La serie de la BBC es uno de los estrenos de Netflix del mes de abril y una producción de la que se puede hablar largo y tendido. En primer lugar por el tema épico de la Guerra de Troya, una historia que sigue fascinándonos, y por otro lado la peculiar producción de la BBC que ha puesto al público, críticos e intelectuales a hablar sobre temas bastante relevante.
Antes que nada cabe decir que 'Troya: la caída de una ciudad' es un título disfrutable, de ocho episodios con gran tensión y acción. Es cierto que hay unos capítulos mucho mejor logrados que otros, y que logran dejarnos un sabor amargo de sangre y de venganza. La producción es ambiciosa, en algunos casos fastuosa para dar vida a una de las leyendas épicas más importantes de la cultura.
Pero esta serie creada por David Farr y Nancy Harris en sus altibajos tiene caídas muy graves. En primer lugar, la escasa o nula química entre los protagonistas: Louis Hunter y Bella Dayne, quienes dan vida al deiforme Alejandro y Helena, de la casta de Zeus, respectivamente. Otro aspecto reprochable a la serie es que, aunque demuestra ser atrevida en varios puntos, como en el reparto que la conforma, se rehúsa a hacerlo en otros aspectos y cae más bien en lugares comunes. A pesar de seguir la historia desde Troya y de presentarnos a un Paris renegado y valiente, su personaje jamás se vuelve entrañable. Antes lo hacen otros personajes como Héctor, Andrómaca o el rey Príamo.
Del lado opuesto encontramos a los griegos y sus feroces personajes: Odiseo, interpretado de forma magnífica por Joseph Mawle; Agaménon por un excelente Johnny Harris, y Aquiles intrepretado por David Gyasi. Es este último el que causa sorpresa y escozor por igual, no por su interpretación sino por el color de su piel. Y es que parece impensable un Aquiles de piel negra; uno no deja de pensar si no estaremos cayendo en la hipercorrección de la diversidad o en lo que bien se podría llamar "blackwashing". Y si de primera mano se cree que no hay nada que discutir y que Aquiles es rubio (claro, como Brad Pitt) tal vez valdría la pena analizar los puntos siguientes.
Es cierto que en otras representaciones de la Guerra de Troya o sobre las muchas historias de la Ilíada y demás poemas épicos, jamás había existido un Aquiles de color pero sí de diversas complexiones y orígenes. Claro, la pregunta es, ¿qué no Aquiles, el de los pies ligeros, era rubio? Aunque es cierto que algunas traducciones describen a Aquiles con una melena rubia, en una entrevista el profesor de Cultura Griega, Tim Whitmarsh, de la Universidad de Cambridge explica que no necesariamente lo que entendemos hoy en día por "rubio" fue lo mismo en los tiempos que fue escrita la Ilíada.
Ahora bien, si nos detenemos en el color de piel de Aquiles debemos tener en cuenta que las anteriores representaciones cinematográficas de esta historia nos han mostrado una gama muy reducida de tonos de piel. Y es que no podemos empezar ahora a pedir apego a la historia, en ese caso el reparto de este show de la BBC es más correcto, no tanto por Aquiles sino por la diversidad de los muchos personajes que aparecen, algo que, precisamente sí pudo haber ocurrido. En la misma entrevista el profesor Whitmarsh explica que las constantes guerras y expansiones de los imperios hacía que las comunidades fueran mixtas y que, debemos tener muy en cuenta, en otros documentos e historias griegas se habla de "etíopes", es decir personas provenientes del norte de África.
Por último, debemos entender que la diferenciación entre lo que se denomina raza blanca o negra no es un concepto antiguo sino derivado de la época esclavista. Esto viene a cuento por la descripción de otro héroe en las páginas de la Ilíada, la de Odiseo, emulo de Zeus en ingenio, a él se le describe de piel obscura y de cabello "lanoso", ¿entonces por que Joseph Mawle o Sean Bean en la película de 2004 interpretaron a este personaje?, ¿no se está claramente describiendo a alguien de tez oscura y de cabello rizado? Y, por último, ¿por qué Zeus no podría ser negro si los dioses adoptan todas las formas y personas que ellos quieren? ¡Son dioses, por Zeus!
Buscar que las representaciones de historias antiguas estén completamente apegadas a un texto es tanto imposible como necio. Puede o no gustar un Aquiles negro, sin embargo, no quita en nada la excelente interpretación de David Gyasi y de los demás actores de piel oscura como Lemogang Tsipa, quien interpreta a Patroclo, Peter Butler quien hace al sabio Néstor y Hakeem Kae-Kazim, quien hace a Zeus, que se deleita con el rayo. De quienes, por cierto, se ha discutido mucho menos sobre la pertinencia de interpretar a los épicos personajes. Este caso recuerda a la discusión que se entabló cuando se anunció que la actriz Noma Dumezweni, interpretaría el rol de Hermione Granger. Muchos aludieron a que el personaje "original" fue descrito como una niña de tez clara. Sí, de un personaje de ficción... como Aquiles.
Guerra, amor y traición
En lo que corresponde al show en sí, se trata de un título que tiene momentos muy amenos y dolorosos. Uno de los personajes que más destacan es el de Héctor, interpretado por el inglés Tom Weston-Jones y el del caprichoso Agamenón (Johnny Harris). Como decíamos líneas arriba las batallas son bastante emocionantes y algunos hilos secundarios muy interesantes. En lo que respecta a la participación de los dioses en la historia su aparición es extraña y un tanto estrafalaria.
Eso sí, como toda adaptación cinematográfica se toma sus licencias y es válido, hasta normal.
La serie está disponible para todos los suscriptores de Netflix.
