La diferencia es mínima, pero existe. También sabemos que los mercados de divisas son volátiles y lo que hoy puede estar arriba, mañana ya no conserva el mismo valor. Pero en cualquier caso, el hecho de que por primera vez en la corta historia de la moneda digital por excelencia, el Bitcoin, haya superado el valor de la onza de oro en los mercados públicos es todo un prodigio.

Hace unos días, la moneda virtual alcanzaba su máximo histórico de 1.200 dólares y ya apuntaba maneras. Ayer, jueves, ocurría lo que ya se venía imaginando el mercado y el Bitcoin se situaba en los 1.265 dólares (algo más de 20 dólares por encima del precio registrado por la onza de oro) batiendo su propio récord. Su mantenimiento a largo plazo dependerá de los propios mercados, aunque si bien es cierto que no es del todo correcto comparar el Bitcoin con las onzas de oro, puesto que los primeros son completamente abstractos dependientes de un selecto grupo de influencers y las segundas son víctimas de su peso.

En cualquier caso, ¿a qué se debió este incremento? Según los registros bursátiles, la mayor parte de las inversiones realizadas ayer tuvieron origen en China donde las autoridades ya se están preocupando por la fuga de capitales que se podría estar produciendo a través de este recurso financiero.

Cambiando el "patrón oro"

Cuando en 2009, esta compleja moneda daba sus primeros pasos en el mundo de la mano de un creador anónimo, Satoshi Nakamoto fue el seudónimo escogido, tampoco se imaginaban hasta dónde podía llegar.

Sin embargo, ahí estaban las intenciones. Poco queda de aquel tiempo en el que el equivalente al dinero circulante tenía su equivalente en oro en las cajas de ahorros. El conocido como el patrón oro, que el actual volumen de las finanzas del mundo no permite por la falta de existencias de tanto metal. Pero, de forma histórica, el oro ha sido el activo alternativo preferido para almacenar los depósitos de valor de los grandes inversores; una manera de protegerse de la caída del precio de otro tipo de inversiones. Su capacidad de convertirse en un bien material, al contrario que cualquier otra inversión firmada sólo en papel, y su estabilidad bursátil a lo largo de muchos años, le otorgaban el carácter de una de las mejores inversiones. Por el contrario, la inestabilidad política suele afectar demasiado al valor del oro; cosa que el Bitcoin no ve reflejado en su precio. Teniendo en cuenta la actual situación mundial este dato se hace aún más interesante.

Con el nacimiento del Bitcoin, lo primero que se pensó fue en su capacidad para sustituir al mencionado patrón oro, pero aún es complicado invertir, muchos inversores acostumbrados a los activos tradicionales no llegan a entender su verdadero funcionamiento y aún tiene demasiada volatilidad como para hacerle merecedor del puesto del recurso más seguro. Y aún así, la SEC (Securities and Exchange Commission) de Estados Unidos está a punto de aprobar una serie de medidas para que, desde Wall Street, sea mucho más sencillo invertir en este tipo de moneda y, quizá, con el tiempo, estabilizarla lo máximo posible y quitarle el puesto al codiciado oro.