Halloween ha arraigado por todo el mundo durante los últimos años y, en estas fechas, es común toparse con multitud de artículos recomendando qué hacer, veer, leer o cómo vestirse en las noches previas a este evento tan eminentemente ligado al miedo y lo terrorífico.

En Hipertextual ya os hemos hablado de startups que dan miedo (no el que imagináis) o de ciertos trucos y curiosidades que podréis llevar a cabo estos días y, ahora, toca centrarnos en recomendaciones para los aficionados a los videojuegos que quieran pasarlo mal durante la noche del día de hoy. Así pues, ahí van los que son algunos de los mejores videojuegos de terror de los últimos años. De todo y para todos.

Amnesia

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Sin duda, uno de los impulsores de la más que bienvenida y agradecida ola de desarrollos independientes centrados en el terror old school. El trabajo de Frictional Games sigue siendo, hoy en día, de esos que ponen los pelos de punta y cuyos niveles de tensión son de esos que obligarán a más de uno, y a mí me pasó, a dejar el mando o el teclado durante un rato. Y lo hace todo con una propuesta tan tópica como efectiva: escapar de un monstruoso y misterioso ente mientras intentamos recuperar nuestra memoria. Y, además, está gratis en PlayStation Plus ahora mismo.

Little Nightmares

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A la estela de LIMBO se le sumaron multitud de títulos de corte semejante (entre ellos el magnífico INSIDE, también totalmente recomendable) durante los últimos años pero quizá el alumno más brillante y aventajado sea el Little Nightmares de los chicos de Tarsier Studios. En esta obra en 2,5D encarnamos a una frágil niña que, ataviada con su ya icónico chubasquero amarillo, debe descubrir qué está pasando en el barco en el que se encuentra, de dónde proviene y algo más...

Until Dawn

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El trabajo de Supermassive Games fue una de las grandes sorpresas del 2015. No ya por la calidad del título si no por la capacidad del estudio de reanimar y reconducir el que fue un desarrollo ideado y desarrollado, en sus primeros años, con el PS Move y PS3 en mente. Lo que al final, ya en PS4, encontramos fue un paso adelante en las neo-aventuras gráficas nacidas a raíz del trabajo de Telltale que presenta un divertido y arquetípico slasher en el que el destino de sus personajes depende de nuestras decisiones. Y, a día de hoy, sigue siendo apabullante en lo técnico.

Outlast 2

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Posiblemente, la primera parte de la saga de Red Barrels fue otra de las grandes impulsoras del retorno del survival horror más clásico. Fue en 2013 cuando la mezcla de lo desconocido y terrorífico, la videocámara y su visión nocturna y la indefensión que provoca el ir desarmado durante toda la aventura pisaron con fuerza y conquistaron al público (y a los espectadores de YouTube). Outlast 2 es más ambicioso a prácticamente todos los niveles y, sobre todo, cuenta una historia algo más interesante. Elegid el que queráis, no os equivocaréis.

SOMA

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Repetimos con Frictional Games y es que, por algo, son uno de los baluartes del terror puro y duro. Eso sí, SOMA es algo todavía más grande y mucho más profundo que un simple juego plagado de jumpscares y que lleve nuestro estrés a límites insospechados. Aquí, la mezcla de lo terrorífico con la ciencia ficción, poniéndonos en la piel de un personaje que se encuentra en una base submarina, nos lleva a reflexionar sobre la propia existencia del ser humano. Puede sonar extraño pero es una de las joyas desapercibidas de los últimos años.

Resident Evil 7

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Tras la progresiva desconexión de lo que hizo grande y caracterizó a la franquicia en sus últimas entregas, Capcom volvió a las raíces con su último lanzamiento al tiempo que cambiaba radicalmente yéndose a la primera persona. Resident Evil 7 es, sobre todo en sus dos primeros tercios, lo que nunca tuvo que dejar de ser la franquicia: un survival horror de corte clásico adaptado a los tiempos que corren. Solo un último tramo demasiado orientado hacia la acción desenfrenada la resta méritos a uno de los mejores videojuegos de este año.