En 1988, Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Pedro Almodóvar, ganó el premio Goya a Mejor Película y Carmen Maura fue galardonada en su papel protagonista. El Real Madrid ganó la Liga en ese año, y el F.C. Barcelona la Copa del Rey. Los que no pudieron ver en directo el partido no tenían Google, ni Twitter, ni Facebook para consultar el resultado, pero tenían lo que en aquel año llegó al país para revolucionarlo todo: el teletexto.
La tecnología se instauró en España en 1988 para enseñar a los espectadores cómo utilizar este servicio que permitía consultar las últimas noticias, la programación de la televisión, información meteorológica o lo que en aquellos años más se acercaba al porno por televisión. Los españoles venían de un contexto en el que tenían solamente dos canales disponibles, y el teletexto allanó el camino de lo que acabaría siendo la irrupción de internet y el cambio en el consumo de la televisión.
El inicio del teletexto se remonta mucho antes de su llegada a España. Reino Unido fue el país que bautizó el servicio en 1974 con su llamada Ceefax, perteneciente a la cadena BBC. Lo que empezó como un canal para proveer subtítulos a las personas con discapacidad auditiva se convirtió en diversas páginas con la información de última hora, las cuales se transmitían por señal analógica en el mismo momento en el que era recibida por los periodistas.
https://hipertextual.com/archivo/2009/12/reino-unido-se-deshace-parcialmente-del-teletexto/
Antes del cambio de milenio, la BBC contaba con ocho redactores que editaban la información para Ceefax. El servicio, que llegó a tener 20 millones de espectadores británicos en la década de los 90 se despidió el pasado mes de octubre de 2012.
John Major se convirtió en Primer Ministro de Reino Unido en la época de oro de Ceefax, un servicio que él mismo consultaba diariamente. El político admitió que revisaba las páginas del servicio de información entre las reuniones de Downing Street para mantenerse al día con los resultados de cricket. "En momentos de alta presión, con poco tiempo para el examen detallado de las noticias, los titulares de Ceefax ofrecieran una ventana instantánea al mundo", recordó Major.
Casi 40 años después de su lanzamiento, el teletexto británico suspendió la emisión en 2014 como un movimiento simbólico del fin de la señal de televisión analógica en el país.
Los fieles seguidores
En España, el tradicional servicio de televisión sigue existiendo y, hasta la fecha, no hay intención de acabar con él. Televisión Española fue la cadena pública que trajo el teletexto al país a finales de los años 80 y, en 2017, sigue teniendo el mismo formato.
En un contexto de innovación tecnológica donde las redes sociales, Google y las aplicaciones de los medios de comunicación se han convertido en la principal manera de informarse, este servicio se mantiene fiel a su diseño y a sus características en su aparente afán por no competir. El formato tradicional es que el sigue reinando al igual que los canales de siempre: los deportes, en el 132; el tiempo, en el 301, y los resultados de la quiniela en el canal 201.
No hay estadísticas recientes sobre la audiencia del teletexto pero "en su mayoría es gente mayor", afirmó Antonio Cobos, redactor del medio informativo de Televisión Española, en entrevista con Hipertextual. Las personas de edad más avanzada que pueden no tener un conocimiento tan amplio de cómo utilizar las herramientas tecnológicas son los clientes potenciales. Ya saben cómo funciona, y les facilita la información básica que necesitan.
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Sin embargo, el redactor explicó que también se sorprenden con mucha gente que sigue utilizando el teletexto a pesar de su modelo rudimentario. Lo que podría alejar a las generaciones más jóvenes, también puede resultar atractivo y tener "cierto aire retro o vintage que le puede gustar a muchos jóvenes", destacó Cobos.
En un contexto en el que los años 80 vuelven a estar de moda en la televisión con series como Stranger Things o remakes de películas como It, el teletexto puede llamar la atención en un momento dado para revivir los viejos tiempos. Más allá de la moda pasajera que pueda surgir entre los jóvenes, el redactor del medio informativo señala que el teletexto sigue teniendo seguidores. "Un día nos llamó un señor desde Suiza. Era un emigrante que llevaba 30 años allá y nos llamó para decirnos que estaba en una terraza y que hacía buen tiempo". Antonio Cobos también conoce a gente de su alrededor que sigue consultando el teletexto para mirar el estado de la Bolsa o los resultados deportivos, como sigue haciendo uno de los monitores del gimnasio de su barrio.
