Las ofertas de trabajo para los puestos de responsabilidad de UberEats, además de los consabidos repartidores implicados, llevaban publicadas desde prácticamente verano de 2016. Y en octubre, varios rumores apuntaban a que la llegada sería inminente. Finalmente, el servicio de coches eléctricos UberONE formado por más de veinte Teslas se adelantó al de reparto de comida a domicilio por unos días, pero ya podemos decir que Uber se estrena en 2017 con su versión alimenticia UberEats. La capital se une a las más de 50 ciudades que forman parte de la apuesta de la compañía.
La tercera apuesta de la multinacional por la capital que se estrena con casi 200 restaurantes asociados a la aplicación y un número indefinido de repartidores -ninguna aplicación de reparto ha tenido a bien publicar este dato-. Lo que sí podemos saber es que estos se desplazarán en bici o moto, dependiendo de los gustos del propio repartidor, y que no sólo hay empleados autónomos, también se ha dado la posibilidad a empresas de reparto a asociarse al servicio.
Sin importe mínimo por pedido esté tendrá un coste de 2,5 euros (gratis los primeros días a causa del lanzamiento) y tendrá un horario operativo de 12 de la mañana a 12 de la noche; todo dependiendo de la disponibilidad de los locales que estén entre nuestras preferencias. Gustos alimenticios que la app irá aprendiendo en función de nuestros pedidos y a partir de los cuales nos ofrecerá sugerencias relacionadas. Adiós a los propósitos de dieta de 2017.
Los nuevos usuarios sólo tendrás que descargarse la aplicación y podrán usar sus datos de registro de UberX.
En los límites de la M-30
Tras la catarsis de 2015, en la que Uber fue prohibido en España, Barcelona optó por promocionar el reparto de comida como alternativa para sus asociados. Finalmente, con el inicio de 2016 la compañía cesó su actividad en Barcelona. Pese a que los rumores iniciales apuntaban a que UberEats también aterrizaría en la Ciudad Condal desde la compañía nos aseguran que no hay ninguna intención, de momento, de empezar a operar allí.
Y tampoco todos los madrileños están de enhorabuena. UberEats, al menos en su fase inicial, sólo tendrá operaciones en las zonas que se encuentren dentro de la M-30. El drama para los que viven fuera de este límite aún continúa. Aunque la previsión es aumentar el rango en los próximos meses.
Para los que residan dentro de las zonas afortunadas, los repartos tendrán un límite de 30 minutos en tiempo estimado. Es decir, a diferencia de lo que ocurre con Just Eat, que funciona con códigos postales, UberEats opera a través de zonas. Si el cliente quiere ampliar el tiempo de reparto por elegir un restaurante que está mucho más lejos es decisión suya. Allá ellos.
Divina competencia
UberEats llega a Madrid en un momento en el que la competencia lucha por hacerse un hueco en un mercado muy saturado. JustEat controla casi el total de las operaciones por una pura ventaja comparativa después de haber comprado La Nevera Roja hace casi un año.
Tras la desaparición de Take Eat Easy en verano de 2016, la pelea por quedarse con la mayor parte de los usuarios residuales está entre Deliveroo y Glovo. La fidelización y la mayor oferta de restaurantes, sin olvidarse del precio por reparto, son los determinantes que terminarán decantando la balanza entre uno u otro.