¿Son los pulpos una forma de vida extraterrestre? O, mejor formulado, dadas sus características tan especiales de camuflaje, una memoria e inteligencia sin comparación con otros invertebrados, o su complejo sistema nervioso, ¿fue un disparador evolutivo llegado desde el espacio lo que propició su naturaleza tan específica?
Ver a un pulpo moverse bajo el mar es sin duda alguna lo más parecido a ver un alien en la Tierra, y su forma ha inspirado a más de un ente propio de la ciencia-ficción con ganas de aniquilarnos (un saludo a Cthulhu por si nos está leyendo), hasta el punto de que son varios los científicos que han defendido que en su evolución algo no cuadra comparándola con el resto de vida en nuestro planeta.
Esta idea ha sido recuperada en un artículo publicado recientemente en la revista Progress in Biophysics and Molecular Biology que ha generado bastante revuelo. El paper defiende la teoría de la panspermia, aquella que dice que la vida en la Tierra podría haber llegado desde el espacio por vía de cometas cargados de moléculas orgánicas e incluso organismos completos que alumbraron todo lo vivo que conocemos hoy. La teoría no es nueva, se discute desde hace décadas, aunque siempre ha quedado relegada desde el punto de vista de la ciencia por la abiogénesis, la teoría que dice que la vida surgió aquí gracias a unas condiciones favorables que hicieron que, por medio de la química, algunos elementos dieran lugar a las primeras formas de vida primitivas. Su visión más simple es la sopa primordial que se enseña en los colegios.
El nuevo estudio podría parecer que parte de una locura pero ha sido acogido con cierta prudencia por parte de la comunidad científica porque lo firman 33 investigadores, algunos de ellos tan conocidos como Edward Steele, y fue supervisado mediante una revisión por pares antes de su publicación. Es decir, suma nombres y mecanismos de control suficientes para pensar que tiene una base fuerte.
¿Pero qué pintan aquí los pulpos? En su estudio, titulado 'Causa de la explosión del Cámbrico: ¿Terrestre o cósmica?' los investigadores realizan un repaso por algunos de los hitos que supuestamente demuestran la teoría de la panspermia en los últimos 40 años. Desde el hallazgo de bacterias y microorganismos en la estratosfera a la presencia de moléculas orgánicas en cometas. De ello deducen y van un paso más allá apostando porque durante la explosión cámbrica hace 500 millones de años -momento en el que se produjo un florecimiento de formas de vida sin precedentes- la Tierra sufrió una lluvia de cometas que sembró de vida o de precursores de esta nuestro planeta. En este encuadre, los pulpos, cuya evolución tiene un arco muy distinto a otros seres, son para los investigadores una de las pruebas vivientes de que algo llegó desde el espacio para condicionarlos; e incluso llegan a especular con la posibilidad de que huevos fecundados de un pulpo extraterrestre fueran los que llegaran a bordo de un cometa para dejarlos en nuestros océanos y por ende, también en nuestras recetas de cocina.
Ante tal visión y dado que el estudio pese a lo controvertido de sus ideas no ha recibida excesivas críticas, hemos consultado al biólogo marino experto en cefalópodos para que nos aclare hasta dónde podemos creer que los pulpos son aliens. Álvaro Roura trabaja actualmente en el Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, ha investigado en Australia la vida de estos animales “fascinantes y muy locos” según los define, y también ha escrito artículos de divulgación a nivel internacional sobre su morfología y sus increíbles genes.
“Todo tiene sentido... menos la idea de los huevos de pulpo llegados desde el espacio”
“En realidad aún no sabemos mucho sobre cómo comenzó la vida en la Tierra. La teoría más apoyada y con más investigación es la que dice que surgió aquí de forma compleja, pero a mí personalmente, al leer este estudio y cómo recopilan las tesis que apoyan la panspermia, me hace abrir la perspectiva. La posibilidad de que un componente de la vida o un disparador de esta llegara desde el espacio es una hipótesis que como tantas otras es plausible, pero no está demostrada, así que no podemos negarla en su totalidad pero tampoco entregarnos a ella”, señala, añadiendo que en muchas ocasiones la ciencia “es algo reticente a salirse del marco que se ha dado”.
