Uno de los medicamentos más populares en la actualidad es el omeprazol, que se emplea para el tratamiento del reflujo gástrico con el objetivo de reducir la cantidad de ácido producido en el estómago. Durante los últimos días, numerosos medios de comunicación han publicado que el consumo prolongado de omeprazol duplica el riesgo de cáncer, una noticia que ha levantado una gran polémica. ¿Pero qué hay de cierto en estas informaciones?

El omeprazol es uno de los medicamentos que forma parte del grupo de los inhibidores de la bomba de protones, que también incluyen a otros fármacos como el esomeprazol, el lansoprazol o el pantoprazol. El objetivo en todos los casos es disminuir la cantidad de ácido gástrico producido por las glándulas en el revestimiento del estómago. Medicamentos como el omeprazol se emplean habitualmente para aliviar los síntomas del reflujo gástrico o para tratar problemas como la úlcera duodenal o estamacal, según explican desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El fármaco fue desarrollado por la compañía sueca Aktiebolaget Hassle en los años ochenta, cuando patentó el omeprazol, según explica la Organización Mundial de la Salud. Tras el vencimiento de la protección por patente, este inhibidor de la secreción de ácido gástrico comenzó a ser comercializado como medicamento genérico. Su popular uso no está exento de posibles efectos secundarios, como puede suceder con cualquier otro fármaco. Entre los problemas descritos hasta la fecha se encuentran trastornos como el estreñimiento, náuseas, dolores de cabeza o mareas. Tras la reciente polémica, ¿pueden acaso los inhibidores de la bomba de protones aumentar el riesgo de cáncer?

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Fuente: Unsplash.

¿Es peligroso tomar omeprazol?

El trabajo que ha generado cierta alarma sobre la relación entre el consumo prolongado del omeprazol y el riesgo de cáncer fue publicado a principios de noviembre en la revista Gut. Científicos de la Universidad de Hong Kong y de la University College de Londres han realizado un estudio observacional donde analizaron la evolución de algo más de 63.000 pacientes que habían sido inicialmente diagnósticados con una úlcera de estómago y que, tras recibir antibióticos, tuvieron que someterse a un tratamiento con medicamentos del grupo de los inhibidores de la bomba de protones.

El equipo dirigido por Wai Keung Leung decidió evaluar el riesgo de cáncer de estómago asociado con la administración prolongada de fármacos como el omeprazol, dado que investigaciones anteriores ya habían sugerido que existía una cierta correlación. Tomar inhibidores de la bombra de protones durante un largo plazo de tiempo (al menos tres años), según el último estudio, se asocia con algo más del doble de riesgo de desarrollar un tumor maligno (2,44), mientras que el uso de los fármacos llamados bloqueadores H2, entre los que se encuentra la ranitidina o la cimetidina, no conlleva una mayor propensión al cáncer de estómago.

No obstante, los investigadores resaltaron que se trata de un estudio observacional y que, por tanto, no se puede extraer una relación de causalidad en lo que de momento no es más que una correlación.

¿Significa esto que tomar omeprazol es peligroso? Aunque el trabajo publicado en Gut no confirma ninguna conclusión en ese sentido, la nota de prensa difundida por la universidad británica sí urge a los médicos a extremar las precauciones cuando vayan a prescribir inhibidores de la bomba de protones a largo plazo. Sin embargo, la fundación Cancer Research UK ya advertía que el incremento de riesgo a padecer tumores gástricos podía deberse no a este tipo de medicamentos, sino que probablemente el desarrollo del cáncer se debía a la infección anterior con la bacteria Helicobacter pylori, causante de las úlceras estomacales y que también está detrás de estos tumores malignos.

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Alex Brollo (Wikimedia)

El Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) alberga también dudas parecidas. "Debido al diseño del estudio, no podemos decir si los inhibidores de la bomba de protones son la causa del aumento del riesgo de cáncer de estómago. También podría deberse a otros factores", comentan los expertos. En su opinión, es importante comparar los resultados y la proporción de riesgo que presentan en el estudio: la administración a largo plazo de este tipo de medicamentos se asoció anualmente con cuatro casos adicionales de tumores gástricos por cada 10.000 personas.

Es decir, aunque se confirmase la relación de causalidad y la mayor probabilidad de desarrollar un cáncer gástrico, el riesgo sigue siendo muy pequeño, a juicio de los especialistas británicos, que no descartan que otros factores, como el consumo de alcohol y de tabaco, sean los verdaderos culpables en el incremento de casos de tumores malignos observados. Por último, los expertos del NHS resaltan que la mayoría de pacientes analizados en el trabajo publicado en Gut eran de origen chino, una población que tiene mayor riesgo de cáncer de estómago, por lo que las conclusiones no deberían ser extrapoladas a otras regiones del mundo.

El estudio, en resumen, aporta nuevas evidencias acerca de la relación entre los inhibidores de la bomba de protones y los tumores gástricos, pero se necesitan más investigaciones que aporten luz para corroborar o rechazar esta hipótesis.