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El terrorismo ha atacado el corazón de Londres. Un todoterreno atropelló ayer sobre las 14:40 h de la tarde a varias personas en el puente de Westminster, un modus operandi similar a los atentados ocurridos en Niza y Berlín anteriormente. El conductor ha aparcado el vehículo a las puertas del Parlamento británico, donde ha apuñalado con un cuchillo a un policía, Keith Palmer.

El viceministro de Exteriores, Tobias Ellwood, ha intentado reanimarlo sin éxito; tampoco lo han conseguido los médicos de urgencias trasladados a la zona. Hay siete muertos y 29 heridos confirmados por el momento, según el último comunicado oficial. Entre los fallecidos está el policía apuñalado, el terrorista y tres civiles, una mujer de origen gallego, un hombre de mediana edad y otro de 75 años. El 7 de abril, de forma posterior a la publicación de este artículo, también falleció la mujer que se cayó al río Támesis.

El asaltante ha sido abatido a tiros por las fuerzas de seguridad, que han impedido su entrada en el Parlamento británico, donde en ese momento Theresa May respondía a las preguntas del líder de la oposición, Jeremy Corbyn. La sesión fue suspendida de inmediato, y la primera ministra fue evacuada hasta el número 10 de Downing Street, donde ha seguido al minuto toda la información sobre el atentado de Londres. Desde un primer momento, Scotland Yard calificó el suceso como "ataque terrorista".

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En una rueda de prensa posterior, May señaló que el lugar del atentado no fue elegido al azar: "Los terroristas escogieron atacar el corazón de la capital porque es donde se reúne gente de todas las nacionalidades, religiones y culturas para celebrar los valores de libertad, democracia y expresión". La primera ministra británica describió el suceso como "un enfermo y depravado ataque terrorista" realizado por un único asaltante. Las primeras investigaciones apuntan que el vehículo utilizado en el atropello, un Hyundai gris, fue alquilado en Birmingham.

La Policía ha detenido a ocho personas en esta ciudad británica en una redada efectuada en seis localizaciones diferentes. Las pesquisas continúan tanto en Birmingham, Londres y en otras regiones británicas para esclarecer lo sucedido. Las primeras informaciones apuntaban a que el atacante podría ser Trevor Books (Abu Izzadeen), pero posteriormente se ha confirmado que el islamista permanece en prisión, por lo que es imposible que haya cometido el atentado. La primera ministra confirmó que el Gobierno había determinado quién era el autor del ataque, cuya identidad ha sido revelada posteriormente por la Policía.

Se trata de Khalid Masood, un ciudadano de 52 años que nació en Kent (Reino Unido) y que había sido fichado por sus antecedentes de "extremismo violento", pero no por delitos relacionados con terrorismo. El individuo británico formaba parte de las 3.000 personas que están en el radar de Scotland Yard y el MI5, pero que no pueden ser materialmente seguidas a diario, según recogió la radio pública de Reino Unido. May ha descrito al hombre como una "figura periférica" que no representaba un "objetivo central" para los servicios de inteligencia del país. El Gobierno cree que el atacante "actuó solo" inspirado por el "terrorismo internacional islamista". DAESH se ha atribuido la autoría del atentado, calificando a Masood como "un soldado del Estado Islámico".

El alcalde de Londres ha emitido un comunicado agradeciendo la labor de las fuerzas policiales y expresando sus condolencias a las víctimas. François Hollande, presidente de la República francesa, ha señalado que "el terrorismo nos afecta a todos", mientras que el presidente español Mariano Rajoy ha condenado el ataque. Por su parte, el secretario de Estado de EEUU ha expresado sus condolencias y ha condenado los actos horribles de violencia. Por último, Theresa May ha pedido "nunca ceder ante el terror, ni permitir que las voces de odio y mal nos separen".