En la actualidad los paraguas, parasoles o sombrillas, según como les conozcas, son artículos comúnes y corrientes. Pero como todos los artículos que usamos día a día tiene una historia muy peculiar detrás que vale la pena conocer.
Hoy en día son fabricados con los más variados materiales, los hay muy baratos y otros son verdaderos objetos de lujo. Los hay de todos tamaños y los vemos tanto en plazas públicas como en la playa. Aunque existen diversos mecanismos para plegarse todos parten del diseño original o, mejor dicho, de la referencia más antigua que se tiene de los paraguas: la del libro de ceremonias llamado Zhou Li, que básicamente es un tratado sobre burocracia y teoría organizativa del siglo II a. C. ahí se explica que en los coches imperiales debían colocarse esos artefactos para cubrir del clima a los usuarios y, además, se describe su forma, es decir, sus peculiares arcos y su bastón.
Aunque la anterior referencia es sobre el paraguas plegable, en realidad el paraguas más antiguo que se conoce es el hallado en la tumba de Qin Shihuang en donde el carruaje atado a unas preciosas esculturas de terracota, tiene un paraguas. Qin Shihuang fue rey del estado chino del 247 hasta el 221 a. C.
Acá lo se puedes apreciar:
Los tradicionales parasoles japoneses de papel aceite se derivan de la tradición china y su uso se extendió por todo Asia: Korea, Taiwan, Malasia, Myanmar, Bangladesh, India, Sri Lanka, Tailandia y Laos. En Japón forman parte de danzas tradicionales y ceremonias del té. Como podemos ver el diseño es básicamente el mismo de los paraguas modernos, aunque no menos bonitos y llamativos, claro.
Como siempre, la realeza
Con los intercambios comerciales que propició la Ruta de la Seda, los paraguas fueron conquistando territorio desde Asia hasta Europa. En las culturas antiguas como la egipcia, la griega y la romana se hacía uso de distintos tipos de parasol, hechos con los más diversos materiales. Así, cuando en épocas posteriores se introdujo el diseño chino de estos artefactos la necesidad de ellos ya estaba sembrada.
Claro que, como sucede en muchas otras historias, estos objetos eran usados casi exclusivamente por gente de las altas clases sociales y los monarcas o altos mandos. Tuvieron que pasar varios siglos más para que el uso de los paraguas o parasoles se extendiera a las demás clases y convertirse, como en la actualidad, en un objeto común.
Primeras manifestaciones modernas
Existe una pintura del siglo XVI que se considera una de las primeras apariciones de paraguas en una pintura. Se trata de la obra de 1530 llamada 'Madonna dell Ombrello' de Girolamo dai Libri en donde se puede apreciar a la Virgen María protegida por una sombrilla sostenida por un querube.
Un siglo más tarde se encuentra una referencia en el libro de Thomas Wright 'Domestic Manners of the English' en donde describe a un personaje ser cubierto con un paraguas por un sirviente. Durante los siglos posteriores el uso del paraguas se extiende y, por tanto, son mucho más comunes sus apariciones en pinturas y descripciones literarias.
El hombre del que todos se burlaron
Como decíamos líneas arriba los paraguas muchas veces fueron hechos con materiales de lujo: madera, marfil, telas finas, incrustraciones de metal o joyas. Para el año 1710 fue introducido en Francia un paraguas mucho más ligero y plegable comercializado para que las mujeres lo usaran. Una vez que la princesa Palatina se hizo de uno de estos, la moda fue imitada por la corte y la aristocracia.
Aunque también tenía sus férreos oponentes, en un periódico de la época se escribía sobre los paraguas usados por gente de a pie:
Es común desde hace bastante tiempo no salir sin un paraguas y tener la inconveniencia de llevarlo bajo el brazo durante seis meses para usarlo tal vez seis veces. Para aquellos que no quieren ser confundidos como personas vulgares prefieren correr el riesgo de empaparse, los paraguas indican que va a pie pues es señal segura de que no tiene su propio carruaje.
Jonas Hanway, un conocido filántropo inglés que vivió en el siglo XVIII, es señalado como el primer hombre en atreverse a salir a la calle con un paraguas en Londres. A pesar de que en esta ciudad el clima exigía (y exige) salir preparados para las inclemencias, los paraguas no se usaban como hoy en día... mucho menos por un hombre. Hanway fue duramente criticado por todos por usar lo que él llamaba "techo portátil", pero se sabe que el no cejó en su costumbre y pronto el uso de este artefacto se extendería por toda la ciudad.
Bajo un paraguas
Para la época victoriana las cosas cambiarían drásticamente con la introducción del paraguas de acero acanalado y las costillas de metal plegables que son tan comunes en los paraguas modernos y para 1928 sería inventado el paraguas de bolsillo. Tiendas y empresas comenzaron a proliferar e incluso casas de moda tuvieron (y tienen) sus propios diseños.
Como todas las cosas del mundo, o eso parece, los paraguas tienen propio su día: el 10 de febrero. Así que anota esta fecha en tu calendario si quieres festejar con tu paraguas este bonito y práctico invento que, además de ser muy útil, se remonta a miles de años atrás y esconde bajo su techo portátil fascinantes historias.