La todavía presencia de este servicio se demostró en 2015, en la 87 entrega de los Premios Oscar. La película de Richard Linklater, Boyhood estaba nominada al premio a Mejor Película junto con Birdman, del mexicano Alejandro González Iñárritu. La victoria de Birdman pareció no gustarle al redactor del teletexto de Antena 3 y escribió en su crónica que "como suele pasar en las jornadas electorales, los partidarios de 'Boyhood' dicen ahora que estos Oscars 'no les representan'".
El escrito reducido en la página del teletexto resumía:
> Porque aunque la película que Richard Linklater rodó a lo largo de 12 años haya hecho historia marcando un hito, los académicos de Hollywood han decidido premiar a la virguería del mexicano Alejandro González Iñárritu, cinta rodada simulando un único plano secuencia. Que ya ves tú. Pero no nos dejemos llevar por la rabia.
En realidad, los párrafos publicados en el teletexto eran una pequeña parte de una crónica más amplia publicada en la web de la cadena privada, pero el breve texto fue suficiente para que se convirtiera en motivo de revuelo en Twitter. Muchos usuarios compartieron la crónica del redactor y escribieron en sus publicaciones su asombro porque el medio informativo siguiera existiendo.
El teletexto rezuma indignación por la victoria de Birdman. Sí, todavía existe el teletexto. Yo también me había olvidado
— Nacho Vizcaíno (@nachovizcaino) 23 de febrero de 2015
Sí, el teletexto sigue existiendo y para algunos todavía forma parte de sus vidas. Desde que a mediados de los 90, las cadenas privadas Antena 3 y Telecinco inauguraran su propio servicio, el éxito se mantuvo, al menos hasta principios del milenio. Las últimas cifras de espectadores disponibles son las de 2004, cuando el teletexto contaba con más de 8 millones de espectadores en el país. Televisión Española era el más consultado, seguido del de Telecinco y Antena 3.
Su existencia, en peligro
El servicio de información del teletexto está también presente en internet, en las páginas de las cadenas televisivas, pero a pesar de su posible renacimiento como herramienta vintage o de sus fieles seguidores, el hecho es que el medio se encuentra en declive desde hace años.
Hace años, el servicio contenía una página de anuncios, llamada "Zoco", y una agenda de ocio para el fin de semana, pero las dos han sido suprimidas. Por otro lado, el equipo del teletexto ha pasado de 40 a 9 trabajadores, cinco redactores, tres operadores y un técnico. "Creo que no le debe de quedar muchos años de vida", lamentó Antonio Cobos. Ante un posible escenario de que el medio fuera modernizado con un nuevo diseño, el redactor opina que podría hacerse más vistoso, pero el tema es que "la gente se informa en otras pantallas".
En el caso de que el teletexto desapareciera, también se acabaría con uno de los servicios más importantes de este medio: los subtítulos para las personas con discapacidad auditiva. Desde sus inicios en 1988, el servicio de información fue clave para que todo el mundo pudiera disfrutar de la programación televisiva. Un supuesto fin del teletexto obligaría a implementar otros servicios públicos de subtitulado en las series o películas frente a uno de los históricamente más utilizados por los españoles con discapacidad auditiva.
Antonio Cobos subraya que la decisión sobre el futuro del teletexto es meramente empresarial y que en el momento en el que deje de ser rentable significará su desaparición. Sin embargo, es uno de los servicios más baratos dentro de la televisión y, a pesar de su supuesta bajada de audiencia, el medio podría seguir existiendo. Si ha conseguido sobrevivir a la llegada de internet y su permanencia, el teletexto podría seguir capeando el temporal.
El futuro de un servicio tan antiguo y elemental como es el teletexto es incierto, a pesar de los espectadores que todavía lo consultan asiduamente. Las nuevas tecnologías podrían ser su tumba pero, hasta ahora, la única manera de predecirlo, dirían algunos crédulos o alucinados, es consultando el tarot en el canal del teletexto.