En muchos años recordaremos el 2017 como el año en el que un pequeño juguete con un mecanismo muy simple conquistó Internet. O tal vez, simplemente en un par de semanas nadie recuerde que fue el año de los fidget spinner.

Por ahora, los fidget spinners han tomado por asalto los grandes almacenes virtuales (como Amazon y en algunos países como México han comenzado a comercializarlos informalmente en los puestos ambulantes de las calles.

Gran parte de las razones que han catapultado a este juguete giratorio a la fama son los supuestos efectos terapéuticos que tiene para enfermedades como la ansiedad, el autismo, la hiperactividad y el estrés. Sin embargo, estas afirmaciones parecen ser simplemente humo, ya que no tienen ningún sustento científico.

Por supuesto, la moda de los spinners también ha llegado a la AppStore y a la PlayStore, donde se ofertan decenas de apps que pretenden emular el entretenimiento y los supuestos efectos que puede ofrecer este juguete. Dichas apps coexisten en dos variantes del mismo modelo de negocios: mientras te "relajas" usando del fidget virtual eres bombardeado por la publicidad dentro de la app, aunque si no te parece, siempre puedes pagar por la versión libre de anuncios.

La más popular de todas ha sido la app llamada "Fidget Spinner" de los desarrolladores Ketchapp, la cual hace unos días contaba con siete millones de descargas.

El objetivo de esta app es hacer girar el spinner por más tiempo; por cada intento el juego da monedas que pueden ser utilizadas para "mejorar" la velocidad máxima de tu spinner o engrasar el aparato. (Sí, bajamos y jugamos la app para que tú no tengas que hacerlo).

El juego está muy lejos de los presuntos efectos terapéuticos que se le han atribuido al juguete, al contrario: la idea es subir niveles y obtener fidget spinners en combinaciones colores cada vez más psicodélicas mientras cada minuto salta a la pantalla un nuevo anuncio invitándote a comprar y descargar otras apps.

Por supuesto, avanzar de nivel es imposible sin gastar tu dinero virtual en mejoras para el juguete, creando así un sistema de recompensas absolutamente adictivo. Y claro, quitar la publicidad del juego cuesta el equivalente 1.99 dólares.

No es culpa de los desarrolladores Ketchapp ni los usuarios de este juego. Se trata de un modelo de apps efímeras que nacen cada vez que una tendencia está en su mejor momento y busca meter cuanto dinero pueda en los bolsillos de sus desarrolladores a través de la publicidad antes de que termine la moda.

Además de "Fidget Spinner" de Ketchapp, dentro de las tiendas de apps también viven Fidget Spinner Pro, Spinny Fidget, Fisget Spinner Simulator y puñados de apps más con nombres similares que nacieron bajo el lema "vivir rápido y morir jóvenes".

Ayer Apple nos mostraba su visión de un mundo sin apps, la cual es apocalíptica y horrible, pero quizá se olvida de que hay una industria entera de ellas cuya existencia definitivamente no aporta mucho al mundo.