Conmoción en el mundo del ciclismo. Chris Froome, ganador de cuatro Tour de Francia, ha dado positivo en un control de dopaje realizado durante la Vuelta a España de 2017, competición en la que resultó vencedor. El deportista keniata, que corre en el equipo británico Team Sky, sobrepasó los límites permitidos de salbutamol, una sustancia que no está prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), pero cuyo uso está restringido en función de determinados permisos y circunstancias.
La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha confirmado en un comunicado que durante un análisis de orina recogido tras la etapa 20 de la Vuelta de 2017, Chris Froome sobrepasó los límites permitidos de salbutamol (1.000 nanogramos por mililitro). El ciclista fue notificado el pasado 20 de septiembre, aunque de momento no ha sido suspendido a la espera de recibir los informes y análisis farmacocinéticos por parte del corredor, que tratará de demostrar que el uso de este producto tuvo una finalidad terapéutica y no dopante.
Qué es el salbutamol
El salbutamol es el principio activo de medicamentos como el popular Ventolín. Los fármacos beta-2 agonistas son agentes broncodilatadores, es decir, sirven para abrir los bronquios y facilitar la respiración en pacientes con asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Su utilización en ciclistas que hayan recibido la correspondiente autorización está permitida si se toma por vía inhalatoria sin exceder las dosis aprobadas (según los criterios de la AMA, la dosis máxima de salbutamol es de 1600 microgramos por 24 horas, sin exceder los 800 microgramos cada 12 horas).
Tal y como explica la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), "su uso no terapéutico está prohibido, porque al abrir los bronquios para facilitar la respiración, en grandes dosis pueden utilizarse para aumentar la capacidad pulmonar y la resistencia al esfuerzo". El abuso del salbutamol puede conllevar problemas como temblores y palpitaciones, dolores de cabeza, taquicardias y calambres musculares. En dosis muy superiores a las terapéuticas, este broncodilatador puede llegar a producir efectos anabolizantes.
El Consejo Superior de Deportes, siguiendo las directrices internacionales, señala que la presencia en la orina de una concentración de salbutamol superior a los 1000 nanogramos por mililitro "no corresponde a un uso terapéutico de la sustancia". No obstante, las autoridades consideran el resultado analítico como "adverso" siempre que el deportista no logre demostrar "mediante un estudio farmacocinético controlado que este resultado adverso fue consecuencia del uso de la dosis terapéutica inhalada que alcanzaba la cantidad máxima indicada".
El propio Chris Froome ha respondido a las informaciones publicadas mediante un comunicado difundido por Team Sky. "Chris sufre asma desde su infancia y utiliza un inhalador para tomar un medicamento común, el salbutamol, para prevenir y aliviar los síntomas producidos por el ejercicio", ha señalado el equipo de ciclismo. Durante las etapas finales de la Vuelta, según la versión de Team Sky, Froome sufrió episodios agudos de asma, por lo que tomó este fármaco para frenar sus síntomas dentro de las dosis permitidas. Será ahora el deportista el que deba demostrar que, tal como alega, el consumo de esta sustancia tuvo fines terapéuticos y no dopantes; mientras tanto, la UCI ha decidido abrir un expediente informativo, sin suspender cautelarmente por el momento a Froome.