No está del todo clara la repercusión que tendrá la histórica huelga de Amazon en España; la primera de su clase al sur de los Pirineos que ya tiene los antecedentes de Italia y Alemania durante el Black Friday. ¿Las peticiones? Prácticamente las mismas: mantener los derechos de los trabajadores de los centros de abastecimiento de la tecnológica.

Durante el 21 y el 22 de marzo, la actividad de la planta de San Fernando de Henares se verá paralizada; se espera que la huelga sea apoyada por el 75% de la plantilla; de los cuales la gran mayoría forman parte de los fijos. Los 900 trabajadores temporales, del total de 2.000 con los que cuenta el centro, son los que más trabas están encontrando en el seguimiento. Representados por Manpower y Adecco, como contratantes temporales, ya han sido varios los casos que han salido a la luz en los que los empleados temporales se han visto coaccionados a no seguir la huelga a riesgo de perder su renovación en la compañía.

48 horas de protesta que se quieren centrar en la no renovación del convenio colectivo que mantenía la seguridad de los empleados dentro de las paredes de la gran central de Amazon en Madrid. Atascado desde el 31 de diciembre de 2016, el convenio ha entrado en un callejón sin salida después de que Amazon fuese incapaz de llegar a ningún acuerdo con el grueso de los empleados. La idea de la tecnológica estaba clara: congelar los salarios, bajar el precio de las horas extra y reducir las compensaciones por baja por enfermedad.

Los empleados de Amazon España irán a la huelga

"Las decisiones van en detrimento de las condiciones con las que cuentan los trabajadores", comenta Carlos Gutiérrez de CC.OO. En este sentido, desde el sindicato tienen claros los objetivos del paro, pese a que son conscientes del hecho de que Amazon buscará por todos los medios para sobrevivir durante estos dos días; algunos altos cargos de la compañía, que no ha hecho declaraciones de calado durante todo el desarrollo de la huelga, ya hablaron de que la tecnológica de Bezzos podría sobrevivir a situaciones como esta aprovechando su red mundial. Los centros de fuera de España, o incluso los de fuera de Madrid, harán el trabajo de la gran tecnológica que se mantendrá paralizado en San Fernando.

Para el portavoz de CC.OO., "está demostrado que este tipo de paros suelen tener un impacto positivo sobre las decisiones de las empresas". Lo cierto es que las primeras reacciones ya se vieron ayer martes, unas horas antes del inicio oficial de la huelga. Algunos de los repartos correspondientes al martes 20 de marzo quedaron bloqueados durante algunos días a la espera de que "los problemas con la red de distribución" queden resueltos.

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Los primeros resultados de los paros a las puertas de la sede de San Fernando se han dejado ver a primera hora de la mañana. Desde las 6 de la madrugada un grupo de empleados de la planta han bloqueado la entrada principal de Amazon. Los sindicatos hablan de un 90% de seguimiento a primera hora de la mañana. Está previsto que el pico de actividad de los manifestantes sea a las 12 de la mañana.

Nueva economía, viejas prácticas

La cuestión de Amazon supone una huelga "de toda la vida", comentan desde Comisiones Obreras, pero deja de manifiesto la realidad de la situación de la llamada "nueva economía" o de las multinacionales de la industria tecnológica.

"Yo creo que las tecnológicas están aprovechando cierto vacío legal, muchas de ellas no llaman a sus trabajadores como tal sino colaboradores. Están aprovechando la situación para poner en jaque todo nuestro derecho del trabajo".

Ya sea con la figura de riders en el caso de Deliveroo, Glovo o UberEats. O con la figura de asociados en el caso de Uber y Cabify, la realidad es que la nueva realidad económica ha llegado para quedarse: "Estas plataformas juegan con esa nueva necesidad de la comida a domicilio o de transporte, pero también se aprovechas de las condiciones de trabajo y desempleo de los diferentes países", analiza Carlos. Desde este punto de vista, Esade analiza la influencia de esta "nueva economía" en la inseguridad laboral.

Enfocado más lo conocido como lo mal llamado economía colaborativa o economía de plataformas, la realidad para los analistas es que, este tipo de gestiones, en la que se opera a través de terceros, no tiene un futuro viable en cuanto a la distorsión de los nuevos modelos de negocio. Los trabajadores de planta de Amazon, pese a encontrarse en un régimen totalmente opuesto al de Uber o Deliveroo, sin embargo, son las víctimas directas del crecimiento de grandes compañías tecnológicas. Con crecimiento vertical y horizontal, la realidad es que el límite de las mismas se encuentra en el que se impongan a ellas mismas.

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