El comediante neoyorkino Jordan Peele ha decidido pasarse al otro lado de la cámara para guionizar y dirigir el thriller que más está dando que hablar en lo que va de año, y probablemente con razón.Más de una década como actor cómico y de doblaje y casi quince años como guionista es lo que se le conocía a este realizador novato, por sus aportaciones a MADtv (Fax Bahr y Adam Small, 1995-2016) y su responsabilidad en la serie Key and Peele (Keegan-Michael Key y Peele, 2012-2015). Pero, fuera de Estados Unidos, solamente le recordamos por el papel de uno de los paramédicos en Little Fockers (Paul Weitz, 2010), por el de Derrick en el episodio “A Fair to Remember” (5x07) de Modern Family (Steven Levitan y Christopher Lloyd, desde 2009) y, sobre todo, por el del agente Budge del FBI en cuatro capítulos de la primera temporada de Fargo (Noah Hawley, desde 2014), personaje que, por sí solo, ya debería hacerle reconocible para los seriéfilos de todo el mundo que hayan estado pendientes de la adaptación televisiva del famoso filme homónimo (1996) rodado por los hermanos Joel y Ethan Coen.

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Sin embargo, control artístico en el terreno del largometraje sólo lo había podido tener en la comedia de acción ochentera Keanu (Peter Atencio, 2016), una buddy movie que produjo, coescribió y protagonizó junto con su colega Key. Y ahora, para su opera prima como director, nos ha sorprendido a todos entregándonos Get Out (2017), una osada película de intriga que no se esperaba nadie, y mucho menos con los buenos modales que luce Peele en ella como guionista en solitario y mandamás. Por ahora, le ha llevado a lo alto de la taquilla estadounidense y a recibir elogios casi unánimes de la crítica internacional, y es probable que esto le garantice manga ancha para futuros proyectos y un horizonte prometedor.

De entrada, va derechamente al grano en un prólogo que es casi un humilde plano secuencia y que planta la semilla de la inquietud en el espectador sin ningún tipo de contemplaciones ni excesos. Y continúa con buen ritmo, regando generosamente esa semilla para ayudarla a crecer y que brote de ella el ambiente enrarecido, la sensación de irrealidad y la posible paranoia del protagonista. Cada personaje con el que intercambia al menos unas palabras acentúa su extrañeza y su nerviosismo, pues lo que percibe le da el mismo e inevitable mal rollo que al público y alberga idénticas dudas sobre lo que de veras está ocurriendo aquí. Las explicaciones se van dosificando sin prisa pero sin dilación, desde antes incluso de que todo aparente estar a punto de salirse de madre, y las sorpresas se van sucediendo hasta el último tramo del filme**.get out

La manera en que Peele enfoca las presentaciones con los padres, sirviéndose de un plano general lejano y en retroceso, resulta atrevida y vivificante sin discusión, tanto como la forma en que plasma las caídas surreales en el fondo de la hipnosis. Pero las virtudes de Get Out no se reducen a la construcción de la incertidumbre y el opresivo misterio, sino que también incluyen el potente contenido de sátira social que entraña, bastante sutil, acerca del racismo y su manejo en el país que tanto se enorgullece de sus libertades, su progreso y sus barras y estrellas, sátira que le brinda cierto fastidio adicional en sus interacciones al razonable desasosiego del protagonista.

Daniel Kaluuya interpreta con coraje al inquieto Chris Washington, un actor al que antes sólo recordábamos como Bing en el capítulo “Fifteen Million Merits” (1x02) de Black Mirror (Charlie Brooker, desde 2011); Allison Williams, la Marnie Michaels de Girls (Lena Dunham, 2012-2017), es Rose Armitage sin mucho mérito; los reconocibles Catherine Keener (The Interpreter, Captain Phillips) y Bradley Whitford (Scent of a Woman, Philadelphia) encarnan con aplomo a Missy y Dean Armitage; Caleb Landry Jones (X-Men: First Class) está irreprochable como Jeremy Armitage; Betty Gabriel destaca lo suyo en su pequeño pero por momentos difícil papel de Georgina; Marcus Henderson, Lakeith Stanfield (Snowden) y Stephen Root (The West Wing, Boardwalk Empire) son unos correctos Walter, Andrew Logan King y Jim Hudson, respectivamente.

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Pero, si hay un personaje de Get Out que debería haber sido reconsiderado y corregido, y sus escenas, reescritas, ese es el Rod Williams de LilRel Howery: su esencia cómica, como un residuo irresistible de la trayectoria anterior de Peele, le resta efectividad al thriller porque rompe la tensión, y su presencia se revela absolutamente anticlimática al final de la película; a la que, por otra parte, no le habría sentado nada mal estirar un poco la lucha y sus vaivenes, un tratamiento más laberíntico para aprovechar de verdad su premisa jugosa, que con tan escaso desarrollo después de que las cartas principales se descubran sobre el tapete se ve tristemente limitada.

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Conclusión

Así las cosas, el éxito de la inesperada intriga de Get Out le va a procurar al novato Jordan Peele que los grandes estudios de Hollywood le abran todas sus puertas de par en par; si bien está bien claro que al guion del filme le hacía falta un último repaso para pulirlo un poco más, y así prescindir de la comicidad contraproducente y reconocer mejor sus posibilidades.

Pros

  • Los buenos modales del director Jordan Peele.
  • El logrado ambiente enrarecido, la sensación de irrealidad y el enorme mal rollo que genera.
  • El potente contenido de sátira social, bastante sutil, acerca del racismo y su manejo en EE.UU.
  • Que las sorpresas se van sucediendo hasta el último tramo del filme.

Contras

  • Que necesitaba un tratamiento más laberíntico para aprovechar de verdad su jugosa premisa.
  • Que el personaje de Rod Williams le resta efectividad al thriller porque rompe la tensión.
  • El anticlímax al final de la película.

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