Se siguen sucediendo las bajas de altos directivos en Uber; en este nuevo caso, se añade una situación de discriminación laboral.
Salle Yoo, directora de asuntos jurídicos. Dave Clark, responsable de asuntos externos fueron los primeros de una lista que empieza a ser numerosa. Jeff Holden, jefe de producto de Uber, y la directora de marca, Bozoma Saint John. Esta es la lista completa de las mayores marchas de Uber desde que el CEO y fundador de la compañía, Kalanick, fuese invitado a salir de su propia creación.
Ahora se une el jefe de recursos humanos, Liane Hornsey, en una circunstancias mucho más complejas que sus anteriores. Según Reuters, el directivo ha renunciado a ese puesto después de que un empleado de la compañía enviase un correo anónimo a las cuenta de denuncias. Concretamente, el mensaje anónimo apuntaba a que Hornsey había estado evitando, de forma reiterativa, una larga serie de denuncias raciales dentro de la tecnológica. Para el actual CEO de Uber, Dara Khosrowshahi, en su intento de cambiar la imagen de la compañía, esta situación implica un grave problema: Hornsey era el portavoz encargado de promulgar la igualdad en Uber. El cual, además, había usado lenguaje discriminatorio contra el jefe de diversidad de la compañía y lenguaje denigrante hacia Bozoma Saint John, ex directora de marca de origen afroamericano.
Dara Khosrowshahi: «Las cosas en Uber se hicieron mal, ahora intentamos hacer lo correcto»
El directivo, ya fuera de la compañía, anunció su despedida a través de un correo a los empleados. En dicho texto, no se daba ninguna explicación de los sucedido. Khosrowshahi, en respuesta al mismo, quiso resaltar la carrera de su antiguo empleado. Ninguno ha querido hacer declaraciones a la prensa, pero varias denuncias ya han sido confirmadas.
En un momento muy sensible para la tecnológica, especialmente en lo que a discriminación racial, sexual y la cuestión del acoso, el papel de Hornsey siempre ha estado en un complicado equilibro. El directivo de recursos humanos era uno de los principales soportes de Kalanick durante sus peores momentos, incluida la cuestión del acoso sexual de Susan Fowler. Fue también el encargado de gestionar la investigación sobre la denuncia de cientos de mujeres empleadas en Uber, un proceso que fue considerado por muchas de ellas como parcial y sesgado.