Probablemente estás deseando comenzar con esa dieta maravillosa que te hará perder un porrón de kilos comiendo piña. Al fin y al cabo, no es que te tengas que privar de demasiadas cosas. Bueno, en realidad lo único que puedes comer sin preocupaciones es eso... piña. ¡Pero qué diablos! En seguida tendrás una esbelta figura comiendo fruta, que es sanísima. ¿Qué podría salir mal? Obviamente, todo.
¿Qué es una dieta milagro?
A nadie le pasa desapercibido el auge de las supuestas dietas milagro. Estas están saliendo como setas a la par que la preocupación por la nutrición y una buena alimentación cobran importancia en el día a día. No es coincidencia. Este contexto es especialmente prolífico para los vendedores de estos productos con supuestas propiedades sorprendentes que prometen el oro y el moro sin estar avaladas por ningún tipo de evidencia científica.
Las dietas milagro son métodos fraudulentos o no comprobados que aseguran poder repercutir de forma beneficiosa en tu salud. Pero, además, las más agresivas hacen referencia a términos asociados con lo "natural", "lo tradicional", a jerga científica variada (y muchas veces sin sentido) y a otras expresiones más publicitarias que realistas. Todas, sin embargo, se caracterizan, como decíamos, por la falta de aval científico, por mucho que se empeñen sus defensores en hacernos creer su origen "científico".
Para comprender mejor este escabroso asunto, Hipertextual se ha puesto en contacto con el Dr. Ramón De Cangas, Dietista-Nutricionista, Doctor en Biología Funcional y miembro del Comité Asesor del Consejo General de Colegios Profesionales de Dietistas-Nutricionistas de España. "Se trata de planes dietéticos de adelgazamiento o bien de productos con el mismo fin que se caracterizan por carecer de fundamento científico y por prometer una pérdida de peso a un ritmo rápido y con poco esfuerzo", explica.
El interés de resultados rápidos e increíbles es lo que les otorga el término "milagrosas". Esta es, precisamente, la principal atracción para obtener la atención de los consumidores. En muchas ocasiones, la intención es vender un producto cuyos resultados son imposibles. Sin embargo, en otras, la razón es el puro desconocimiento. Internet, de hecho, es una de las vías más rápidas y eficientes para extender dichas dietas entre los incautos. Pero todo tiene solución.
¿Cómo las identificamos?
Normalmente, todas las dietas milagro cumplen una serie de características. Por supuesto, no todas ellas se dan al mismo tiempo, pero cualquiera de las mismas debería ponernos sobre alerta. Por ejemplo, las dietas milagro prometen resultados rápidos (que es una de las cosas que en nutrición siempre debería hacernos sospechar), usan palabras como "sorprendente, mágico, milagroso, ingredientes secretos"... que son muy evidentes. Pero también emplean otras como "punto de estimulación del hambre o termogénesis", que no son tan fáciles de identificar.
Otra de las características típicas de las dietas milagro es que prohíben un tipo de alimento o un grupo entero. "Generalmente son dietas muy bajas en calorías aunque a veces no indican cantidades de alimentos", afirma el experto. También dividen a los alimentos en buenos o malos. Prohibir alimentos es algo propio de una condición médica, y no de una dieta. Otra de las cuestiones que peor huele en el caso de estas dietas es que se basan en productos asociados a una marca (que suele promover la dieta) y prometen "devolver el dinero" si no hay resultados.
Más difícil de comprender es el poco valor científico que presentan ya que estas dietas milagro suelen presentar testimonios para dar credibilidad, pero no presentan estudios científicos serios. "En ocasiones indican que están diseñadas o tienen su origen en un profesional sanitario, muchas veces un médico que nada tiene que ver con al área de la nutrición, para darle más empaque ante la población. Pero otras veces son prescritas o promovidas por personas sin titulación en el área de la nutrición".
