Hasta ahora, nueve mujeres han acusado al escritor y guionista Neil Gaiman de agresión sexual. Los testimonios, recogidos primero por Tortoise Media y después por New York Time Magazine, relatan cómo el autor utilizó su influencia y poder para presionar y manipular a las víctimas. También, que en otras ocasiones fue directamente violento y obligó a diversas mujeres a llevar a cabo prácticas sexuales contra su voluntad. En algunos casos y siempre según ambos reportajes, Gaiman utilizó su fama y reconocimiento para tener acceso a mujeres jóvenes y en situaciones vulnerables.
Se trata de un panorama desolador para generaciones de lectores. Durante más de dos décadas, Neil Gaiman fue considerado como uno de los autores de ciencia ficción y fantasía más reconocidos del mundo. Algo que además incluyó fomentar un fandom leal, que le acompañó en sus diversas incursiones en cine y televisión. Pero mucho más, que consideró el trabajo del escritor, como un lugar seguro para explorar temas como el amor, la muerte, el duelo e incluso, la identidad sexual. Todos, tópicos que el autor profundizó en sus obras antes o después.
Por lo que las acusaciones, que incluyen testimonios de fanáticas que fueron abusadas por el escritor en diversas situaciones, supone un escenario de extrema gravedad. Particularmente, porque sugiere que, de comprobarse, Neil Gaiman utilizó la popularidad de sus obras para llegar a sus víctimas. Una circunstancia que los diversos reportajes y versiones alrededor de los sucesos, destacan como uno de los puntos más complicados del escándalo alrededor del autor.
Los reportajes detrás del escándalo

El 3 de julio de 2024, Tortoise Media publicó un pódcast de seis partes, en el que se detallaba la acusación de cinco mujeres contra Neil Gaiman. En cada uno de los capítulos, las víctimas relataron cómo el escritor usó la presión, la manipulación psicológica y la violencia, para cometer el abuso. Los testimonios, que no aparecían con los nombres reales de las afectadas, insinuaban que, entre ellas, se encontraba una niñera y una fanática.
Los esfuerzos de los periodistas Rachel Johnson, la productora Katie Gunning y el editor Paul Caruana Galizia por proteger la identidad de las denunciantes, evitaron que se publicaran otros datos. Pero un punto quedó claro. Las declaraciones, que incluían denuncias policiales y una investigación en curso, tenían razones de peso para resultar creíbles. También, apuntaban a que con toda probabilidad, no eran las únicas que se harían públicas a futuro.

Algo que se comprobó el 15 de enero de este año, cuando cuatro mujeres, denunciaron, a través de un reportaje de New York Magazine, también haber sido agredidas por el autor. Lo que elevó el número total de casos a nueve y además, explora en la posibilidad que todo lo relacionado con la conducta de Gaiman sea incluso más grave de lo que se supuso. Al menos dos de las víctimas, rompieron acuerdos de confidencialidad (NDA), para relatar las presuntas agresiones. En todos los casos, hubo una compensación económica importante para evitar que cualquiera de las víctimas pudiera denunciar o hacer público lo ocurrido.
Los testimonios de las víctimas

El reportaje de New York Magazine relata con detalles, fotografías y también, con nombres completos, la circunstancia que rodean a las víctimas. La periodista Lila Shapiro conversó con ocho de las agredidas, cuatro de ellas, ya incluidas en el pódcast de Tortoise. Pero al contrario de lo ocurrido con el material del medio británico, en esta ocasión los testimonios son detallados y explícitos. Algo que incluye fechas, nombres y lugares acerca de las agresiones, además de la forma en que Gaiman y su exesposa, la cantante Amanda Palmer, reaccionaron a las posibles denuncias. En especial, cuando esta última parece estar involucrada en, al menos, la posibilidad de ocultar varios hechos de naturaleza violenta e ilegal.
Es lo que sucede con el caso de Scarlett Pavlovich. La joven tenía 22 años, cuando conoció a Palmer en Nueva Zelanda. Ambas entablaron una estrecha amistad y pronto, la artista ofreció a Pavlovich el empleo como la niñera del hijo de cinco años de la pareja. Para entonces la víctima atravesaba problemas familiares y financieros, por lo que el ofrecimiento de trabajo y alojamiento era casi providencial. De modo que aceptó y de inmediato, comenzó a vivir en la casa de Palmer, por entonces separada de Neil Gaiman.

