A Uber no le era suficiente controlar el negocio del taxi y, poco a poco, ha ido ampliando su abanico de actividades a todo aquello que tenía que ver con transporte sin tener ningún coche en propiedad. Y Airbnb no se queda corta en la carrera. Otra gran tecnológica, con intenciones de salir a cotizar en bolsa en no mucho tiempo y valorada en 30.000 millones dólares según el último registro, también está controlando la vertical del negocio del turismo. Sin ninguna vivienda en propiedad ya no sólo se dedica a la gestión de las reservas de casas particulares, también ha pasado a ser una agencia de viajes de experiencias con Trip, -fruto de su compra de Trip4Real- dibujando un nuevo Airbnb. Ahora, en ese proceso de expansión y con los rumores tras sus espaldas, según ha podido saber Bloomberg, el proceso para convertir a Airbnb en una agencia de vuelos, más allá de la pura gestión de actividades, ya es una realidad para las filas de los empleados en la plataforma.

Con el objetivo de competir con los dos grandes del sector, Expedia y Priceline, se ha podido saber que en Airbnb sólo tienen el concepto de "vuelos" en claro. De momento. Un punto más, y esencial, en el universo de las agencias de viajes que les permitiría controlar el 100% de la experiencia para el turista sin necesidad de salir de su propia aplicación y con la misma base de datos como punto clave. El proceso, aún por determinar principalmente en su relación con las líneas aéreas y sus ofertas, sería determinante para el impulso de Airbnb en su pronosticada salida a bolsa que se espera quede, al menos hablada, para 2017-2018.

Un nuevo tentáculo de una gran compañía con más de 2 millones de viviendas registradas en 192 países, o 33.000 ciudades, que no va a gustar nada al resto de compañías del sector. Al igual que los hoteles, que viven su propia lucha contra la compañía, en su intento de que esta no controle el mercado del alquiler de las grande ciudades y, por tanto, los precios de las estancias turísticas y la gentrificación de las localidades, las compañías de viajes tendrán que pasar por el mismo trance. Madrid. y sobre todo, Barcelona mantienen su lucha abierta en los juzgados en su intento por llegar a un punto medio entre los intereses de unos y de otros.

En cualquier caso, las grandes compañías de viaje sufrirán daño, seguro, pero muchas "pequeñas" o menos potentes serán heridas de muerte. Los representantes de Kayak han manifestado que ya otros fallaron en su intento de meterse en el mundo de los viajes y no tuvieron suerte. De momento, no temen a Airbnb, aunque deberían porque es cierto que Airbnb no cuenta con el recorrido de muchas de ellas, pero sí con la fuerza de un gigante que ofrece, ante todo, comodidad a la hora de tener una experiencia completa de viaje.

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