Apple ha confirmado su compromiso con la energía renovable. En un contexto en el que Donald Trump parece estar centrando sus esfuerzos en desprestigiar los proyectos con energía limpia, la empresa de Cupertino está haciendo todo lo contrario y ha anunciado que todas sus instalaciones alrededor del mundo son 100% sustentables.

Las tiendas, oficinas, centros de datos e instalaciones compartidas en 43 países se han incluido dentro del compromiso de la compañía por el medio ambiente. Asimismo, el número de proveedores que también forman parte de esta iniciativa ha aumentado a 23, entre los que se encuentra Quadrant, Pegatron y Arkema. "En conjunto, la energía limpia de los proyectos de los proveedores ha evitado la emisión de más de 1.5 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en 2017, lo que equivale a retirar más de 300.000 vehículos de la circulación", informó Apple en un comunicado.

Google ya compra más energía renovable de la electricidad que consume

Hasta la fecha, se han llevado a cabo 25 proyectos de energía renovable alrededor del mundo y otros 15 están en construcción, con los que Apple estima que se producirán más de 1.4 gigabitios de energía renovable en once países.

Entre ellos, se encuentra China, donde la empresa de Cupertino anunció que están realizando iniciativas con energía eólica y solar para equilibrar las emisiones de las fábricas e industrias del país. En Japón, la empresa Daini Denryoku se convertirá en aliado de Apple para instalar más de 300 sistemas solares en azoteas que generarán 18.000 MWh de energía limpia cada año.

Sin embargo, uno de los proyectos más prometedores es el Apple Park, la nueva sede de la empresa en California y una de sus mayores apuestas. El campus, ideado por Steve Jobs y diseñado por el arquitecto Norman Foster, se alimenta de energía 100% renovable y cuenta con una instalación solar de 17 MW.

El Apple Park casi terminado, a vista de dron

Sobre este y los otros proyectos, Tim Cook afirmó que desde Apple están orgullosos de haber conseguido que todas sus instalaciones en todo el mundo son 100% sustentables. "Vamos a seguir desafiando los límites de lo posible con los materiales que usamos en nuestros productos, la forma en que los reciclamos, nuestras instalaciones y nuestro trabajo con proveedores para establecer nuevas fuentes de energía renovable creativas y avanzadas, porque sabemos que el futuro depende de ello".

Este compromiso se ha vuelto más importante después de las reformas ambientales de Donald Trump, que llegaron a su punto más álgido cuando retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París. Asimismo, el presidente firmó el año pasado una orden ejecutiva para poner fin a las políticas de protección medioambiental de su predecesor Barack Obama, lo que provocó el descontento de algunas empresas tecnológicas.

Apple, Amazon, Microsoft y Google afirmaron en un comunicado que seguirán luchando por el medio ambiente y destacaron la importancia del Plan de Energía Limpia (Clean Power Plan) para "hacer que los suministros de energía renovable sean más sólidos y abordar la grave amenaza del cambio climático, además de apoyar la competitividad, innovación y crecimiento del empleo en Estados Unidos".

Apple

Además de Apple, Google ha anunciado los progresos dentro de sus planes de energía limpia y sustentabilidad. El gigante tecnológico afirmó el pasado 5 de abril que la empresa compra más energía renovable que la eléctrica que consume.

"En el transcurso de 2017, en todo el mundo, por cada kilovatio hora de electricidad que consumimos, compramos un kilovatio hora de energía renovable de una granja eólica o solar construida específicamente para Google. Esto nos convierte en la primera nube pública, y compañía de nuestro tamaño que ha logrado esta hazaña", informó Google.

Las dos empresas tecnológicas han llegado donde querían. La importancia de centrar sus esfuerzos en producir y fomentar la energía renovable ha sido el eje central de Google y Apple en un contexto en el que las consecuencias de la contaminación para el medio ambiente y el cambio climático son cada vez más motivos de alerta, aunque Donald Trump se empeñe en mirar hacia otro lado.