oumuamua

Crédito: ESO/M. Kornmesser

Hace solo unas semanas los astrónomos descubrieron asombrados la existencia de un inusual objeto, denominado técnicamente C/2017 U1, con unas extrañas características. Al analizar la órbita que seguía este pequeño y rápido cuerpo, se dieron cuenta de que se trataba del primer asteroide interestelar. Las observaciones del telescopio Pan-STARSS 1, situado en Hawái, revelaron que el débil punto de luz correspondía a un objeto procedente fuera del sistema solar, al contrario que el resto de cometas o asteroides detectados hasta la fecha.

Con la aprobación de la Unión Astronómica Internacional, el extravagante cuerpo fue bautizado con el nombre de ’Oumuamua, que en hawaiano se refiere a "explorador". Desde entonces los investigadores han estudiado sus características antes de que el asteroide, que no presenta signos de actividad cometaria tras su paso por el punto más próximo al Sol, nos abandonase con dirección al espacio interestelar. Sus resultados han sido publicados hoy en la revista Nature.

Las observaciones acerca del origen y las características de ’Oumuamua confirman que se trata del primer asteroide interestelar. Este objeto, que ha viajado por el espacio durante cientos de millones de años, parece ser de naturaleza metálica o rocosa. Además, a diferencia de los objetos que se encuentran en el sistema solar, presenta una forma muy alargada, con una longitud de al menos 400 metros, una distancia diez veces mayor que su anchura. Los científicos sugieren que 'Oumuamua tiene además un color rojo oscuro, de forma similar a lo que ocurre con los objetos procedentes del sistema solar exterior.

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El primer asteroide interestelar es capaz de modificar muchísimo su brillo a medida que va girando sobre su propio eje cada 7,3 horas. Según el estudio publicado en Nature, el asteroide interestelar es totalmente inerte, es decir, no cuenta con el menor atisbo de polvo a su alrededor. Las observaciones realizadas con el telescopio Pan-STARRS 1, junto con el Very Large Telescope, entre otros instrumentos, sugieren que 'Oumuamua es denso y que no cuenta con cantidades significativas de hielo ni de agua.

Las primeras estimaciones apuntan que el primer asteroide interestelar procedería de la dirección en la que se localiza Vega, en la constelación de Lyra. Sin embargo, a pesar de la rápida velocidad con la que se desplazaba, a 'Oumuamua le ha costado mucho tiempo alcanzar el sistema solar, por lo que los científicos creen que la brillante estrella no estaba cerca de la posición de este objeto cuando se situaba allí, hace aproximadamente unos 300.000 años.

Los científicos pretenden seguir estudiando de cerca este cuerpo con el fin de determinar con mayor precisión su origen. Lo que sabemos hasta ahora sobre este objeto, que no se parece a nada visto antes según señala el Observatorio Europeo Austral, sugiere que asteroides interestelares similares a él pasan por el interior del sistema solar al menos una vez al año. Sin embargo, al ser objetos tan débiles y difíciles de ver, resulta muy complicado monitorizar su trayectoria. El estudio de 'Oumuamua ha sido una oportunidad única para conocer más acerca de este tipo de cuerpos extravagantes que desconocíamos hasta ahora.