"Es frecuente que estén avaladas por famosos o que se acompañen de la venta productos milagro o que sustituyan comidas reales por productos comerciales", continúa. Otra característica típica es que exageran los valores de uno u otro alimento, simplificando los resultados de estudios que son muy complejos. También se basan en apenas un par de investigaciones o resultados que no han sido comprobados en humanos. En cualquiera de estos casos, insistimos, haremos bien en sospechar.
Voy a seguir una dieta milagro, ¿qué me puede pasar?
Tu organismo es una máquina de precisión. Y como todo aparato sofisticado, requiere de un mantenimiento adecuado. Dicho mantenimiento consiste, en nuestro caso, en mantener una buena dieta, hacer ejercicio, hábitos saludables... en el momento en el que nos salimos de estas premisas, el organismo puede verse comprometido. Esto se traduce en daños para la salud. "[Las dietas milagro] son muy perjudiciales porque maleducan nutricionalmente. Estas suelen denostar ciertos alimentos reales y presentar como mágicos otros que obviamente nada de mágico tienen", comenta el doctor.
"Además, suelen ser demasiado restrictivas en kilocalorías, deficitarias en nutrientes y, por si fuera poco, son capaces de incrementar el riesgo de ciertos problemas cardiovasculares, entre otros. También pueden provocar una pérdida de masa muscular y originar otra serie de problemas que pueden llegar a revestir gravedad". Por descontado, no todas las dietas tienen los mismos efectos, pero no hay que dejarse engañar por este hecho.
"Si bien es cierto que no todas las dietas milagro son iguales y por tanto su riesgo es diferente", prosigue el experto, "no es conveniente hacer una clasificación de mayor a menor riesgo de las dietas milagro. El motivo es que dichas estrategias dietéticas carecen de evidencia científica y, sin embargo, hay patrones dietéticos saludables, que permiten perder peso y que disponen de una muy fuerte evidencia científica favorable como puede ser la dieta mediterránea".
Dejarse llevar por este tipo de dietas, explica del Dr. De Cangas, es alejarse de unas directrices saludables comprobadas por los expertos en nutrición. Pero, ¿es que todo debe estar comprobado científicamente? Bueno, si hablamos de tu salud, ¿tú qué opinas? En el momento de buscar soluciones a problemas que afectan a nuestro organismo, la ciencia es la primera y más importante aliada. Y esta nos ayuda a conocer más y mejor los hábitos de vida saludable.
Velar por nuestra salud, comiendo
¿Qué debemos hacer en el caso de identificar una dieta milagro? Esto no siempre es sencillo, pero teniendo en cuenta las características que el consejo de Consejo General de Dietistas-Nutricionistas ha dispuesto, ahora es más fácil hacerlo. En cuyo caso, explica el Doctor De Cangas, lo que debemos hacer de forma inmediata es abandonar la dieta y acudir a un experto, a un Dietista-Nutricionista profesional. Y aún más importante para evitar caer en engaños peligrosos para nuestra salud es tener una buena educación en nutrición.
"Una dieta sana es aquella que promueve el consumo de alimentos reales, que aconseja incrementar el consumo de alimentos vegetales como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales o frutos secos", nos explica el Nutricionista. "Reducir el consumo de ciertos alimentos como carnes rojas y procesadas. Minimizar el consumo de alimentos procesados o ultraprocesados...". Todo esto nos llevaría a reducir el exceso de azúcar y grasas en nuestra dieta diaria, consumiendo más nutrientes importantes, fibra y otras sustancias beneficiosas.
Con una dieta saludable, ya tenemos una gran parte de la salud cubierta, lo que nos ayudará a sentirnos más sanos, más activos, más contentos con nuestro cuerpo y con ganas de adoptar hábitos más saludables. Este proceso, al contrario de lo que prometen los métodos milagro, no es rápido. Y puede que tampoco cómodo. Requiere de cierto esfuerzo y un poco de disciplina. Pero es el único camino para asegurar nuestra salud, ahora y a la larga, comiendo.