En este punto, nadie discute que esta se trate de uno de los modelos de Xiaomi o similares. Algo más de 300 euros para el modelo más económico, subiría el precio del total a unos 60.000 euros para todas las unidades que quieren desplegar en Barcelona; al lo que habría que sumarle el importe de abrir nuevos mercados, aplicación, desarrollo de negocio... La web, además, explica que su expansión podría abarcar toda Europa. De momento solo Barcelona y 200 patinetes; una cuota de mercado insuficiente si la competencia empieza a llegar en los próximos meses. Explican que han llegado a un acuerdo con la compañía en cuestión con el objetivo de modificar algunos puntos de los patinetes. Según LinkedIn, la compañía está compuesta únicamente por los fundadores, pese a que confirmen que un equipo de ingenieros ha desarrollado el sistema GPS de los vehículos.

En cuanto al sistema de seguridad, el propio de la compañía impediría que los patinetes saliesen del área de influencia u operaciones. En caso de que así sea, se podría "mandar a la empresa de seguridad a por el patinete o incluso pararlo de forma remota y que sea imposible utilizarlo". La seguridad, que es precisamente lo que ha terminado dando la salida a la compañía de bicis, no les preocupa en exceso. Entienden que para abrir el patinete y bloquear el sistema de seguridad tendría que "ser una persona muy inteligente".

El modelo de negocio se basa en el cobro de 15 céntimos por minuto y un euro por desbloquear el patinete. Sin embargo, los patinetes necesitan carga eléctrica, dotada por los propios usuarios que recibirán 4 euros por modelo y noche de carga. Es decir, un gasto de 800 euros al día si los 200 patinetes necesitan nuevas baterías.

El tiempo dirá quién gana la partida del transporte en las ciudades.