Según Pavlovich, las agresiones comenzaron el mismo día en que conoció al escritor y se prolongaron durante todo el tiempo en que trabajó para el matrimonio. El testimonio describe trato degradante, violencia y hasta el uso del juego de roles BDSM en las relaciones, sin el consentimiento de la víctima. Una situación que se volvió cada vez más dura y confusa, hasta llevar a la joven al colapso. Meses después de abandonar el trabajo, se vio obligada a firmar un acuerdo de confidencialidad, en el que recibió un total de 9.200 dólares. No obstante, en enero de 2023 intentó denunciar a Gaiman por agresión, pero la policía británica dio el caso por cerrado.
Tanto Scarlett Pavlovich como Caroline, denuncian que Neil Gaiman las obligó a tener encuentros sexuales de diversa índole frente a su hijo pequeño. Ambos testimonios coinciden en que el escritor no parecía especialmente preocupado por hacerlo y que, de hecho, restó importancia a la presencia del niño.
Abuso de poder y violencia sexual

Otra de las agredidas, únicamente identificada con el nombre de Caroline, trabajó como parte del personal de la propiedad de Neil Gaiman en Woodstock, Nueva York y ocasional niñera. De la misma forma que Scarlett Pavlovich tuvo una relación física no consentida con Gaiman, a la que accedió bajo presión y para evitar ser despedida. Por entonces, se encontraba separada de su esposo y vivía en los terrenos de la casa del escritor. Por lo que se encontró en una situación cada vez más violenta. También firmó un acuerdo de confidencialidad una vez que fue despedida y se le pidió mudarse de inmediato del lugar.
Kendra Stout, una fanática de 18 años, conoció a Neil Gaiman en una firma de libros en Florida. Tres años después, alega que el escritor la agredió sexualmente durante un viaje a la campiña de Cornualles. Por lo que, de inmediato, presentó una denuncia policial. Un caso semejante es el de Katherine Kendall, a la que Neil Gaiman intentó violar durante una gira de lectores. De nuevo, el autor insistió en un acuerdo de confidencialidad, además de pagar una alta suma de dinero a la víctima como parte del trato.
Neil Gaiman responde a las acusaciones

Al momento de la publicación del pódcast de Tortoise, los representantes de Neil Gaiman respondieron asegurando que el escritor jamás sostuvo relaciones no consentidas. “La degradación sexual, el bondage, la dominación, el sadismo y el masoquismo pueden no ser del gusto de todos, pero entre adultos que consienten, el BDSM es legal”, explicaba el documento.
Algo semejante, explicó el mismo escritor en su blog. En una entrada titulada Rompiendo el silencio, Neil Gaiman insiste en su inocencia. Eso, a pesar de admitir que los encuentros sexuales ocurrieron. No obstante, deja claro que en todas las oportunidades, estuvo seguro de que se trataban de relaciones consentidas. También asegura que varios de los testimonios son exagerados, tergiversados y en algunos de los casos por completo falsos.
De hecho, el escritor está convencido que tuvo en cuenta el consentimiento de sus parejas en todo momento. “Tras reflexionar sobre mi pasado y repasar lo que sucedió en realidad, y no lo que se alega, no acepto que haya habido ninguna agresión. Una vez más, nunca he mantenido relaciones sexuales con nadie sin su consentimiento”, puede leerse en su blog.
Suscríbete a la newsletter diaria de Hipertextual. Recibe todos los días en tu correo lo más importante y lo más relevante de la tecnología, la ciencia y la cultura digital.
Los proyectos futuros de Neil Gaiman

Desde la publicación de la investigación de Tortoise Media, los proyectos de adaptaciones de cine y televisión de Neil Gaiman se han visto afectados de manera considerable. La tercera temporada de la exitosa Good Omens de Prime Video, se canceló y en su lugar, culminará con un episodio único de noventa minutos. El servicio por suscripción anunció, además, que el escritor no estará involucrado en ningún punto de la filmación.
Por otro lado, Disney pausó de manera indefinida la producción de The Graveyard Book y Netflix canceló Dead Boy Detectives en su primera temporada. Todavía no hay noticias acerca de qué ocurrirá de la muy esperada segunda temporada de The Sandman o con la producción de Anansi Boys de Prime Video, spin-off de American Goods.
Por el momento, ninguna de las editoriales encargadas de la publicación de los libros de Neil Gaiman han declarado de manera directa sobre el escándalo. A pesar de eso, tanto Simon & Schuster, Penguin Random House, Bloomsbury Publishing como DC Comics, han dejado claro que no hay nuevos proyectos que involucren al escritor a futuro.