Uno de los efectos más devastadores del zika es la aparición de defectos congénitos como las microcefalias o trastornos como el síndrome de Guillain-Barré. El virus, una vez que ha infectado a una mujer embarazada, destruye las células del tejido nervioso del feto provocando que el diámetro de su cabeza sea considerablemente menor al nacer y padezca problemas de salud importantes. Un trabajo de la Universidad de Washington ha identificado un anticuerpo (ZIKV-117) que previene, en ratones gestantes, que los fetos se infecten y la placenta se dañe. Sus resultados, publicados en Nature, muestran que el tratamiento también protege a los ratones adultos de padecer la enfermedad.

"Es la primera terapia antiviral que demuestra eficacia durante el embarazo para proteger a los fetos del virus del Zika", explica Michael Diamond, uno de los autores del trabajo. Aunque su estudio se ha realizado en modelos animales, sus conclusiones abren la puerta a tratar el zika durante el embarazo. "Ya tenemos un anticuerpo de origen humano que lo logra, al menos en ratones", comenta. Su grupo analizó 29 anticuerpos aislados de pacientes que se recuperaron de la infección vírica. Al aplicar el tratamiento en los animales gestantes, vieron que la carga viral se reducía considerablemente. Cuando examinaron la placenta de las ratonas que no habían recibido la terapia, los científicos determinaron daños muy graves, que se han asociado con una ralentización del crecimiento fetal o incluso su fallecimiento. No sucedía lo mismo en los animales tratados.

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Sus conclusiones ofrecen la primera evidencia de que los anticuerpos por sí solos pueden proteger a adultos y fetos del zika, al menos en animales de experimentación. Las vacunas para prevenir la infección que se están investigando en la actualidad no han sido probadas en animales gestantes, aunque según los autores sean las herramientas más baratas para frenar el contagio. Sin embargo, la posibilidad de contar con un tratamiento extra que pueda evitar los daños del zika durante el embarazo es una gran noticia, ya que podríamos prevenir los efectos negativos observados en recién nacidos.

Las conclusiones positivas del artículo en Nature, sin embargo, deben tomarse con cautela. Sus positivos resultados han sido obtenidos en ratones, por lo que los estudios a corto y medio plazo deben centrarse en analizar la eficacia y seguridad de la terapia en otros modelos animales antes de ensayar el tratamiento en seres humanos. "El notable potencial y la amplia inhibición de ZIKV-117 genera múltiples expectativas", afirma Diamond, "ya que fue capaz de frenar la infección de cepas procedentes de África y América tanto en cultivos celulares como en modelos animales, incluidos los gestantes". La terapia, aunque aún le quede un largo camino por delante, prometer abrir nuevas esperanzas en la lucha contra el zika.