Seis Sigma o Six Sigma es una metodología de mejora de procesos, evolución de las teorías sobre calidad desarrolladas después de la Segunda Guerra Mundial, centrada en la reducción de la variabilidad de los mismos, consiguiendo reducir o eliminar los defectos o fallos del sistema.
Su nombre viene de la letra griega sixma, la decimoctava letra del alfabeto griego, utilizada para señalar la desviación típica en los sistemas estadísticos.
Básicamente, en su concepción original, la meta es llegar a un máximo de 3,4 defectos —un 99,99966% de eficiencia— por millón de eventos u oportunidades; entendiéndose como defecto a cualquier evento en un producto, proceso o servicio, que no logra cumplir los requisitos esperados. El objetivo de la metodología es reducir los defectos a ese mínimo, de modo que el proceso se encuentre siempre dentro de los límites establecidos.
En principio, es una metodología de empresas, fue iniciado en Motorola en los años 80 por el ingeniero Bill Smith, como una estrategia de negocios y mejora de la calidad, pero posteriormente fue mejorado y popularizado por General Electric. Actualmente ha ido evolucionando hasta incluirse dentro de los valores clave de algunas compañías y como parte de su filosofía de actuación, pero como casi todas las teorías de empresa, se ha intentado aplicar también, con razonable éxito, a la productividad personal.
Y aunque su aplicación en algunos casos personales cotidianos es realmente compleja y peca de excesivamente excéntrica, puede ser muy útil en equipos, proyectos personales repetitivos y grandes o trabajos de servicios que impliquen pasos y plazos.
Presenta una forma de concebir un objetivo final como un conjunto de procesos susceptibles de ser estandarizados hasta alcanzar la perfección, lo cual resulta realmente interesante, pues estandarizar y repetir siempre ha sido la ley madre de la productividad.
Podría entenderse, simplificando para personas corrientes, como una fusión del término Kaizen y el principio de Pareto. Es decir, la “mejora continua hasta la calidad total” y la idea del 80-20, distribución A-B-C, ley de los pocos vitales o principio de escasez del factor: “el 20% es en realidad el que produce el 80% de los resultados“.
El proceso se caracteriza por 5 etapas concretas llamadas DMAIC, por sus siglas en inglés: Define - Measure - Analyze - Improve - Control. Es decir: Definir, Medir, Analizar, Mejorar y Controlar.
La idea es que en cualquier tarea, susceptible a usar el método, se puede definir su objetivo y detectar su problema o defecto. Se analiza en cada paso dónde está realmente el problema. Esto se hace con todos los pasos para entender el funcionamiento y se miden de forma cuantificable para poder apreciar la diferencia —ya sea en tiempo o en resultados—. A partir de aquí se trata de determinar las mejoras e implementarlas —procurando minimizar la inversión— y tomar las medidas necesarias para garantizar la continuidad de la mejora.
Si lo piensas, este proceso tan lioso y tan complejo puede aplicarse hasta a las cosas más absurdas, aunque no te lo recomiendo. Como por ejemplo, el “programa estandarizado de comidas” que tenía Don Tillman, el personaje principal de la novela El proyecto esposa, de Graeme Simsion. Sin embargo, también puede ser aplicado de forma útil, en proyectos escolares grupales, tesis universitarias, equipos de trabajo, etc.