Han pasado casi dos semanas desde que Avengers: Infinity War llegara a los cines, la película de Marvel Studios sigue batiendo récords y en Hipertextual os hemos hablado de ella, de su significado, de lo que puede deparar el futuro del universo cinematográfico de Marvel o de la motivación de Thanos, su villano, entre otras cosas.
Ahora, con el filme más reposado y tras empaparnos de teorías, elucubraciones y pequeñas pistas sobre el futuro de la franquicia, no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar sobre un aspecto clave de Avengers: Infinity War. Evidentemente, lo que viene es una auténtica tormenta de spoilers y revelaciones de la trama.
Infinity War y el futuro, ¿qué pasará en Avengers 4?
Mucho se ha hablado del gran trabajo de los hermanos Russo y los guionistas, Stephen McFeely y Christopher Markus, en Avengers: Infinity War y es que, siendo justos, no es para menos: manejar con solvencia cuatro tramas paralelas con más de veinte personajes de mayor o menor relevancia y saber tomar el pulso a un metraje de casi tres horas, virando con efectividad entre el drama y el humor, está al alcance de muy pocos. Sin duda, la trayectoria de este equipo creativo dentro del MCU es excepcional.
Avengers: Infinity War es un blockbuster ejemplar, una de las mejores películas del MCU y un film que revoluciona el statu quo y consigue que salgas del cine ansiando que llegue el 3 de mayo de 2019 para poder ver Avengers 4. Pero permitidme que, entre tanta alabanza, me centre hoy en su aspecto más comentado y controvertido, su recta final.
Quede claro desde el principio que aplaudo la valentía del equipo creativo detrás de la película porque, pese a que los riesgos tomados sean relativos (o, al menos, de eso va el presente texto), han ido un paso más allá de lo que cabría esperar en una franquicia como esta. Y para ello no han tenido que maltratar a personajes clásicos, desaprovechar lo construido hasta el momento ni incluir tramas anodinas e intrascendentes, ¡aprende Rian Johnson!
Desde el estreno de Infinity War, directores, guionistas y productor se han esforzado en recalcar que lo que hemos visto en pantalla es definitivo e inamovible. Dejando a un lado el evidente discurso "marketiniano" y que confirmar lo contrario significaría destripar lo que veremos en Avengers 4 a falta de un año para su estreno, el calendario de estrenos del MCU es una pista demasiado evidente a estas alturas.
Y sí, podría haber secuelas de Spider-man: Homecoming, Guardianes de la Galaxia, Doctor Strange o Black Panther, todas películas confirmadas oficial o extraoficialmente, sin sus actores protagonistas pero, no creo que haga falta decirlo, eso es harto improbable. Y más cuando Marvel Studios acostumbra a atar a sus actores con contratos de múltiples películas. Si Chris Hemsworth, Chris Evans y Robert Downey Jr. han hablado abiertamente de lo cercano de final de sus contratos (después de Avengers 4), ¿no es extraño no haber oído nada al respecto del resto del reparto?
Pero centrándonos en lo puramente narrativo, el desenlace de Infinity War me parece una forma artificial y ligeramente insatisfactoria de aportar sorpresa sin tomar riesgos a largo plazo. Éramos muchos los que esperábamos ver caer a figuras del MCU como Capitán América, Thor o Iron Man en el tramo final, amén de algún que otro secundario, pero que una docena de héroes se desvanezcan literalmente va mucho más allá, evidentemente.
El problema es que, de una forma u otra, el chasquido de Thanos hace que ahora “valga todo”. Y es que cuando los héroes caídos revivan en Avengers 4, de una forma u otra, lo que hace unas semanas sorprendía a medio planeta quedará en un final descafeinado y un juego de manos algo injusto para con el espectador. Una vez entren en un juego los viajes en el tiempo o los cambios entre realidades alternativas, las reglas del juego habrán cambiado. ¿Cómo se conseguirá imprimir solemnidad y relevancia a futuras muertes? ¿Por qué no volver a utilizar dichos métodos en el futuro? Tendrán que medir muy bien los pasos a tomar, y los recursos a utilizar, para no hipotecar el futuro de la franquicia.
Y sí, soy consciente de que me estoy adelantando y de que, pese a que las fotos filtradas y ciertos rumores hacen pensar lo contrario, los superhéroes caídos podrían permanecer así para siempre. Que eso ocurriera no haría más que aumentar el valor, en retrospectiva, de la Infinity War que todavía está en los cines. Pero, volvamos a lo mismo, es altamente dudoso que eso termine ocurriendo.
De esta manera, lo que debía ser un enfrentamiento devastador y un giro de 180º para los Vengadores y cía podría haberse saldado únicamente con las muertes “reales” de Loki (al que, tras dos resurrecciones, ya le iba tocando), Heimdall, Gamora y Visión. Pero, de nuevo, esto vuelve a no ser del todo definitorio: es fácil pensar que la hija de Thanos, parte central de la narración en Infinity War y personaje con mucho que decir en su relación con Peter Quill, pueda salir de una forma u otra del mundo del alma donde podría haber sido atrapada. Visión, por otra parte, difícilmente volverá a su cuerpo original pero sí que, viendo los últimos movimientos de Suri, podría ver cómo su conciencia se integra en otro cuerpo.
Todo lo que sabemos de la secuela de ‘Avengers: Infinity War’
Para acabar, vuelvo a incidir en que Avengers: Infinity War es un film tremendamente satisfactorio a prácticamente todos los niveles pero sí que, en mi caso, me vi saliendo del cine con una sensación un poco extraña. Tras dos horas y veinte minutos de absoluto disfrute (no sin pequeñas pegas, evidentemente), y en espera de un final contundente, Thanos me dio mucho más de lo que podría haber pensado pero, por contra, no consiguió satisfacerme como espectador. Es extraño lo que separa a Infinity War de ser, para un servidor, una película redonda es, precisamente, Avengers 4. De lo que veamos en cines dentro de un año dependerá, en gran medida, la valoración definitiva del último gran éxito de Marvel Studios.