Era prácticamente el único negocio que le quedaba a Uber por abordar en lo que a transporte se refiere. Y teniendo en cuenta que los servicios de metro y autobús son sectores complicados de gestionar, el que renta sería el de la bicicletas compartidas en las grandes ciudades. La alimentación, el coche eléctrico y autónomo, los futuros modelos aéreos, ambulancias y, por supuesto, el sustitutivo del taxi ya estaban contemplados.

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De momento sólo estarán operativas en Los Ángeles en unos días. Tras un acuerdo con JUMP, la única startup que logró alcanzar el permiso en la ciudad norteamericana, Uber pondrá en circulación unas 250 bicis eléctricas. En unos meses habrá otras 250 operativas principalmente en las zonas cercanas al muelle de la ciudad.

UberBike, que así es como se ha llamado la nueva modalidad de la multinacional, se integrará dentro del propio sistema de vehículos. Funcionando igual que cualquier servicio de transporte, estas podrán reservarse durante un corto espacio de tiempo mientras el usuario se desplaza hasta donde indica el GPS. Como ocurriese con UberEats en sus primeros momentos que se integraba en la app matriz de la compañía, de funcionar la nueva opción de transporte esta podría ostentar su propio sistema de reserva y búsqueda de bicis. Así como expandir su negocio a otras ciudades del mundo.

¿Su ventaja? De forma tradicional, las diferentes compañías de alquiler de bicicletas disponen de modelos sin motor. Es decir, sin sistemas eléctricos que se puedan adaptar a zonas con grandes pendientes. Por otro lado, las pocas compañías que sí que ofrecen esos servicios cuentan con precios por encima de la media, como es el caso de BiciMad en Madrid.

De su expansión no se ha hablado, ni se hablará en mucho tiempo, como tantas otras opciones de Uber que se están gestando a lo largo y ancho del mundo. Pero de funcionar sería el sistema perfecto de expansión para Europa y, concretamente en España. Un nuevo negocio que ya se ha definido como uno de los nuevos problemas de las grandes ciudades por el gran vacío legal que existe al respecto. Primero fueron las bicicletas gestionadas por los diferntes ayuntamientos de las ciudades con sus propios anclajes; detrás de ellas llegaron O-bike, Mo-bike, Ofo, Bluegogo, GooBee-Bike, i-bike, Yo-bike, Ohbike, Moby o Limebikes. Con una gestión naciente en China, estas compañías aprovechan la ausencia de normativa ad hoc para regular el aparcamiento de estas bicis explotadas por compañías privadas pero que hacen uso de estacionamientos públicos de bicis particulares. Tanto así como sucediese con las motos eléctricas en su momento, la realidad es que la llevada de UberBikes a las grandes capitales españolas sería un triunfo en toda regla: modelos eléctricos, más baratos y funcionales que las del sistema público, que no tendrían que pagar ni pedir permisos para operar.

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