Al comienzo de **“100”, cuarto episodio de la tercera temporada de Fear the Walking Dead, contemplamos el recorrido de lo que, a lo lejos o desenfocada, diríase la figura de un muerto viviente. Y, aunque en realidad no lo sea, tal como descubrimos sin tardanza, bien podríamos tomar al retornado Daniel Salazar (Rubén Blades)** por eso mismo, pues nos habían hecho creer que formaba parte de sus hordas desde que prendió fuego a la hacienda de Celia Flores (Marlene Forte) en “Shiva” (2x07). La breve persecución que ocurre seguidamente incide en esta idea, pues las heridas de Daniel le hacen caminar a la manera y el ritmo de los zombis.
Fue una decisión inteligente que no nos mostraran el fin de este personaje en el ciclo anterior para que ahora puedan recuperarlo, sobre todo porque se trata de uno de los pocos cuya oscura trayectoria, temperamento y destrezas resultan de valor en esta serie dadas sus posibilidades. No redime en absoluto a los guionistas por la desfachatez con la que despacharon a Travis Manawa (Cliff Curtis) en los primeros compases de “The New Frontier” (3x02), pero traer de vuelta a este militar torturador y asesino salvadoreño reconvertido en barbero sí merece un elogio. Ahora falta saber si le aprovecharán de veras o lo suyo va a ser seguir metiendo la pata hasta el infinito y más allá.
Por lo pronto, nos presentan a Efraín (Jesse Borrego), que podría haber sido uno de los personajes de los comics de Robert Kirkman con los que se inició este apocalipsis y que se convirtieron luego en *The Walking Dead* (Frank Darabont, Kirkman, Charlie Adlard y Tony Moore, desde 2010), ya que tiene la excentricidad justa, no excesiva, para haber formado parte de ellos. Efraín es quien precisamente presta oídos a cómo salió Daniel de escena, y que así los espectadores también refresquen la memoria al respecto. Podrían haber utilizado flashbacks pero, en primer lugar, la recreación del incendio con la nueva información habría sido un gran engorro, y en segundo, de esta forma matan dos pájaros de un tiro y nos revelan los temores y remordimientos de Daniel por lo que hizo fuera de sus cabales.
En la escena posterior, la enorme improbabilidad de que se salve por la caída de un rayo en el momento oportuno empañaría el guion si no fuese una ocurrencia tan chula. Y lo que sucede a continuación **explica lo que llevamos preguntándonos desde el sorprendente final de “TEOTWAWKI” (3x03): la razón por la que Daniel ha acabado entre los colaboradores de un sujeto con tan pocos escrúpulos como Dante Esquivel (Jason Manuel Olazábal)**. Pero, por lo visto, su cabeza está mucho mejor, y vuelve a demostrarnos su carácter pragmático y su ojo clínico para juzgar situaciones y a personas, incluso cuando un listillo algo carismático como Victor Strand (Colman Domingo) quiere tomarle el pelo.
El problema es que su resistencia a los viejos, terribles y culposos hábitos de su antigua vida en El Salvador, su supuesta nueva cordura y sus ganas de continuar en este mundo horrible quizá pendan de un hilo después del torpe intento de Strand, por el que ahora cree que su hija Ofelia (Mercedes Mason) murió en el incendio y, entonces, a causa de sus actos; y si es o no así no lo tenemos claro hasta **la última escena, en la que su conducta nos hace plantearnos que Daniel Salazar podría unirse sin problemas al grupo de supervivientes liderado por Rick Grimes (Andrew Lincoln) en The Walking Dead**. ¿Llegarán a encontrarse algún día en un lógico crossover de las dos series ambientadas en este apocalipsis zombi? Solamente el tiempo lo dirá.