Eso sí, el investigador tiene clara una cosa al repasar el estudio: “Cuando se centran en el pulpo como ejemplo de esta posibilidad, y especialmente cuando dicen que un huevo fecundado podría haber llegado a la Tierra, se me hace muy difícil creerlo. Es muy complicado que un material así llegue sin daños en un meteorito y además, las causas de las supuestas características 'alien' de los pulpos tienen una causa fisiológica y una base en su ADN que ya está probada”, explica.
Roura se refiere a un artículo publicado en 2015 en la revista Nature que consiguió por primera vez secuenciar el genoma del pulpo. En él se explicaba la complejidad de un organismo que no tiene nada que ver con otros parientes cercanos ni lejanos y que explicaba algunas características como su gran memoria, su extraño cerebro que se extiende por sus tentáculos o las rarezas de su cuerpo, que cuenta con tres corazones y el estómago detrás de los ojos.
Una genética de 'corta y pega' que hace que los pulpos sean aliens en la Tierra
Conocer el genoma del pulpo permitió saber que realmente también por dentro son tan complejos como parecen por fuera. “El estudio del genoma dio con varias claves que explican cómo pueden ser tan inteligentes, tan listos y tan raros”, señala Roura.
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue saber que los pulpos cuenta con 168 genes de protocadherinas, una molécula necesaria para organizar el sistema nervioso y que se asocia con la memoria y el aprendizaje. Para hacerse una idea, los humanos solo tenemos 58 genes con esta molécula y hay algunos invertebrados como la mosca de la fruta que no cuentan con ninguno. Pero es que además, “en los humanos estos genes se presentan de forma secuencial, mientras que en los pulpos están dispersos, actuando de forma distinta según dónde estén, lo que puede jugar un papel importante en su compleja red neuronal y por lo tanto dar una explicación a su inteligencia”, explica el biólogo, que recuerda que se ha visto a los pulpos hacer de todo, incluso abrir botes desde dentro.
Además de esto, Roura explica que el genoma del pulpo es “como si lo hubieran metido en una licuadora y luego lo hubieran juntado”. Cuenta con multitud de cadenas de ADN transpuesto de forma aleatoria pero que funciona. Este “barajeo genético” que tienen los pulpos les permite tener una adaptación más rápida que explica la gran diversidad de especies que hay adaptadas a distintos ecosistemas, un mecanismo que en otros organismos “daría lugar a problemas pero que ellos tienen controlado”. “Lo que hacen los pulpos con su ADN es como si en una hoja de word cortaras y pegaras frases de modo aleatorio y surgiera un texto con sentido”, ejemplifica.
¿Pero pudo influir en sus rarezas algún componente extraterrestre o no?
Con este proceso los investigadores dan por hecho que los pulpos han sido capaces de evolucionar de forma muy distinta a otros organismos y de generar multitud de variaciones en su genoma que les ha permitido tener las facultades que nos fascinan.
Eso sí, ¿en qué momento los pulpos consiguieron este mecanismo? Se sabe que el pulpo tiene su pariente más lejano en un nautilus que en algún momento abandonó su concha y tras años de evolución consiguió dotarse de superpoderes como el camuflaje o una inteligencia muy extensa. “En este proceso creemos que tuvo que influir algún retrovirus que se acabara insertando en su ADN con el paso de las generaciones y dándole estas características. Todas las especies tenemos retrovirus endógenos que nos influenciaron, pero los pulpos asimilaron uno de esta forma. ¿Si este retrovirus pudo llegar del espacio? Pues quién sabe, puede que sí o puede que no. En mi opinión, del nautilus original al pulpo moderno pasaron unos 200 millones de años, tiempo suficiente para que la evolución hiciera sus pruebas, se perdieran por el camino muchos linajes de cefalópodos, y surgiera el pulpo moderno y todas sus especies, así que creo que el pulpo es un ser excepcional, pero terrestre”.
Y es que por encima de todas las características que tienen los pulpos para llevarnos a pensar que son seres únicos en la Tierra, hasta el punto de alumbrar incluso tesis extraterrestres, Roura destaca un aspecto como fundamental para verlos como seres distintos e inteligentes: “Son capaces de transmitir sensaciones y de ser expresivos a un nivel extraordinario. Recuerdo una experiencia cuando entré en una jaula con 70 pulpos buceando solo y de repente me di cuenta de que había 140 ojos mirándome. Se podía captar cuál estaba asustado, cuál era más curioso... Eso no se puede decir de ningún otro animal marino ni de muchos terrestres. Son sin lugar a duda especiales” concluye.