Lejos quedan aquellos tiempos en que necesitabas saber programar para crear una página web, un programa de ordenador o una app móvil. En la actualidad hay disponibles decenas de servicios, online y de escritorio, que te ayudan paso a paso a diseñar tu propio programa de ordenador, configurarlo a tu gusto y subirlo a Internet.
Queda claro que diseñadores y programadores son los mejor cualificados para crear un programa o app desde cero, pero con este nuevo tipo de servicios, hacer una app mediante plantillas es más rápido y no requiere de esos conocimientos.
La popularización de las tiendas de aplicaciones, primero en móvil (iOS, Android, Windows Phone) y más adelante en escritorio (Mac App Store y Windows Store) con permiso de Linux, que fue el pionero, permitió homogeneizar las características comunes de las aplicaciones o programas.
En un entorno controlado como este, es más fácil crear una app de cero, pues los patrones básicos son comunes a todos, algo que no ocurría del todo cuando no había unas normas o directrices al programar un nuevo software.
Así, conociendo esos patrones es posible trasladarlos a una herramienta que permita diseñar apps desde cero mediante plantillas y módulos y que sea compatible con el sistema operativo para el que ha sido creado.
En Hipertextual hemos visto muchos ejemplos de creadores de apps y programas sin conocimientos de programación. Es el caso de Mobincube, PowerApps, AppsBuilder y otras enfocadas a videojuegos y programas en general.
Hoy echaremos un vistazo a Windows App Studio, la propuesta de Microsoft para que cualquiera con una idea pueda convertirla en app para Windows o Windows Phone. No es la primera vez que Microsoft cuenta con algo así.
En el pasado creó su propio lenguaje de programación con un entorno gráfico de diseño de programas, Visual Basic, que con mayor o menor acierto nos introdujo a muchos en la programación. Incluso ofrecen cursos online para aprender a programar.
Crear una app en cuatro pasos
Cualquier programa de ordenador o app móvil nace de una idea, bien sea la respuesta a una necesidad o el interés particular de su creador. Ideas las puede tener cualquiera. Pero plasmar esa idea en el papel o en forma de software, ya es más difícil.
Windows App Studio es una herramienta online que facilita el traslado de una idea a una app real compatible con Windows y Windows Phone. Según su página oficial, en tan sólo cuatro pasos: tener una idea, agregar contenido, elegir el estilo y compartirla con el mundo.
Obviamente, hay más pasos intermedios, pero en general esa regla de los cuatro pasos se cumple. Lo mejor de todo es que lo más difícil es tener esa idea, a partir de ahí todo va sobre ruedas.
Para empezar a usar Windows App Studio necesitarás disponer de una cuenta de usuario de Microsoft, la misma que utilizas en tu día a día con otros servicios como Outlook, Office, Xbox, Skype, etc. En principio, se trata de un proyecto en fase de prueba, o Beta, pero a día de hoy es totalmente funcional.
Una vez inicias sesión con tu cuenta Microsoft, accederás a una lista de plantillas de acuerdo a qué tipo de app quieres: una app web, un programa para Windows 10, una app de eventos, una para tu tienda online, una donde promover tu blog personal…
Editor modular para todos los públicos
Tras optar por uno u otro se abrirá una nueva ventana en la que puedes personalizar tu futura app dándole un nombre y, a continuación, empezar a introducir contenido. Código HTML, API variadas (por ahora destacan Spotify, Soundcloud, Twitch y la propia NASA), servicios de terceros como Facebook, Flickr, WordPress, YouTube o Twitter… Los elementos se añaden y ordenan en pantalla mediante menús que puedes organizar a tu gusto en todo momento.
Además, cada nuevo módulo es personalizable, tanto en diseño como en el contenido que mostrará, por ejemplo de tu propia cuenta o perfil o de un tercero.
Para ir más al detalle en cuanto a diseño, éste tiene su propia pestaña en forma de Themes, donde tendrás ocasión de elegir un tema único a toda la app. En el momento de probarlo había 8 temas distintos con los que tienes oportunidad de jugar editando opciones para que quede más personal, eso sí, limitado a las normas de estilo de Windows 10.
La tercera gran pestaña en que se organiza el editor de Windows App Studio se llama Tiles y sirve para crear un mosaico de iconos como el del menú principal de Windows 10, muy práctico para mostrar de una manera atractiva información útil relacionada con tu app. Puedes crearlos estáticos o vivos, con datos que se actualizan.
El cuarto pilar del editor corresponde a los datos de tu app: en qué idioma está, cual es su icono para diferenciarlo de las demás apps de la Windows Store, número de versión, etc.
Probando y compilando la app
El último paso, tras desarrollar propiamente tu app para Windows, es ver cómo queda tanto en móvil como en tablet y escritorio. Verás una simulación en tiempo real y funcional para que pruebes cada menú y elemento. ¿Hay algo que no te gusta? Pues vuelve a la sección que quieras (Content, Themes o Tiles) y arréglalo.
Finalmente, si la app ya está terminada y te gusta el resultado, basta con hacer clic en Generate para que Windows App Studio compile el programa. ¿Qué obtendrás? Un paquete instalable de tu programa, un ZIP que contiene todo lo necesario para que Microsoft publique el programa en Windows Store y, finalmente, el código fuente del programa para que personalices desde Visual Studio.
Una herramienta agradecida
Windows App Studio cumple bien con su propósito. Obviamente, tiene sus limitaciones. Por un lado, por los requisitos que Microsoft impone a las apps para que sean compatibles con Windows y con su estilo gráfico.
Por otro lado, el tipo de elementos que podemos integrar en la app está limitado, si bien jugando y combinándolos obtendremos apps profesionales para dar a conocer nuestra página web o negocio que poco tienen que envidiar a la mayoría.
Como advertencia, quisiera recordar que el hecho de que sea fácil de usar no significa que sea rápida, pero este aspecto tiene más que ver con la complejidad de diseñar una app decente. Dar con una buena idea y plasmarla bien y satisfacer las necesidades del futuro usuario no es tarea fácil y requiere mucha prueba y error.
Pero con Windows App Studio te ahorrarás todos los quebraderos de cabeza derivados del desarrollo y la programación y podrás centrarte en crear la app y mejorarla.