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Conan (Flickr)

La multinacional alemana Bayer planea cerrar la adquisición de Monsanto el próximo jueves 7 de junio por 63.000 millones de dólares (algo más de 53.000 millones de euros), según informa Financial Times. La compra de Monsanto tendrá como resultado la creación del mayor productor del mundo de semillas y pesticidas, después de que el acuerdo inicial se diera a conocer en septiembre de 2016. Desde entonces, ambas compañías han tenido que esperar la luz verde de las autoridades de Estados Unidos y de la Unión Europea —entre otras— para formalizar la operación.

Bayer ha decidido además eliminar la marca Monsanto tras ultimar su compra. ¿El motivo? La pésima imagen corporativa de la empresa biotecnológica ha podido influir en la medida, que supone la desaparición del nombre de una compañía productora de semillas modificadas genéticamente, como el famoso maíz MON810 y la soja, o de herbicidas como el Roundup, la marca comercial del glifosato, cuya patente terminó hace años.

Bayer ultima la compra de Monsanto por 56.000 millones de dólares

A diferencia de otras empresas menos conocidas, como Syngenta, BASF o DuPont, el nombre de Monsanto es objeto de una gran controversia. La participación de la antigua compañía en la fabricación del agente naranja usado en la Guerra de Vietnam por Estados Unidos y la reciente producción de transgénicos —aunque en este caso no se haya demostrado que sean perjudiciales para la salud— han contribuido a la pésima imagen de la multinacional norteamericana. Según El País, la mala fama de Monsanto —fomentada por su gran tamaño y su participación en el sector de los agroquímicos— habría impulsado a Bayer a tomar esta decisión.

El cierre de la compra de Monsanto por parte de Bayer se hará efectivo después de que ambas compañías aceptasen las condiciones de las autoridades nacionales para formalizar la adquisición. En particular, el Departamento de Justicia de Estados Unidos dio luz verde a la operación poniendo como condición la venta de activos valorados en 9.000 millones de dólares, "entre los que se incluyen su negocio de agricultura, activos como la producción de semillas de vegetal y de soja, y la actividad de herbicidas", según Expansión. La Unión Europea también aprobó la operación el pasado mes de marzo, cuando exigió que la multinacional alemana vendiera a su competidora BASF el negocio de semillas y parte del negocio de fitosanitarios por una cantidad de aproximadamente 6.000 millones de euros.