El hecho de encontrar géiseres hidrotermales en Encélado fue una auténtica sorpresa para los investigadores. Nadie esperaba que en el interior de esta luna de Saturno existiese un bullente océano. Al fin y al cabo, Encélado está muy, muy lejos del Sol. Pero Cassini nos demostró que lo que menos esperábamos era posible. Ahora, nos preparamos para acercarnos más a este satélite, uno de los mejores referentes en la búsqueda de vida extraterrestre. Pero la cuestión sigue sin resolverse: ¿cómo existe un océano bajo su superficie helada?
La respuesta está en el núcleo
Los astrónomos llevan dándole vueltas a una idea: para que exista un océano bajo la superficie de Encélado hace falta que se genere temperatura. Sabemos que el núcleo de la luna está relativamente muerto. Así que la energía procederá, sin más remedio, de las fuerzas de marea que produce Saturno sobre su satélite. ¿Pero cómo? Un reciente estudio publicado en Nature Astronomy ayudará a desvelar el secreto: su núcleo.
Tal y como han comprobado los investigadores, la posibilidad más plausible es que las fuerzas de marea hagan que el océano se infiltre y rezume entre los restos de un núcleo muy poroso y fragmentado. De esa manera, sería el roce de millones y millones de litros de agua los que provocarían el calor suficiente como para mantener activo un océano. Y no sólo activo, sino violento, como atestiguan los géiseres observados en su congelada superficie.
El modelo construido por Gaël Choblet y sus colegas se basa en los datos obtenidos por Cassini antes de su fin en la superficie del gigante gaseoso. El resultado es que, efectivamente, sería posible generar semejante cantidad de calor como para mantener el océano líquido en el interior de Encélado durante millones de años. En el modelo, además, se explica que el calor se disipa especialmente por los polos, lo que explicaría los géiseres observados en la superficie y por qué la capa de hielo es menor allí.
¿Cómo es el océano de Encélado?
Salado y con moléculas orgánicas. ¿Os suena de algo? Efectivamente, el extraterrestre océano de Encélado posee cierto parecido con nuestro propio mar. Eso es lo que convierte a este satélite en uno de los mejores candidatos para la búsqueda de vida fuera de la Tierra. De hecho, es un candidato excepcional, tal y como mostró en su momento Cassini. Tanto que ya estamos preparando varias misiones para aterrizar en su superficie y analizar directamente lo que contiene su mar interno.
Entre esas misiones está SELFI, de la cual os hablamos hace poco, y cuyo objetivo es analizar en la banda de la radiofrecuencia submilimétrica las emisiones de los géiseres, así como ayudar a las siguientes misiones a asentar los conocimientos necesarios para seguir profundizando en los secretos de esta luna. Nuestras expectativas son muy altas porque, según muestra el modelo, el océano de Encélado lleva existiendo hace lo suficiente como para haberle dado tiempo a la vida para existir.
¿Y qué podríamos encontrar? Bueno, lo más probable es que, en el mejor de los casos, lo que haya dentro de Encélado sean precursores de vida, restos orgánicos y moléculas complejas. Pero, ¿podríamos encontrar formas de vida primitivas? Bueno, es muy difícil pero existen algunas posibilidades. En tal caso serían como nuestras bacterias o aún más simples, a caballo entre estos microorganismos y los virus, probablemente.
¿Y qué hay de la vida inteligente? Es bastante improbable, por no decir imposible, que encontráramos algo remotamente parecido a una especie subacuática viviendo en Encélado. Sencillamente el planeta y las condiciones del mismo no son suficientes. La única energía del planeta es la que procede de este núcleo poroso y las fuerzas de marea, lo que es muy poca en comparación, por ejemplo, con la que nosotros obtenemos del Sol. En cualquier caso, lo que encuentre SELFI y el resto de misiones, se mire por donde se mire, será fascinante.