Casi un semestre después de inaugurar su aventura “peceríl” con el Snapdragon 835, Qualcomm golpea de nuevo este atractivo mercado con el Snapdragon 850.
Este nuevo microprocesador, que toma como base las arquitecturas y los diseños del Snapdragon 845, pretende satisfacer la demanda de chips para equipos always-on, un concepto de ordenador portátil que nunca se apaga, está siempre conectado a internet a través de redes 4G y proporciona una autonomía de más de 24 horas.
Qualcomm anuncia el Snapdragon 845: así es el futuro corazón de los smartphones de 2018
En el interior de la nueva plataforma se encuentran componentes iguales a los del Snapdragon 845 que muchos smartphones actuales utilizan. Qualcomm solo ha optimizado e incrementado las frecuencias a las que trabajan los diferentes módulos del SoC.
El Snapdragon 850 no se utilizará en smartphones.
Respecto al Snapdragon 835 —su predecesor en el campo del PC—, el nuevo chip ofrece un 30% más de rendimiento, un 20% más de autonomía y un 20% más de velocidad en redes 4G compatibles. Respecto al Snapdragon 845, sin embargo, la mejoría parece ser mínima.
Dadas las similitudes con el Snapdragon previo, sería bastante razonable identificar este nuevo microprocesador como “un Snapdragon 845 para ordenadores”. Las diferencias son mínimas en términos de rendimiento, comparten el enfoque en inteligencia artificial y la arquitectura base es exactamente igual.
Para conquistar el PC, Qualcomm debe rezar por Intel y destruir la sombra de Windows RT
El Snapdragon 850 —gracias a la actualización de abril para Windows 10— será compatible con más aplicaciones (entre ellas Microsoft Edge de 64 bits) y contenidos en HDR. Además, Microsoft lanzará un nuevo SDK que permitirá crear aplicaciones de 64 bits para microprocesadores ARM.
Todas estas mejoras, junto con el aparente apoyo de los fabricantes y la propia Microsoft, parece situar a Qualcomm en una buena posición para atacar, a medio plazo, el mercado del PC de consumo. Sin embargo, experiencias pasadas con Windows RT y el dinamismo propio del mercado de portátiles —que aún busca una identidad clara con la llegada de los convertibles y las tablets— podrían dificultar el camino de la empresa norteamericana.