Hace unos días se reportó que Spotify está cerca de restringir los últimos lanzamientos a sus usuarios de pago, vetando el acceso a los que utilizan el modo gratuito. Financial Times ha confirmado este extremo como parte de unas duras y largas negociaciones de la compañía con las empresas discográficas.

Estas negociaciones se centraban en cómo lograr disminuir la cantidad de royalties que Spotify tiene que pagar a las empresas discográficas. Como vimos hace poco, la cantidad que desembolsa Spotify en este concepto es lineal respecto a sus ingresos, que añadida a sus propios gastos (salarios, plataforma, etc), le imposibilitan ser rentable y estar condenada a pérdidas trimestre tras trimestre.

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Uno de los acuerdos alcanzados es que Spotify tendrá que pagar menos royalties a las casas discográficas a cambio de restringir los lanzamientos más exitosos al plan Premium durante un período todavía por determinar. Este punto ha sido fruto de conflicto numerosas ocasiones, tanto con las propias discográficas como con artistas concretos, siendo quizás el de Taylor Swift el caso más conocido, ya que fue ella quien retiró toda su música de la plataforma en 2014. Esto tuvo su origen en que los usuarios del plan gratuito suponen mucho menos dinero que los del plan de pago.

De todos modos, Financial Times advierte: los acuerdos están alcanzados, pero no firmados, por lo que podría regresarse a un estadio anterior y que todo lo acordado quede en papel mojado. Al menos ya se ha visto un avance claro tras meses y meses de desavenencias y encallamientos. De llegar a buen puerto, estos acuerdos supondrían un balón de oxígeno para Spotify, que antes de oficializar su intención de salir a bolsa necesita encontrar una vía para la rentabilidad, al menos a medio plazo, más allá de las pérdidas recurrentes que le convierten en una máquina de perder dinero.

Spotify tiene que elegir entre susto o muerte. Ha estado años ofreciendo cada vez más a sus usuarios gratuitos, haciéndolo un plan lo suficientemente atractivo como para engordar las cifras, quizás de cara a una venta. Durante este tiempo, Apple ha sacado su plan (únicamente de pago), Facebook no ha mostrado interés, y Google, que ni siquiera cuida ni promociona su propio servicio, tampoco. Así que quizás ahora sea el momento de plantearse en serio cómo convertirse en una empresa rentable... incluso si para ello es preciso sacrificar el atractivo de su cuenta gratuita. De seguir con más de 50 millones (estimados) de usuarios del plan sin coste, las discográficas cerrarían todavía más las puertas a posibles acuerdos y a descuentos en los royalties. Ninguna gráfica ejemplifica tan bien por qué a los sellos les interesa que Spotify empuje a sus usuarios a pasar al plan de pago como esta:

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Esto mismo tiene una doble lectura: si apoyamos la música en streaming y el modelo de Spotify, no deberíamos ver el recorte al plan gratuito como una mala noticia. Si somos honestos, deberemos admitir que con los ingresos únicamente de la publicidad es un negocio insostenible, pan para hoy y hambre para mañana.

Por otro lado, las discográficas, que tienen cantidades invertidas en Spotify, demuestran que están realmente interesadas en hacer de Spotify una empresa rentable con esta reducción de los royalties, ya que en teoría será compensada con un aumento de la masa que paga su cuota de diez dólares al mes (sin contar con descuentos, promociones y cuentas familiares). Al mismo tiempo, Spotify les está demostrando su compromiso con ellas a largo plazo haciendo una concesión así, que va a cabrear a muchísimos usuarios.

De todas formas, estos acuerdos son un pequeño riesgo para Spotify, una apuesta segura para las discográficas. Pueden ocurrir, principalmente, dos cosas:

  • Que los usuarios de Spotify gratuito se pasen al plan de pago. El win-win. Los usuarios pagan pero reciben un mejor servicio y catálogo, Spotify ingresa más dinero, y las discográficas también.
  • Que los usuarios de Spotify gratuito se pasen a Apple Music. Spotify pierde influencia e ingresos, pero las discográficas mantienen su nivel de ingresos.

Ahora mismo la batalla de usuarios que pagan mensualmente por música en streaming está en 50 millones para Spotify frente a unos 22 millones para Apple Music, que está creciendo más lento que los suecos. Por el bien de Spotify, un pequeño que se convirtió en gigante cambiando las reglas de la música para siempre, esperemos que el consumidor promedio comprenda este movimiento y no abandone a su suerte a la empresa de la forma con la que perdemos todos: volviendo a la piratería.